(Antes de sorprenderse con mi ignorancia, sepan que el día en que la policía uruguaya reine Uruguay bajo un régimen pseudo-comunista también voy a llamar a la población uruguaya orwelliana.) (Qué buen post, tiene un chiste de chanchos y todo.)
En fin, lo que quiero decir es que a la población uruguaya le encanta entrar en pánico y proclamar el apocalípsis de la sociedad tal y como la conocemos. Supongo que ante la falta de verdadera diversión, no nos queda otra. Los mejicanos tienen a los dramas de las telenovelas donde Jorge Luis Osvaldo Veracruz Santalaolla le comunica a Rosaura María del Carmen Consuelo Benedetto que en realidad se acostó con su perro. Los argentinos tienen otros dramas televisivos que suelen pulular en torno a las figuras de la Tota Santillán, Carmen Barbieri y Mónica Farro. Los colombianos tienen dramas reales, donde la gente desaparece y sólo aparecen personas que, de tan insoportables que son, uno irrevocablemente quiere devolverlos a la jungla Farqueña (sí, Ingrid, te hablo a vos.)
En Uruguay, tenemos a la realidad. Tal como nene que a falta de Barbies y Playstation debe satisfacer su necesidad lúdica con una caja de cartón y su imaginación, en Uruguay nos dan una realidad banal en silla de ruedas y la convertimos en un ferrocarril expreso de esos súper rápidos que se transportan sobre un palo de metal y que muchos de nosotros conocimos a través de la enciclopedia británica. No estoy exagerando. Bueno, quizás un poco. Soy uruguaya.
El tema es que a veces que me pongo a pensar. Y hay veces en que pienso las cosas de tal manera que no comprendo por qué la gente se arma tanto lío y drama sobre determinadas cosas. Quizás existan otros uruguayos como yo que van a leer esto y van a entender por donde vengo. Quizás sea sólo un tema de que le estoy ofreciendo mis opiniones al entorno equivocado. Quizás esté loca y me caguen a puteadas por siquiera plantear lo siguiente. O quizás realmente sea un problema cultural.
En fin, cosas que sí ameritarían un apocalipsis:
- Que Zara no haga más liquidaciones.
- Que dejen de fabricar Danettes de chocolate o el queso Philadelphia.
- Que los que distribuyen la Coca Light estén de paro.
- Que no se consiga más cappuccino de Nescafe. Tienda Inglesa, no me hagas eso de vuelta, por favor.
- Que la gente se muera de hambre en África.
- Bush.
- Que sigan pasando los avisos de las pastillas Yaz.
Cosas que no ameritan un apocalípsis:
- Que suban las multas. Hoy me llegó un mail que dice, en rasgos generales, ‘Oh Margot, suben las multas, se viene otro IRPF’. No, gente, no. Se multa porque está MAL hacerlo. No tendrían que preocuparse ‘fua, ahora tengo que pagar más’, sino que deberían decir ‘no lo hago más’.
- Que salga el Frente de nuevo. Perdonen, chicos, yo tampoco estoy copadísima con que salga el Frente. Pero ¿cuál es la alternativa? ¿Bordaberry? ¿Lacalle? Are you fucking kidding me?
- Las papeleras. Llego tarde al carro, pero… ponele que, en una de esas, las papeleras contaminen. Ponele que también generen pila de plata. Ponele que sigamos el ejemplo del primer mundo y en 10 años gastemos una parte de esa plata en solucionar la contaminación. Es como si la gente se olvidara de la Revolución Industrial, Erin Brokovich y la historia de la humanidad.
- Que Marcela Kloosterboer no pueda reparar sus cabellos con Pantene.
Las cosas podrían ser tan simples si las personas pensaran un poquito más como yo. Bua, simples para mí, se entiende. Después de todo, eso es lo que importa.
---------------
Aviso comunitario: únanse a la página de Catatonias en facebook a través del pequeño banner ahí arriba a la derecha. También, si quieren, envíen un pequeño email describiendo cómo Catatonias les cambió la vida a catatonias@gmail.com. Los emails ganadores serán publicados en la página y le demostrarán a Sedal que hay mejores cosas que el shampoo para cambiar vidas. ¡Gracias!