Feliz día, todos.

domingo, marzo 08, 2015

En 2014, la agencia de publicidad Notable me pidió que escribiera una columna sobre el día de la mujer, para su cliente Urufarma. Lo subieron a una web y estuvo re lindo: recibí pila de comentarios positivos y esas cosas que te inflan el ego por un rato. Un año después me preguntaron si podían adaptarlo a un video para 2015. Les dije que sí y que no importaba lo que pagaran: lo importante era que el mensaje se expandiera y propagara. Semanas después me mandaron el video pronto y lo compartí as is, pensando que lo habían adaptado bastante bien aunque mi primer comentario fue "Ja, ta heavy". Por mi laburo en Pseudo sé que los videos suelen ser más cortos y que se pierden pila de cosas en las adaptaciones y traducciones. Capaz era porque conocía el material de origen. Quizás fue porque posta me gustó el producto final.

En cuanto salió, hay personas que me acusaron de feminazi. Hay muchos que me acusaron de machista. Aunque en realidad no importa, me gustó que muchas personas siquiera se lo plantearan - me da la pauta que en un año cambiaron muchas cosas, y para mejor. Ahora podemos debatir. Ahora podemos siquiera plantearnos estas cosas. Eso es bueno, salga yo ganando o perdiendo o neutral. Sospecho que será la última.

Al momento de escribir esto van ya 14 mujeres muertas en dos meses y chirolas en Uruguay durante 2015, por culpa de la violencia machista. Hay mujeres en otros lados del mundo que no disfrutan de los derechos que acá ya conseguimos - y todavía queda mucho camino por recorrer. No me gusta tener que explicar el humor pero esto no es un manifiesto exclamando que la lucha ya finalizó. No es una columna buscando la aprobación de los hombres. No es un texto que negativiza (¿existe esa palabra?) lo femenino - al contrario, mi intención fue darle un giro a lo femenino como positivo, en vez de negativo como se suele tipificar. Y si no puse más ejemplos que ustedes consideren "importantes" - entonces preguntémonos cuáles me faltaron y, si no me faltaron, por qué.

Este es el texto que yo defiendo al 100%. Sé que se vivo en Uruguay y soy mujer, y que no debería alardear de ninguno de mis logros. Pero este texto, en su momento, me llenó de orgullo. Me infló el pechito y, al releerlo (recién ahora - me la jugué cuando lo defendía antes), sigo completamente de acuerdo con lo que dice. Quienes escriben saben que a veces tiran fruta, a veces se la juegan. Pero otras veces releen algo y saben que lo que hicieron está demás. Esta es una de estas veces.

En fin, les dejo el texto original, sin editar, y el video al final. Ahora sí, y con más razón: cuando defienda algo, va a ser esto.

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En este día tan especial quiero felicitar a los hombres. Su lucha ha dado sus frutos y por fin pueden hacer las mismas cosas que las mujeres. Quizá esté generalizando y estereotipando, pero ahora pueden llorar, pueden hacer yoga, pueden vestirse bien y pueden tomar bebidas light. Pueden mirar telenovelas, lagrimear en las películas y hacer cucharita sin sentir que están traicionando a un género entero. Pueden atarle el pelo a sus hijas, limpiarle la cara a sus hijos, jugar al hockey y usar pollera.

Ahora pueden salir con divorciadas, enamorarse de madres solteras, debatir con intelectualoides de babucha y tener hijos con minas casadas a su laburo. Pueden estar con una mujer que no quiera hijos.

Pueden terminar dedicando su vida a otro hombre. Pueden decidir que, a lo mejor, nacieron para ser mujeres. Pueden vestirse de mujeres de vez en cuando sin dejar de ser hombres. Pueden engrasarse las manos arreglando el auto y coserse sus propios botones en las camisas. Pueden usar ropa rosada y que a nadie le importe.

Pueden elegir de quién se enamoran y no verse forzados a casarse con una chica de “familia bien” que tenga tiempo de criar a sus hijos. Pueden verse completamente obsesionados con una hippie empedernida y decidir -mutuamente- que ella deje su trabajo para cuidar de los niños. Pueden cometer locuras sin que se los juzgue de no haber sentado cabeza. Pueden sentar cabeza sin que se los acuse de cometer locuras. Pueden estar con mujeres que ganan más que ustedes sin sentirse menos o unos vividores bárbaros. Pueden elegir ser de Venus en vez de Marte. Pueden escuchar Shakira.

Pueden salir y tomar Daiquiris o tragos con paragüitas. Pueden quedarse en casa mirando Netflix y comer helado cuando se deprimen. Pueden sentirse avergonzados si se les escapa un pedo en público.

Pueden jugar al fútbol para ponerse en forma y eliminar el estrés. Pueden ir a una clase de aeróbics. Pueden cuidar su figura y cambiar al choripán de carrito por una ensalada sin que se los acuse de afeminados. Pueden deprimirse si están gordos.

Pueden decidir que no les gusta el deporte. Pueden cocinar, lavar los platos, limpiar el wáter y gustar de los baños de inmersión. Pueden tener gatos de mascota. Pueden ser enfermeros, taxistas, secretarios, obreros, maestros, gerentes y trabajar en marketing. Ahora pueden ahorrarse unos mangos en cada cita, pagando cada uno lo suyo. Pueden decir en voz alta si algo que están haciendo sus amigos no les parece correcto.  Pueden ser vulnerables.

Ahora incluso pueden decir que están demasiado cansados para el sexo sin enfrentar incredulidad. Pueden admitir que, sí, en realidad no piensan en tetas cada siete segundos. Pueden empezar a ser ustedes y dejar de actuar como animales despersonalizados que solo piensan con las gónadas. Pueden dejar de ser un objeto sexual. La sociedad ha evolucionado a tal punto que ahora pueden ser personas, seguir sus sueños, decir lo que sienten, hacer lo que quieran y encontrarse a sí mismos sin ser definidos por un pito.

Felicitaciones, hombres. Se lo merecen. Espero que nuestra lucha por la igualdad les siga sumando derechos y que, en el futuro, vivamos en un mundo donde realmente puedan hacer todo lo mismo que nosotras.  Porque el día de la mujer no es el día de la secretaria ni el día en que nos congregamos bajo el lema “Abajo el patriarcado!” a salir con esos tenedores enormes y antorchas a prenderlos fuego.

Queremos que todos, incluso ustedes, sean libres. Y, poquito a poquito, creo que lo vamos logrando. Hoy, 8 de marzo, recordemos que la lucha por la igualdad de género es la lucha por la libertad de todas las personas que componen a nuestra sociedad. Seamos libres de ser quienes queramos ser y de comer helado mientras miramos Netflix - juntos.

Buscaría una cita de El Principito pero me da pereza

miércoles, junio 20, 2012

El siguiente es un borrador de mi charla para TEDx el año que viene. No porque vaya a hablar, pero una siempre tiene que estar preparada. Pensé abordar el tema de la misma forma que quienes suelen hablar ahí: hablar de un problema debilitante de mi vida, cómo lo superé y sacar de eso algún consejo genérico para la muchachada que los haga sentir bien a pesar de haberse prostituido por una entrada.

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Cuando yo tenía siete años o capaz menos, la pediatra que me atendía hizo unos numeritos en su calculadora y lo que descubrió fue tan impactante que en seguida llamó a mi mamá. "Cuchame, Moira," le dijo. "Cuchame: tu hija cuando tenga 18 años va a medir 1 metro 80 y pesar 50 kilos. ¡Cuerpito de modelo!"

Seguramente en ese momento, mi vieja se tranquilizó, se sirvió una copita de vino, se sentó y se sonrío a sí misma. "Estas son buenas noticias", pensó. "Al menos si no me sale inteligente, me va a salir flaca". Porque todas las madres desean que sus hijos sean inteligentes y esbeltos.

Bueno, aquí me ven. (Ese es el remate del chiste).

Lo que me molesta del incumplimiento de la profecía no es necesariamente que lo más flaca que estuve en mi vida fue a los 60 kilos (y tenía venintitantos) ni que me quedé a cinco centímetros de la altura estipulada (ya bastante problema tengo con los altos que prefieren a las petizas, ni entremos en ese tema). El problema es que la pediatra se olvidó de medir una cosa. Y esa cosa es hasta más importante que el peso, la altura, la fineza, el trabajo y la legalización de la marihuana.

La conchuda se olvidó de pronosticar cuánto me crecería la nariz.

"Ay, pobre Tefa, fijate, heredó una mezcla de nariz de su abuela inglesa y de mi familia", decía mi vieja. Para que se hagan una idea, las mujeres de la familia de mi vieja suelen tener narices súper fuertes con jorobas, donde guardan el glamour por las dudas de encontrarse en un desierto de cantes. Mi abuela inglesa tiene nariz-gancho, como los griegos y las águilas.

De chica, tenía pavor que los demás nenes se convirtieran en inteligentes, sumaran uno más uno después de ver Pinocho y me acusaran de ser terrible mentirosa. Cuando era adolescente -qué asco la palabra adolescente, es re de empleado público- leí en una nota de una revista de esas huecas que las narices estilo tucán demuestran que quienes las portan tienen una gran personalidad. Me gustó mucho hasta que me di cuenta que evidentemente hay que cultivar una gran personalidad cuando tenés un pendorcho que te cuelga de entre los ojos en todo momento.

Siempre tuve problemas para encontrar lentes de sol que me quedaran bien y no me hicieran parecer una avestruz. Tengo estudiado exactamente cómo mirar a la cámara para evitar ser etiquetada en Facebook en 3D. Encima, yo sí creo que mi nariz grande me hace más sensible a los olores. Pregúntelen a cualquiera que haya salido conmigo. La frase que siempre temen no es "tenemos que hablar" sino "¿qué mierda comiste hoy hijo de puta?".

Pobre mi vieja. Además de ser la oveja negra de la familia, le salí narigona y no-modelo. Al menos te prometo, mamá, que a veces soy inteligente. Y además, soy la persona de nariz grande más linda del condado. Te lo prometo.

CARPE DIEM, CHICOS.

Momentos de la vida en que es bueno no pensar demasiado

sábado, mayo 19, 2012

  1. Cuando vas a un telo. No te pongas a pensar quién estuvo antes. Quién cambió las sábanas. Si cambiaron las sábanas. Si echaron agua jane en todo el establecimiento, fregaron, lo inundaron en nafta y lo quemaron para después construirlo de vuelta y abrirlo para esperar a los huéspedes del próximo turno.
  2. Cuando estás en un boliche y todos están mamados. No te pongas a pensar si ese con cara de triste recién dejó con la novia, si esa vomitando atrás del auto está compensando porque siente que no la quiere nadie ni si el mozo se lavó las manos después de ir al baño y antes de destaparte la botellita twist-off, la cual te entrega con una ebria sonrisa. Hay una razón por la cual en nuestra evolución como seres humanos ahora nos emborrachamos en nuestras casas (la conocida previa) y vamos ya borrachos a estos establecimientos.
  3. Cuando estás enfermo. No pienses si el resfrío tendrá que ver con el pelo encarnado que te salió en la teta, si el hecho de que estás meando cinco veces más al día estará relacionado con el dolor de espalda (y no el hecho de que estás tomando diez litros de mate para mantenerte despierto, aunque si lo pensás, capaz que el estar tan cansado tiene que ver con la uña encarnada del pie derecho que te salió justo después de empezar a tomar el antibiótico para curar el resfrío) y, hagas lo que hagas, no busques los síntomas en internet. Siempre te da que es cáncer.
  4. Cuando te gusta alguien que ya reiteradamente te ha dicho que no está interesado. "Pero fijate, ahora sacó las fotos de la ex de su Facebook y está posteando frases de Arjona". Está pronto para coger y busca idiotas. "Pero no, fijate, en Twitter puso que es un #foreveralone y dijo que está deprimido y que está lloviendo y que quiere hacer cucharita". Este sábado va al Rodó. "Pero no, boluda, salió que en Netflix estaba mirando Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos y vos fijate que es mi película favorita y es como un mensaje, porque no se anima a decirme que cambió y que ahora sí quiere estar conmigo". Consiguió que la huequita fan de Arjona que se levantó en el Rodó vaya a la casa "a mirar una peli" y puso la más de minita que encontró. Gracias, vos, por pasarle la sugerencia. 
  5. Cuando estás gastando demasiado en una única prenda de ropa. En realidad esto es un consejo pésimo, pero necesito sentirme mejor conmigo misma y no me miren así, no me juzguen, necesito sentirme linda, NECESITO AMOR, POR QUÉ NO ME QUIEREN. Putos. 
  6. Cuando hace décadas que no actualizás el blog. Chau.

Premios Catatonias

lunes, noviembre 21, 2011

Como seguramente ya se hayan enterado a través de mi flamante cuenta de Twitter, estoy organizando los Premios Catatonias al Patético Mundo del Twitter Uruguasho (o algo así, no me acuerdo del nombre oficial que le puse). Pueden encontrar todas las categorías en el sitio www.cosaslindas.com. Pero, sin embargo, empero, existen muchas dudas aún de cómo votar y toda la marencoche, así que pensé hacer un post acá explicando bien. Ahí va.

¿Cómo voto? 
Votar es simple. Sólo tienen que elegir a un usuario para cada categoría y tweetear el voto asegurándose de mencionarme o a mí (@catatonias) o el hashtag #premioscatatonias. Cuando empezamos se podía solamente votar una categoría por día pero como yo estipulé que puedo cambiar las reglas cuando se me antoje, ahora decidí que pueden votar por la categoría que quieran. Eso sí, los ganadores van a seguir siendo anunciados uno por día de la semana. Por ende, el tweet votador te va a quedar algo así:

"Voto a @fulanito como Twittero del Año para los #premioscatatonias".

Con eso ya basta. Ya hay tres categorías con ganador, por lo que quedan 5 categorías donde se puede seguir votando. Para hacerlo podés también usar los siguientes botones:

Twittero del Año



Twittero Revelación



Twittero más calientachorizo/calientaempanada



Twittero al que secretamente le queremos dar



Premio "Alma del Vashey"



¿A quién puedo votar?
A cualquiera. Posta. No hay etapa de nominación, no hay opciones y podés votar a todos los que quieras y que pienses se merecen el premio.

¿Cuántas veces puedo votar? 
Las que quieras. Encima podés votar a más de un usuario por premio. Eso sí, solamente podés votar al mismo usuario una vez por premio. Nada de darle 2 a @fulanito y 1 a @fulanita por afinidad más que nada.

¿Qué son los premios?
Los ganadores de los premios se llevan cada uno una remera a medida con el logo divino de Catatonias atrás y adelante un mensajito personalizado.

¿Qué es el trivia?
En momentos de ocio donde me embolo mucho, me pongo a hacerles preguntas a quienes me sigan sobre mí, porque soy una persona fascinantemente interesante y obviamente todo el mundo conoce hasta el más íntimo detalle de mi vida. El primer usuario que contesta correctamente a cada pregunta se gana un punto y, al final de los premios, el usuario con más puntos acumulados se gana un premio catatonias al conocimiento extremo.

¿Esto no es una terrajada? 
Salado, es el equivalente al marquee de geocities. Pero bueno, la gente se colgó y contar palitos en un bloc de notas no es difícil.

¿Quién hizo el sitio de los premios? 
El sitio de los premios (www.cosaslindas.com) lo hizo @Pablo_Massa porque se le cantó. El dominio no tiene nada que ver porque es uno que había comprado con una amiga para armar un mini-emprendimiento. Por favor no le digan nada a mi amiga, ya que no tiene idea que estoy usando el dominio para eso. Gracias totales.

Tránsito tímido

martes, septiembre 06, 2011

El siguiente post es en realidad una versión recauchutada del guión para el stand-up de Patricia que iba a hacer para demostrarle a todos de que las mujeres podemos a veces ser graciosas. La consigna era "Lo que importa es lo de adentro" y, al escucharla, me pregunté a mí misma: "¿Qué tengo adentro?". La primera cosa que se me ocurrió como respuesta fue caca. Así que here goes.

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Hola me llamo Tefa, tengo 27 años y no puedo cagar en baños ajenos. Es cierto y mucho más común de los que ustedes creen. Confieso que muchas veces he tenido que hacerlo, pero siempre lo evito, digamos que como a la plaga. Bah, con la diferencia que a la plaga sí la pude evitar toda mi vida.

Es que hay tantas cosas que pueden salir mal en un baño ajeno. Por ejemplo, y aunque no lo crean, hay gente que no guarda el papel higiénico en el baño.

Vuelven del súper y piensan "Che, ¿dónde pongo el papel? ¡Ya sé! En la cocina". Mi viejo, por ejemplo, es uno de ellos. Y después uno va y lo primero que hace -bua, lo primero que hago- es visualizar el rollo de papel en uso y estimar si dará o no dará. Pero uno a veces estima mal. Y se mete en los placarcitos y nada. Se mete debajo de la pileta y nada. Y al día siguiente el dueño de casa descubre que le falta una toalla.

Es horrible, en serio, saber que te puede pasar eso. También es horrible cuando el baño queda AL LADO del living. O AL LADO del cuarto. O AL LADO de la cocina. ¿Y qué hay de la evidencia? ¿Nunca les pasó de sacar un demonio de adentro y después de tirar la cadena hay residuos del muy hijo de puta que no se quiere ir? A ver, intelectualoides... ¿cuál es la etiqueta social EN ESOS casos? ¿Darle color al cepillito al lado? ¿Meter mano con papel hasta que ni un loco de CSI pueda encontrar rastros?

Ustedes pensarán que no es tan grave, que estoy exagerando. Bueno, no. Hace poco tenía un novio que vive en Maldonado y yo vivo en Montevideo. Entonces, desde muy temprano en nuestra relación, me pasó de tener que pernoctar en su casa durante fines de semana enteros, causándome los casos de estreñimiento más graves de mi vida. Pero hubo un par de fatídicas veces en que, simplemente, no zafé.

Una vez me llevó a cenar pasta a un restaurante muy pituco. Estábamos en el postre cuando le digo 'me duele la panza'. Como todas sabrán, 'me duele la panza' es sinónimo de 'tengo un demonio dentro de mí y necesito una exorcismo wáter-closeteril'. Se sabe. En ese entonces él estaba viviendo con un amigo en un apartamento con un solo baño. Y entonces, ante el pánico, hice lo único que cualquier mujer respetable y que se precie de sí misma haría: le pedí que me llevara al Conrad. Y él se jugó unos pesitos en el casino mientras yo me encargaba del mal dentro mío.

Para muchos, un hotel de lujo. Para mí, un wáter gigante.

En otra ocasión, nos fuimos a dormir y me empezaron los 'me duele la panza' pero exacerbados a la enésima potencia. No me podía dormir. Y me di cuenta que la cuestión era grave, que no iba a aguantar todo el fin de semana. Resignada, me levanté, me vestí, salí del cuarto y entré al baño.

Ahora, hay tres frases que se me destacan en la mente sobre el baño ese: la primera, 'adyacente al cuarto'. La segunda, 'potencialmente tapable como wáter de hotel paraguayo'. Y la tercera, 'retumbable'. En el sentido de que todo retumbaba. Doblaba del dolor de estómago, tomé coraje, me bajé los pantalones y me senté sobre mi amigo closet. Ni me dio el tiempo de sentir alivio estomacal antes de... ¿cómo digo esto sin dejar la finesa que tan bien me caracteriza?

Bueno, no sé, antes de tirarme terrible pedo.

Cerré el culo de inmediato. Me puse bordó y lo más probable es que me haya puesto a llorar. Pude depositar algo, pero en seguida me inhibí y todo intento sucesivo fue fútil. Pensaba en mi ex, en el cuarto de al lado, que se despierta con cualquier ruido. Pensaba en el amigo de mi ex, en el otro cuarto, que recién se había ido a dormir. Me imaginaba a mi ex con sus amigos en un asado comentando 'la vez en que la novia de aquel había entrado al baño con una vuvuzuela'. No podía seguir con esto. No podía.

Limpieza mediante, me digné a aguantarme todo el fin de semana y dormir como pudiera. Sólo que claro, mi cuerpo no estaba cooperando. A la hora, los 'me duele la panza' llegaron a niveles nunca antes visto. Solo había una cosa que podía hacer. Me digné a levantarme, vestirme, ponerme zapatos y buscar las llaves del auto. Tenía que ir al Conrad.

Pero las llaves no estaban por ningún lado. Adentro de la cartera, atrás del sofá, sobre la mesa, adentro de la heladera, en mis bolsillos, en la ducha, busqué en todos lados donde había dejado llaves anteriormente. Y mientras, mis entrañas me hacían huelga y me doblaba del dolor y mi desesperación se elevaba a niveles nunca antes vistos. Así que tomé coraje, fui al cuarto e hice lo único que podía hacer: desperté a mi ex y le pregunte dónde carajo había dejado las llaves del orto.

Mi ex, dormido, se levantó y las empezó a buscar. Y no las encontró. Evidentemente, no tuvo mejor idea que despertar al amigo a las 3 de la mañana de un miércoles para ver si él tenía idea de donde estaban. Él tampoco sabía. Al final estaban sobre la mesa del comedor, por lo que me supongo que se habían convertido en invisibles durante mi búsqueda. Mi ex las vio, me las entregó y empezó a caminar hacia el cuarto mientras yo abría la puerta.

Y, en una, detuvo su paso y lentamente se dio vuelta. Me miró con un ojo abierto y el otro cerrado. Despacito fue cobrando un poco de sentido mientras yo lo miraba con terror en mis ojos.

"¿A dónde vas?"

Lo fácil hubiese sido decirle la verdad, ya sé. Pero a esta altura, estaba petrificada de la vergüenza y no se me ocurrió nada mejor que decirle: "Confiá en mí, ya vuelvo" e irme.

"Confiá en mi, ya vuelvo". Posta. Como si fuese la mujer maravilla y me hubiesen llamado al celular implorando que fuera a salvar al mundo o algo.

Llegué al Conrad y pude llegar a su baño y durante 2 minutos fui la persona más feliz del mundo. Pero sólo duró 2 minutos porque, en el medio de mi felicidad, empezó a sonar el celular. Era mi ex. Ahora, me encontraba en otra disyuntiva. O atendía y todo el baño se enteraba de que estaba cagando en ese establecimiento por mis serios problemas mentales o ignoraba las llamadas y dejaba que mi novio se preocupara sobre la seguridad de la mujer maravilla. Obviamente, elegí la segunda. Intenté enviarle un SMS pero no lograba enviarlo. Aparentemente, la recepción en aquel baño era sólo para llamadas.

Al final lo apagué y me dispuse a continuar. Pero no podía. El celular me había cortado la inspiración y encima una brasilera estaba tirándose pedos en el baño al lado del mío. Limpieza mediante -nuevamente- salí del baño y volví al auto. En ese momento me cayeron más o menos 10 mensajes de texto de mi ex. ¿Dónde estás? ¿A dónde te fuiste? ¿Estás bien? ¿Te enojaste conmigo? Decime dónde estás y te voy a buscar. Por favor, ¿dónde estás? Y el último, muestra de su amor hacia mí: "Pedazo de pelotuda, no me digas que te fuiste a cagar al Conrad".

Volví y él estaba acostado. Me desvestí y me metí en la cama, intentando hacer lo imposible para evitar todo el suceso. Y ahí, mientras cruzaba los dedos mentalmente y mi estómago me pedía las gracias, mi ex me dijo: "¿Dónde estabas?"

"En el Conrad".

"¿Cagando?"

"Sí".

"No me mientas. ¿Tenés otro?"

"¿Otro? ¿Otro qué?"

"¿Estabas con otro?"

Y me reí. Fui re mala y me reí. Y esa fue mi primera pelea con mi ex, causada por mi peculiar trauma y demostrándome que, muchas veces, lo que uno tiene adentro apesta.

23 razones para casarse con D.I.T

miércoles, diciembre 08, 2010

Hace un año exacto que no publico nada. Soy una grosa, lo sé. Tambien hace un año que vengo escribiendo post tras post pero ninguno termina posteado porque me embola. Sin embargo, mi amiga Lu me pidió que posteara algo hoy. Así que abrí mi útil carpetita llamada 'Posts' y elegí el menos engorroso de subir.

Sí, lo sé, me esmero muchísimo por complacerlos.

Este postito nació un día en que leí algo llamado "30 razones para casarse con un periodista" o algo así. Ni siquiera guardé el link, así que tan interesante no era. Pero me hizo pensar en por qué alguien se casaría conmigo (más allá de mi carisma nato, excelentísimo buen gusto y el hecho de que me parto como un queso).

Así que bueno, como toda persona organizada, proactiva y diosa como yo, abrí el Word y empecé. A continuación, el resultado:

La madrina le dijo que el tocado era terraja. Y para peor, sirvió Johnny rojo.
  1. Si bien no barre, no limpia, odia los guantes de goma y no sabe ni qué aspecto tiene un plumero, tiene una calculadora científica para cuando llegue el momento de pagarle a la empleada.
  2. Sabe separar la ropa para ponerla en el lavarropas sin que se destiña.
  3. Si bien sabe cocinar, no sabe medir la comida, por lo que siempre va a sobrar y Ud. se ahorrará mucho dinero en almuerzos comiendo sobras.
  4. Es una tigresa en la cama, o al menos, eso le gusta pensar a ella.
  5. Si Ud. se casa con D.I.T es muy probable que ella se queje de Ud. en su blog archisupermega conocido, 'Catatonias', por lo cual Ud. se convertirá en famoso (al menos para 20 personas).
  6. Usa un shampoo muy lindo y eficiente así que Ud. nunca tendrá que quejarse de que tiene el pelo feo.
  7. Estudió Periodismo, por lo cual Ud. podrá utilizar sus talentos para escribir cartas de reclamos, tarjetas de navidad, listas de supermercado y llenado de formularios varios.
  8. Si bien no es muy buena con el dinero, Ud. recibirá regalos muy buenos para su cumpleaños y Navidad, incluso cuando ella no tenga con qué pagarlo (pero es la intención lo que cuenta, ¿no?).
  9. Es una loba en el piso del living ;) ;) ;) ;) ;) ;)
  10. Ud. siempre sabrá cuáles son los demás y demenos de Galería y los Fashion y Demodé de El País.
  11. ¿No le gusta el puré? ¿Odia el flan? ¡No lo dude más! En la casa de D.I.T nunca encontrará tan desagradables bocados.
  12. D.I.T tiene auto, así que le puede dar un aventón al supermercado a comprar una escoba si Ud. no desea desperdiciar su dinero en una empleada. Además, sabe levantar los pies y ponerlos sobre la mesita ratona en caso de que Ud. quiera barrer cuando ella esté mirando televisión.
  13. Con sólo matar una cucaracha, D.I.T estará tan agradecida que su rebeldía innata caducará por 24 horas (por lo tanto, siempre viene bien tener una caja de cucarachas para poder plantar una en el baño cuando su humor de perros lo moleste).
  14. Si Ud. logra casar a D.I.T, ¡felicitaciones! Ud. es un ser humano con poderes mágicos y/o mecanismos avanzados de lavamiento de cerebro.
  15. D.I.T sólo desea 2.5 hijos por lo que unos mellizos (así ya liquida todo en un parto) y un chancho la mantendrán contenta.
  16. D.I.T sólo desea tener hijos varones por lo que, si esto sale como ella planea, no tendrá que salir corriendo con la escopeta cuando un niño quiera salir con su niña.
  17. Si Ud. disfruta de las situaciones bizarras, lo ridículo y lo gracioso-porque-sino-lloramos-todos, Ud. adorará a la familia de D.I.T.
  18. ¿Quiere sorprender a D.I.T con un gesto romántico? Llevarle el desayuno a la cama es lo más simple que puede hacer y ella se lo apreciará: sólo necesita un vaso de Coca Light.
  19. Ella promete adelgazar el día en que sepa cuándo se va a casar, así que Ud. tendrá a una mujer súper flaca que puede correr por la playa en bikini sin impedimento rebotante alguno.
  20. D.I.T es un gato montés en todos lados ;) ;) ;) ;) ;) (Especialmente si hay una cucaracha, no sabe Ud. cómo salta la muy pícara.)
  21. D.I.T conoce el antiguo arte de dormir, por lo que no tendrá que bancársela despierta durante muchas horas los fines de semana.
  22. Ella cree tanto en sí mismo que es capaz de armar una lista de 20 razones por la cual cualquier hombre se moriría de ganas de casarse con ella, incluso cuando no planifica casarse hasta el 2045 por lo menos y le tiene fobia al compromiso.
  23. D.I.T comenzó a hacer una lista de 15 razones por la cual sería bueno casarse con ella, pero a medida que más razones surgieron, no tuvo problema en modificar el título del post. Esto demuestra flexibilidad ;) ;) ;) ;)

De la cabeza

martes, diciembre 08, 2009

El otro día, una niña de 11 años me preguntó algo que me dejó healda. No sé si tenía realmente 11 años pero como el hermano menor tenía 9, supongo que sí. Estábamos en un pequeño happening porque mi novio salió campeón nacional de los Superescarabajos en el campeonato nacional de automovilismo (sí, el autito que supo ser esponsoreado por Catatonias) y yo veía que me miraba.

Antes de seguir, quisiera levantar mi moción por incluir el término 'happening' más en nuestros vocabularios. Gracias. También quisiera levantar mi moción para que todos ustedes aprendan qué son los Superescarabajos así, cuando el año que viene mi novio les vuelva a romper el culo a todos, no voy a tener que gastar tres líneas de un post en explicar el título. Gracias totales. O como diría Maradona, que la sigan mamando.

El tema es que me miraba y me miraba y en una, se animó. Me tocó el brazo y bien bajito me preguntó:

"¿Vos sos flogger?"

Say Güat? La juventud está perdida. Ven un cerquillo rebelde que se rehúsa a parecerse a un cerquillo y una instantáneamente es catalogada de flogger. Y antes de que pregunten, no, no estaba vestida de fuscia, verde manzana, turquesa y blanco. De hecho, estaba casi que completamente vestida de negro. Así que, no sé, emo todavía… pero ¿flogger?


Juro por Dios que no me parezco a esto.

No sé cómo tomarme la apreciación. Me siento levemente discriminada pero, al mismo tiempo, elogiada. ¿Será que me visto bien? ¿Qué me visto mal? ¿Será que tanto dinero gastado en Cosmopolitan anualmente es al reverendo pedo? ¿Será que me tengo que cortar el cerquillo? ¿Será que tengo que cambiar de shampoo? ¿Será que los shampoos buenos de mierda salen un ojo de la cara? Sí, es eso.


Juro que no estaba vestida así. Y de que no tengo 13 años.

Hace poco me mudé. Cuando vivía con mi madre y todos mis hermanos, tenía el tupé constante de usarle el shampoo a mi hermana. Mi hermana se quejaba y pataleaba y me decía 'Nenaaaaaaaa sale caroooooooo dejá el shampoooooooo'. Y yo no le hacía caso porque primero, a mí nadie me estira la vocales y, segundo, entre el Pantene miserable que usaba yo y el shampoo de ella con nombre concheto y gringo, me quedaba con ese (John Frieda para los entendidos).

Pero me mudé a lo de mi papá y en febrero me voy a vivir a lo de una amiga y me preocupa el tema shampoo. Mucho. ¿Cómo un shampoo puede salir 400 pesos la botellita? Y si encima le agregás el acondicionador, estamos fácil hablando de unos 600-800 pesos (sí, no verifiqué los precios y estoy tomando como cierta la apreciación de precios de mi madre pero como ya no soy periodista – y nunca lo seré – me cago en la revisación de datos. El País, cuando quieras contratame nomás).


El shampoo en cuestión. Sí es para rubias. No, no soy rubia.
Sí, me deja el pelo mejor que el que es para morochas. Sí, tantas
preguntas me están incomodando.

Si el sueldo promedio de un uruguayo promedio es de 10 mil pesos promedio más o menos y suponemos que el combo shampoo-acondicionador en su hipótesis de precio conjunto más caro es de 800 pesos (promedio), estamos hablando de que sólo el correcto cuidado del lavado del pelo sería un 8% del sueldo. UN O-CHO POR-CIENT-O.

Y encima me vengo a enterar que el shampoo ni siquiera es parte de la canasta básica. ¿A mí me están tomando el pelo? EVIDENTEMENTE NO, YA QUE NI SIQUIERA SE CONSIDERA IMPORTANTE.

(Obviamente esto ni lo verifiqué pero tengo la intuición – la sensación térmica – de que Mujica es un asesino y también sería un asesino de pelos.)

Estos bolches de mierda.

En fin, el tema es que, aparentemente, me parezco a una flogger. Y que si pongo 'shampoo de mi hermana' en la listita de cosas que quiero para mi cumpleaños, el ítem va a ser completamente ignorado por mis progenitores. Esperemos que Papá Noél tenga más compasión o vuelven las donaciones por la vida del gato (sí, sigue atado a la pata de una mesa).



BONUS TRACK: mi rodilla y mi brazo haciéndose los floggers.
Y mi amigo Nico.
Y un ejemplar de cerveza Mastra, la cerveza más mostra.

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