Hay algo que no entiendo.
Sí, tal como el muro ‘simbólico’ de los piqueteros guachenses, mis extensos conocimientos y sabiduría cotidiana se han topado con un ladrillo aparentemente ilógico.
Este último mes estuve armando un informe sobre los homosexuales en Uruguay. Chan! Más aún, estuve intentando establecer cuánta discriminación a nuestros amigos gay, lesbianas, transexuales y bisexuales existe dentro del colectivo criollo montevideano. Me tocó, entre otras cosas, hacerle una entrevista a Adrían Russo, fundador y director técnico de la Selección Uruguay Celeste, también conocida como la selección de fútbol gay. Algunos se acordarán de las célebres frases que emitió alguna vez Jorge Fossati, donde alegaba que para él, “un jugador gay sería un transgresor entre hombres porque tiene costumbres muy diferentes a los restantes de un grupo” y que sinceramente creía que “un homosexual no debe estar en un plantel profesional”. Otros conocerán el caso de Wilson Oliver, el jugador de Nacional que tuvo que abandonar el fútbol una vez que se hiciera público que era gay. No es sorpresa entonces que la Selección Uruguay Celeste exista desde 1999, como tampoco lo es que el año que viene vayan al Mundial GLTB a disputarse en Argentina, especialmente si se piensa en todos los buenos jugadores que andamos desechando sólo porque al volver de la concentración se acuestan con una persona del mismo sexo. Pero lo sorpresivo es que hay gente que está tomando la apariencia mediática de la selección gay como un gran avance en cuanto a la apertura mental de los Uruguayos. El apoyo que han obtenido de varias empresas y personajes, así como del gobierno (quien gracias a ellos recibió el rótulo de ‘primer gobierno en respaldar y considerar de interés municipal a una selección de fútbol gay en el mundo’) se equipara con la ley de concubinato que ya fue aprobada por senadores y cuyo destino ahora está en manos de los 99 diputados con que dispone el país. También lo hacen con la última Marcha por la Diversidad del pasado 29 de setiembre, que contó con miles de personas – heterosexuales y homosexuales – que marcharon desde la Plaza de la Diversidad hasta la Plaza Cagancha bajo el lema de ‘sin diversidad no hay democracia’.Está bien que la gente apoye una iniciativa como la que propone el seleccionado gay uruguayo. Está bien que tengan cobertura mediática para poder llegar a sus objetivos, y está bien que representen al país para ir a un Mundial, cosa que la selección de Fossati no pudo lograr. Sin embargo, hay algo que no entiendo. Si somos tan abiertos... ¿por qué aún los hombres públicamente gay no pueden jugar en la selección nacional? Confinar a los homosexuales a un espacio apartado de la sociedad para que ellos jueguen a la pelota y no molesten, está mal. No respetar el derecho de poder llegar a la selección mediante esfuerzo y talento, sin tener que esconder la vida privada de uno, está mal. Solucionar el problema de la discriminación con más discriminación – a pesar de ser la única solución aparentemente visible – está mal. Entonces... ¿por qué tanto ruido alrededor de la Selección Uruguay Celeste? ¿Por qué no hay más vergüenza de que sea el resultado de una discriminación que aún sigue? La entrevista a Russo da como para escribir carillas y carillas de reflexiones cuasi-filosóficas y sociológicas sobre la realidad uruguaya y la tolerancia a la diversidad sexual. Podría dejar que ustedes saquen sus propias conclusiones, pero la verdad es que está filmada y se me cae un huevo transcribirla. Si la quieren leer, en otra ocasión la postearé. Acá les dejo unas joyitas: “Yo creo que esto es una novedad. Nosotros estamos jugando al deporte número uno en el mundo, totalmente machista, totalmente homofóbico. El fútbol. Gente gay en el fútbol debe haber, como en todo ramo de la vida, y en todos los trabajos y a nivel de todo tipo de gente: casada, no casada y demás. Pero nos metimos con algo que a la misma vez, duele... y la selección no va al mundial y nosotros sí”. “Algunos de [los jugadores] podrían estar jugando a nivel de selección. Pero somos gay. Y vamos al vestuario a hacer cosas que supuestamente no se hacen después de las concentraciones... para ellos”. Las cosas como son... (Sepan disculpar el post serio).
Si hay algo que se aprende luego de unos pocos meses en un empleo, es que una jornada laboral puede ser el equivalente a un episodio de aquella galardonada serie Amigovios, donde Nicole Neumann se hacía la cantante en vez de demostrar sus habilidades playísticas y cada personaje cambiaba de dragoncito como si fuera calzón de chico obsesivo-compulsivo. Las amistades y los amores en el ambiente del trabajo son complejos, presuntamente evitables, discriminados y, sin embargo, bastante frecuentes. He aquí la primera de algunas burdas clasificaciones de los mismos, para que no digan después que nadie les avisó. El jefe y la secretaria
Comencemos por lo básico: si en una oficina entra secretaria nueva, es solamente una cuestión de tiempo antes que alguien se la levante. En estos tiempos adelantados y modernos la pobre secretaria no sólo tiene que evitar cuanto flirteo se le presente de la población masculina de una empresa (usualmente comenzado por un inocente “¿vos sos la nueva secretaria? Vení, sentate en mi falda JE JE JE”). No, la realidad demuestra que también debe sospechar de aquella compañera divina que le compra una planta en el día de la secretaria y se preocupa por regar a la mierdita verde postrada en la recepción seis veces al día, justito cuando una busca un archivo en el último cajón del ropero símil archivero detrás de su escritorio. Es más, el título de la categoría puede ser un tanto engañoso – quien se carga a la secretaria hoy no es el magnate corporativo lleno de dólares que aparece en las películas. La crisis del 2002 ha dejado al Uruguay con muy pocos ejemplares de este power ranger que lucha contra los gastos y lleva prendido al cuerpo mujeres despampanantes sin siquiera necesitar la nueva fragancia de Lynx (o Axe, ya ni me acuerdo como se llama acá). Secretarias, amigas... cuídense de quien trae el bidón de agua Salus todos los martes, cuídense de la chica nueva que dice no tener novio desde los 12, cuídense de los ojos exorbitantes del jefe casado, cuídense. Al menos que le tengan ganas a alguien, claro. En ese caso, aquí van unos consejos: - No entren en una de estas sin antes conocer más sobre los compañeros de trabajo: por ahí se meten con el güiner y terminan a los dos meses llorando con el resto de sus victimas cada vez que bajan a fumarse un pucho.
- Nunca confíen en el departamento de Marketing. En la primera salida, se emborrachan y cuentan todo, abrumados por el estado de su conciencia luego de espamear 10 foros diferentes con links hacia algún producto.
- No se dejen engañar por promesas de que nadie se va a enterar. Por que el día en que se termine el amor y se bloqueen uno al otro en el MSN, dedicándose letras de canciones en inglés en sus display names y evitando comer a la misma hora, se van a dar cuenta que hasta el portero sabía sobre lo suyo.
- Sepan que el día en que esto suceda, la situación va a ser más incómoda que sexo telefónico en una cabina de Antel. Encima, el locomotora y el burun bun pshhh exprimirán todo contenido semi-chistoso de la situación.
El próximo martes 31 de octubre en todo el mundo yanquizado se festeja Halloween, fiesta de origen celta en la que todos nos disfrazamos y comemos más azúcar que nene en casa con babysitter dormida. Halloween se fue incorporando de a poquito en la sociedad uruguaya. Las fiestas de disfraces ya existían y limitarlas a una fecha en el año fue una cosa que nos costó aceptar. Sin embargo, a los niños le gustó rápido eso de poder conseguir caramelos sólo con ponerse un pedorro parche en el ojo o una sábana sobre el cuerpo con dos agujeros. Y digamos que los adultos tampoco se quedaron atrás; en las palabras de la grandiosa Cady Heron de Mean Girls, "Halloween es la única noche en el año en la cual las mujeres pueden disfrazarse como reverendas putas y ninguna otra chica puede decir nada al respecto". Los hombres, felices. [Ya que estamos en el tema, Mean Girls es una de las mejores películas cómicas de todos los tiempos, sin importar que Lindsay Lohan sea la protagonista. Todo lo que las chicas se hacen entre ellas es completamente real, y quien me lo discuta ni es mujer ni fue al liceo. Y si necesitan evidencia sobre lo sublime de su humor, miren los primeros minutos de la película donde un puñado de niños rurales americanos declara: "y en el tercer día, Dios creó al rifle Remington para que el hombre pudiera luchar contra los dinosaurios. Y contra los homosexuales. Amén"].Este año, el Barrio Sur ya anunció que piensa festejar un Halloween a la criolla donde la típica travesura con la cual se amenaza a la pobre ama de casa que no entregue por lo menos un candel, será sustituido por batucadas en la puerta del hogar. El resto, menos creativo, seguramente tendrá alguna fiesta el fin de semana anterior (o, por qué no, el posterior, si hay algo que sabemos hacer en Uruguay es estirar los festejos) a la cual tendrá que acudir disfrazado. Si no hay disfraz, que no cunda el pánico. A continuación, Catatonias sugiere algunos disfraces compaginados con simples objetos que se encuentran dentro de la casa de toda dama y todo caballero, rápidamente armables y que seguramente le ganarán un montón de palitos locos:Para aquellos hombres que tengan un poquito más de tiempo, aquí va un Michael Jackson Express. Consíganse una buena cantidad de bolsas de basura súper grandes y péguenselas a los pantalones lo más apretadamente que puedan. Acto seguido, revuelvan el ropero de alguna mujer habitante del hogar en busca de la remera / musculosa / blusa más ridícula que encuentren. Utilicen talco o bicarbonato de sodio (o xanapie) para aclararse el rostro y una media blanca o pañuelo como tapa boca. El cabello debe ser utilizado con el máximo de gel posible y los zapatos que sean negros. Finalmente, consigan una muñeca (o ármense una con bolsas de supermercado y la ropa del año pasado que ya no les entra) y ajústensela a la zona de la entrepierna. Si no se tiene tiempo, aquí va una variación. Consigan una sábana o cortina negra que les cubra todo el cuerpo. Corten un cuadradito de cartulina blanca (u otro material flexible) y péguenselo a la altura del cuello tal cual alzacuellos. Armen una cruz con algo y ajústense el muñeco a la entrepierna. Voilá... cura católico. Para las mujeres, lo único que necesitarán es cinta patito y, si se dispone, algodón y un drypen naranja. Ármense una peluca con el algodón. Píntenlo de naranja. Después, péguense la cinta patito al cuerpo siguiendo el siguiente patrón:
Si alguien pregunta, díganle que son Leelo del Quinto Elemento, o, si quieren ser más fashion, digan que son una super modelo de Pret a Porter (esa ropa de pasarela que es prácticamente lo mismo que estar en bolas y quienes terminan comprándola son las mujeres con mucha guita... y muchos años encima). O el sueño de Claudia Fernández, como quieran. Finalmente, pueden siempre ir disfrazados de ladrón de celular. Gorra roja, camisa a rayas rojas y blancas verticales, pantalón negro, etiqueta al pecho con el nombre y un cuadrito con su foto que los declare ‘empleado del mes’. Si pueden, también usen un Sony Ericsson k750i rojo con el ringtone de ‘Ronald es mágico’.
En base a lo prometido el 21 de octubre de 2006 (eh, ayer), qué mejor forma de comenzar que con un listado de algunos de los personajes que uno puede encontrar inmersos en este complejo entramado de relaciones interpersonales laborales:
El jefe
Persona, usualmente perteneciente a la población masculina, que supera en edad a solamente el 45% de la empresa y a la cual nadie toma en serio – o eso dicen, digamos que al fin de cuentas, igual se hace lo que él quiere.
La locomotora
Siempre se va expreso al carajo con algún comentario
El jipillo
Bohemio de corazón, vuela por la empresa preguntándose qué está haciendo cumpliendo un horario oficinal.
La secretaria
Persona que fue contratada para, entre otras cosas, atender el teléfono y la puerta pero nunca se encuentra porque siempre la mandan a hacer trámites. Su ausencia es muy odiada por el fifí.
El fifí
Persona obsesiva-compulsiva que tiene el cubículo más ordenado, la cabellera más peinada, utiliza más servilletas a la hora de comer que nene chico descubriendo Internet y no se banca cuando el timbre o el teléfono suena más de dos veces.
La fashion
Mujer que entra tal cual si estuviera sobre la pasarela y después se queja cuando le miran las tetas.
Burun bun pshhh
Persona que abre la boca para decir chistes de media frase. Popular en los almuerzos y en cumpleaños con masitas.
El güiner
Hombre que ha tenido cuanto puesto exista en la empresa y se la ha puesto a cuanta mujer exista dentro de ella también.
El subliminal
Aquella persona que cada vez que mira a una mujer, parece que se la está imaginando desnuda. También aquel que prende el aire acondicionado y en seguida comienza a inspeccionar el busto de toda compañera circundante.
El güiner subliminal
Se las carga a todas hasta el punto de tenerlas muertas, pero él siempre es ‘sólo un amigo’ que se las imagina en bolas.
La idola
Yo. Sólo hay una en todo el Uruguay.
Post dedicado a Alfred, la locomotora más veloz en atacar al Paraguay.
El ambiente laboral es un fenómeno social del cual nadie te advierte. Uno piensa que empezar a laburar consta en desplazarse físicamente a un establecimiento, desempeñar tareas previamente estipuladas mediante un contrato o conversación a modo de 'entrevista' por determinado horario acordado y luego retornar humildemente al hogar esperando que llegue el único día al mes en el cual se le paga por sus servicios.
Mentira, patrañas, boludeces idílicas. Ir a trabajar es una actividad sumamente compleja que incluye todo tipo de convenciones sociales que van más allá del desempeño de uno y están decoradas con todo tipo de melodrama digno de la última telenovela de la Oreiro.
Desde tener que ignorar todo residuo de alcohol resaquense que te circula por las venas y decir ‘buen día’ cuando entrás, a bancarte que te miren las tetas porque la musculosa que llevás puesta vislumbra algo que, si lo mirás con un ojo medio entreabierto mientras doblas el cuello 7 grados anti-horario y pensás en la Playboy que viste anoche, puede llegar a ser un semi-escote, trabajar está lleno de pequeñas alegrías cotidianas, divertidos personajes y power rangers.
Es por esto que Catatonias, siempre preocupado por el bienestar y la salud mental de quienes leen, inaugura un espacio de estudio estrictamente sociológico basado en una muestra poblacional completamente objetiva de una mediana empresa tipo uruguaya. En otras palabras, hay tantas idas y vueltas en mi laburo que la verdad que merecen su propio espacio quasi-noticioso.
Mantengan los ojos abiertos, se viene Sex and the Tortellini.
(Envidien mis talentos con PAINT)
Anda circulando por el uorl uaid ueb un e-mail que ilustra algunos símbolos que son pintados en las puertas, porteros y portones de casas por delincuentes, para luego seleccionar dónde es que robarán más tarde. Así, por ejemplo, un círculo significa "guarda, hay chanchos", un triángulo demuestra que una casa ya fue robada y un velero que la única en la casa es una mujer (lo cual también demuestra que dentro de cada chorro, hay un verdadero romántico – tal como diría una amiga mía, hombres: ¿no pueden aprender algo de ellos?).
El documento, titulado "Informe de Inteligencia del SET-PNP, 2006" en letra Comic Sans (porque así capaz que queda más lindo), causó varias repercusiones no sólo a nivel de la población, sino también a nivel de prensa y medios.
Según un articulo publicado el viernes en Montevideo Comm, el código es cualquiera y no hay casos así en Uruguay. Según una fuente anónima que casualmente me engendró, "a tu tía Carolina le pasó, hace 8 meses le marcaron la entrada a la oficina y el mes pasado le entraron cuatro veces".
Que cunda el pánico, ¡esto es hasta más grave que cuando te pegaban el chicle en un lado específico del exterior del auto para afanarte en el semáforo siguiente! Y seguro que la policía no nos está diciendo todo lo que hay que informar sobre el tema. Así que, desde el fondo de mi corazón, acá van algunos otros símbolos pintados que no aparecen en el famoso mail, también utilizados por delincuentes uruguayos para etiquetar hogares.
El miércoles 4 de octubre pasado, Zona Urbana abrió una gran caja de Pandora y puso el debate en torno a la dictadura nuevamente en el tapete – o al menos eso se creyó. Lo que en un principio fue una entrevista a Pedro Bordaberry, hijo del ex dictador Juan María Bordaberry, terminó siendo una verdadera lucha verbal entre él y Rafael Michelini, hijo del asesinado Zelmar Michelini.
A pesar de que la producción de Zona Urbana ya le había avisado a Michelini la temática del programa, éste decidió aparecerse en Canal 10 luego de escuchar las conversaciones con Bordaberry que éste le había grabado en forma clandestina. Entre insultos y acusaciones en cámara, ambos se enfrentaron polarizando las posiciones de la dictadura hacia pasada la hora del fin del programa, defendiendo a sus respectivos padres.
Según Ibope, Zona Urbana contó con un rating de 14 puntos aquella noche, rating que subió a 20 durante el ‘debate’ – o inclusive, ‘debacle’. Muchos avisaron a sus más allegados sobre lo que sucedía frente a sus ojos, ya sea mediante teléfono como mensajes de texto: “Te juro que en cualquier momento se agarran a las piñas”; “No te podés perder esto, poné el 10”; “Se está armando pelea en Zona Urbana”. Muchos pusieron el 10 y miraron atónitos. Muchos más cambiaron de canal después de quince minutos.
Y es que no fue necesario verlo. Los días siguientes fueron un circo mediático que se esmeró en cuanto a sus intentos de revolver el asunto. Prensa, televisión y radio tomaron el hecho como un símbolo del maniqueísmo existente en torno a la dictadura, el Frente Amplio contra el Partido Colorado, tupamaros contra militares, ellos contra nosotros, nosotros contra ellos... el enfrentamiento fue descrito hasta el más ínfimo detalle por periodistas, políticos, profesores, compañeros de trabajo y guardas de ómnibus. La información iba tomando forma de avalancha a medida que Michelini y Gonzalo Fernández (el otro protagonista de las grabaciones secretas de Bordaberry) se explicaban. ¿Qué iba a pasar ahora con el juicio de Bordaberry Sr.? ¿Reafirmaba esto que las emociones de la dictadura seguían vigentes en generaciones más jóvenes? Nadie sabía, pero que el ex ministro de Turismo le haya dicho a Michelini que él estaba lucrando con la muerte de su difunto padre fue mucho más interesante. Desde los corredores de las universidades a los almuerzos en el trabajo, la discusión pegó en los ámbitos más íntimos de la población uruguaya, llegando a la familia como una metralleta de opiniones que se sumaban a la propia. "Yo no lo vi pero me contaron" tal vez también hayan sido las palabras más dichas en aquellos tres o cuatro revoltosos días, donde las versiones del hecho se entrecruzaban a pesar de que los acontecimientos fueran repetidos sin cesar por los medios. Fue más divertido comentarlos cara a cara que escuchar los amargos de Traverso o Aldo Silva con la 'verdad'. Algunos encontraron de qué reírse: el primer articulo en Montevideo COMM fue titulado "En el nombre del padre", seguido por "Pedro y el lobo" y "En el nombre del secretario" (aludiendo a Gonzalo Fernández). Las explicaciones a lo sucedido también fueron muchas y variadas: que todo fue una cuestión de marketing político, que le ‘hicieron la cama’ a Michelini, que Bordaberry está intentando poner al Partido Colorado de vuelta en el mapa electoral, que el show mediático fue y es una vergüenza, que el show mediático fue y es el pilar del entretenimiento. Lo cierto es que por primera vez se habló abiertamente del dinero robado por los tupamaros. Ambos protagonistas dijeron cosas presentes en el colectivo de la audiencia, sin importar la simpatía partidaria de estos mismos. Todo aquel que se encontró implicado salió a dar explicaciones, aportando al periodismo de declaraciones ampliamente practicado en el Uruguay.La bola de nieve fue tomando velocidad al rodar hacia abajo por la ladera de la montaña, pero se encontró con un fin de semana veraniego que la derritió, frenándola en su rumbo. Es así que lo que ahora importa es que el 3 y 4 de noviembre fueron declarados feriados no-laborables. Es así que ahora importa la epidemia de paperas en el plantel de Nacional y es así que si se le pregunta a alguien, la pelea televisada entre Bordaberry y Michelini fue solamente un intento de desviar la atención pública de temas más tajantes, como lo es el tratado comercial con EEUU. O, en términos más simples, no importa. En el reality show de las noticias uruguayas, los votos ya fueron contados y, a diferencia de Fernández con su conferencia de prensa tardía, tanto Michelini como Bordaberry están nominados. Mejor que hagan algo antes de que los expulsen.
Profesando ser una Iglesia 'evangélica y pentecostal' a pesar de su densa carga supersticiosa, la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD) se ha expandido de forma impresionante desde su nacimiento en 1977 en Río de Janeiro. Edir Macedo, auto-proclamado 'obispo' fundador de la ya conocida secta y creador del conocido slogan 'Pare de sufrir', la ha convertido en una verdadera multinacional brasileña, hoy presente en América, Europa, Asia y África. En las elecciones brasileñas pasadas logró colocar en el parlamento a 34 diputados, demostrando el gran poder que los pastores tienen sobre sus fieles. La IURD tampoco es ajena a Uruguay: hoy existen 20 templos desperdigados por el territorio oriental que acaparan a miles de fieles dispuestos a dar todo por su salvación. Lástima que esta salvación parecería encontrarse a cargo de unos individuos dispuestos a dar todo por obtener su dinero. El Pastor Celso Zorzenón entra en escena. Viste de camisa, pantalón de vestir y corbata, cantando una pegadiza canción que retumba desde seis parlantes colgados de las paredes. Su voz truena desde el escenario, llena de emoción y entusiasmo que se derraman sobre el micrófono en sus manos. Los aproximadamente 150 fieles debajo se ponen de pie y acompañan al acento brasileño del pastor con palmas y estribillos a todo pulmón. A pocos metros y al nivel del piso, una cámara graba el momento, vigilado de cerca por 70 hombres, mujeres y niños uniformados y recostados sobre las paredes laterales del templo. Como todos los martes a las siete y media de la tarde, la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD) festeja su 'Sesión Especial de Sanidad con la oración de los 70' en su sede central, ubicada en la esquina de 18 de Julio y Yaguarón (ex-cine Trocadero). Mujeres, hombres y niños con problemas de salud han concurrido aquel día para ser sanados y liberados del demonio, responsable por sus dolencias. Se encuentran moviendo las manos hacia atrás, entonando al unísono “los demonios salen, salen”. 'Los 70' se refiere a aquellas personas ubicadas en los corredores laterales del público: son apóstoles u 'obreros' de la ya conocida secta que, en esta ocasión, además de recolectar el diezmo al final de la ceremonia, tienen la responsabilidad de orar por la sanidad de todos aquellos presentes. Luis Acosta es uno de ellos. Parece ser el más veterano de los obreros; su cabellera blanca y rostro arrugado lo destacan del promedio del grupo, que parece portar entre 25 y 30 años, aunque las edades parecen oscilar entre los 13 años y los 66 de Luis. Orgulloso, viste de traje y porta un rótulo sobre el pecho que lo identifica como apóstol. “Me llevó tres años llegar hasta acá,” cuenta. “Tuve que venir a las sesiones todos los días. Me tuve que bautizar con agua santa y después, hace poco, participé en la ceremonia donde me instituyeron con el Espíritu Santo”.A esta altura, se encuentran recorriendo los pasillos del 'templo', observando a la gente presente que ahora tiene sus manos sobre su cabeza, invocando a que el demonio salga. “Sal demonio de ahí, abandona ese cuerpo, sal,” implora con fervor el Pastor Celso. Apoya su peso sobre un gran pupitre en el centro del escenario, alzando las manos hacia el techo blanco. Detrás de él, sobre la pared color crema, se erigen una serie de enormes letras bañadas en dorado que deletrean la frase “Jesucristo es el Señor”. Una mujer de piel negra, comienza a sacudirse levemente. Sin titubear, una obrera vestida con su uniforme similar al de una empleada de una sucursal de tarjetas de crédito, acude a ella. Le presiona la cabeza con sus propias manos, repitiendo intensivamente quien-sabe-qué y mirándola a los ojos. Un simple vistazo general del público presente demuestra que cada obrero parece estar haciendo lo mismo con algún fiel convenientemente ubicado al final de cada fila.Siguen los cánticos. Casi toda frase dicha por el Pastor merece un 'amén' por parte de la festiva audiencia. Son personas humildes, de los sectores medios y medio-bajos de la sociedad. Aplauden, gritan, cantan y repiten cada gesto que el Pastor Celso les indica, sin vergüenza alguna. El Pastor indica que es la hora de 'caminar sobre el camino de la sal'. El público entero se vuelca hacia el pasillo derecho del viejo cine, formando una fila. Los obreros forman dos filas en el pasillo que separa al escenario de las butacas forradas con símil cuero color crema, enfrentándose en grupos de a dos. El Pastor Celso comienza a vociferar plegarias a Jesús en un tono desesperante, mientras uno por uno los fieles pasan por el medio de las dos filas de apóstoles, pisando un camino hecho por sal gruesa, sus cabezas presionadas por las manos de todos los obreros: “¡tú, demonio, que causas cáncer, artritis, asma, sinusitis, diabetes, sal de este cuerpo! ¡Sal! ¡Tú, demonio, que causas la enfermedad, que traes el sufrimiento, que produces úlceras, migrañas, gastritis, cálculos, leucemia! ¡Sal de este cuerpo, sal!” Una joven en silla de ruedas y lágrimas en los ojos es la primera persona en salir del caótico camino. Durante media hora van saliendo los demás fieles, bendecidos todos por los setenta apóstoles que previamente los controlaban de forma panóptica. Luego de aún más cánticos (cuyas melodías se asemejan a canciones para niños anglosajonas), el Pastor Celso llama a que suban al escenario personas ya sanadas. Uno de los ocho fieles elegidos es Oscar, quien con apenas 36 años, sufría de diabetes, dolores en las piernas, migrañas, asma y una úlcera. Lánguido, vestido con un roñoso traje gris y con la voz cortada por las lágrimas, profesa haberse sanado por completo tras un mes de venir cada martes a la sesión. “¿Quién te ha sanado?” le pregunta el Pastor. “¡Jesús!” responde Oscar, obediente. Una vez que todo el mundo se encuentra de vuelta en sus asientos, el tono de la ceremonia se torna serio. El Pastor Celso indica a dos obreras a pararse en frente del escenario con dos bolsas de tela azules, pidiendo a los presentes su ayuda monetaria para la Iglesia. “Sabemos que tienen dificultades, sabemos que no todos pueden. Pero usted piense en el Señor, piense en todo lo que ha hecho por usted. Usted que ha sido sanado por Jesucristo, demuéstrele su agradecimiento con una colaboración, lo que pueda. 500 pesos, 400 pesos, 300 pesos, 100 pesos... pasen al frente y agradézcanle a Jesús”. La gran mayoría de los fieles pasan al frente, depositando sobres con cifras desconocidas de dinero dentro. Por su donación reciben el semanario de la Iglesia que contiene las direcciones de los templos (llamadas 'direcciones de la felicidad'), un artículo que vincula a los desastres naturales y a la gripe aviar con 'Satanás', el horario del programa televisivo de la Iglesia por canal 12, los horarios de los programas radiales y hasta una receta para hacer alfajores de helado (donde se recomienda guardarlos en el 'frizer'), entre otras cosas. Es solamente una más de las formas en que la IURD aprovecha los medios masivos de comunicación para expandir su prédica. En 1989 contaba con un millón de fieles que se concentraban solamente en Brasil. Hoy, cuenta con 13 millones de fieles que se reparten entre los más de 80 países donde aseguran estar. Una vez finalizadas las donaciones, el Pastor se dirige nuevamente al bolsillo del público. Con la ayuda de tres obreros, trae al frente una gran urna de madera con las palabras “Memorial a los Diezmistas” inscriptas en dorado. En tono solemne, el Pastor Celso cuenta cómo su padre trabajó 20 años pero nunca pudo sacar a su familia de la pobreza, hasta que su madre se convirtió en 'diezmista' de la IURD y recién entonces pudo comprar una casa propia. “Usted, que fue ayudado por Jesús. Tome el formulario que ahora les entregan los obreros y conviértase en diezmista al servicio de Jesús. Diezmista significa 'diez', es un diez por ciento de su sueldo, de su pensión, de lo que tiene. Déselo al Señor, demuéstrele que tiene fe, y verá como la felicidad llegará a su puerta. Porque si uno tiene fe, Jesús lo sanará”. Es justamente a través de los diezmos que esta Iglesia ha recaudado tanto; solamente en Brasil, la IURD es dueña de un banco, 30 emisoras de radio y la red televisiva TV Record (la segunda más importante del país). Según la revista Veja en 1998, Autolatina, la mayor empresa privada de Brasil facturaba 337 millones de dólares al año, mientras que la IURD había llegado a facturar 950 millones anuales. Los más de 7000 pastores (15 de ellos se encuentran en Uruguay), cobran un sueldo de 700 dólares, además de recibir comisiones sobre los diezmos que obtienen, así como un auto y una casa cuando toman el mando de más de un templo. Esto llevó a que en 1992 Macedo estuviera 12 días preso por 'apropiación indebida del dinero de los fieles', hecho que fue dejado en el olvido por los abogados de la Iglesia. También se ha vinculado a la IURD con el Cartel de Cali y con el lavado de dinero, además de las numerosas denuncias hechas por ex-pastores y familiares de fieles devotos, tanto en Uruguay como en el mundo. Todo los días hay sesiones diferentes, en por lo menos cuatro horarios distintos, y en cada una se recolectan diezmos. Los lunes son dedicados a los problemas empresariales, los martes, como este, a los problemas de salud; los miércoles son para el estudio bíblico, los jueves para la familia y los viernes auspician las famosas 'sesiones de la descarga', dedicadas a la purificación del alma y exorcismos. La 'terapia del amor' es dejada para los sábados y todos los domingos se celebra la 'terapia espiritual', además de ceremonias especiales. Ya recolectados los diezmos, los obreros reparten cintas rojas para utilizar como pulseras protectoras. El Pastor Celso promete que en la siguiente sesión regalará a cada uno de los presentes un 'jabón con aceites sanadores', los mismos aceites que los apóstoles ahora untan sobre las fotos de familiares que los fieles han traído. Otros obreros ubican unas sillas plásticas de jardín al frente, donde quienes prefieran pueden ir a hablar con ellos sobre sus problemas. Finalizada la ceremonia de casi dos horas, el Pastor Celso se retira apresuradamente entre aplausos, portando consigo las bolsas de tela azul y el 'Memorial de los Diezmistas'. Atrás, deja a las esperanzas, las promesas y la interminable espera de milagros que volverá plantearse el martes de la semana siguiente.