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A pedido

lunes, junio 08, 2009

Se fue Daisy Tourné. Hizo reír a un puñado de pequeños socialistas y después se fue. Así, se arrepintió y se fue. Pero antes de que los fans de Daisy me pidan este post para publicar en su facebook y que El País lo levante para demostrar que sólo 10 personas comentaron y entonces Daisy es un fracaso, voy a explicar una cosa.

Yo a Daisy le tenía fe. Sí, le tenía fe. Yo la veía a Daisy, a una
mujer grande, lesbiana, media fea si la mirás con un ojo cerrado, que se divertía en Fun Fun, que tenía sitio web y hablaba en un idioma Mujiquense de menor calibre, como una brisa de aire fresco en la política. Como alguien que tenía el potencial de quizás, tal vez, capaz, en una de esas, cambiar algo.

Esto fue en el 2007. Desde entonces, muchas cosas han pasado, demasiadas como para seguirle teniendo fe. Por más que viva dentro de un tupper, por más que la vida misma me encuentre desconectada de toda noticia o evento que supuestamente me tiene que interesar porque un equipo de producción de un noticiero o diario me lo dice, yo sé que no le fue bien. Que hizo las cosas mal. Que muchas otras personas, como yo, se desilusionaron.

Dicen que Daisy renunció porque se fue de boca en un encuentro con los jóvenes del Partido Socialista. Dicen que ofendió a medio pueblo – a su partido m
ismo y a la oposición – por decir cosas que no tendría que haber dicho. Que el propio gobierno le pidió la renuncia.

Si repasamos sólo por un segundo las cosas que Daisy dijo en ese encuentro, no encuentro una sola donde haya sido tan ofensiva. Dijo burro. Ohnoes. Dijo concucha, parafraseando a alguien se su mismo partido. Oh Margot. Dijo cagando. Dios mío. Y dijo hijo de puta. ¡Ay no!


Déjenme de romper las pelotas. ¿Qué dijo Daisy? Daisy dijo que la oposición la ve cómo una 'desequilibrada', 'lesbiana', que tiene 18 amantes y que vive en Facebook y en pedo en Fun Fun. ¿Esto es mentira?


No. De la misma forma en que la izquierda ve a la derecha como un puñado de trogloditas neandertales con camisa a cuadros y chaleco Legacy que hacen fruto de su fallutería sonriéndole a las cámaras mientras les pegan a sus mujeres, echan a sus hijos homosexuales de la casa y dictan su vida según los demás y demenos de Galería, la derecha ve a la izquierda como planchas mugrientos con olor a mandarina que pasan de orgía en orgía mientras compran remeras de Liber Seregni al por mayor y justifican su pereza con los obstáculos sociales, su falta de hábito de trabajo y su afición por el porro.

El 'Che' según la izquierda y el 'Che' según la derecha.

Daisy dijo que el parlamento da vergüenza, que da vergüenza ver a una legisladora diciendo 'vení, vení, vení' (en alusión a la diputada Sandra Etcheverry) y da vergüenza también oír a otra legisladora del Frente gritando ‘conchuda’ a los cuatro vientos. ¿Esto es mentira?

No. Da vergüenza, sí. De hecho, hace un par de días, hablábamos de esto en una reunión con amigos donde nos terminamos peleando todos por temas políticos. El tema del parlamento salió a luz y justo se dio que tres de nosotros habíamos estado en un par de sesiones de la cámara de Senadores para ver qué carajo hacían mientras el pueblo esperaba por una ley. Fue deprimente, deplorable, vergonzoso e increíblemente aburrido. Nadie l
e daba pelota a nadie. Es más, cuando se pelean eso quiere decir que al menos ALGUIEN estaba escuchando. Y el que nadie haga nada y el que el país no tome esto como un problema nos hace a todos, a todos nosotros que les pagamos el sueldo, una manga de conchudos.

Daisy dijo que los carteles de 'Tolerancia Cero' de la campaña de Hierro eran un slogan. Que cuando alguien le preguntó a Hierro qué quería decir, él mismo lo admitió: era un slogan. Y que, por esta razón, Hierro era un burro. ¿Esto es mentira?


Sí y no. Hierro es burro en afirmar que sólo se trataba de un slogan y no ofrecer medidas o estrategias o lo que sea de seguridad potenciales en caso de su victoria a cambio del slogan y sólo mencionar el problema sin dar soluciones. Pero no est
oy segura si 'burro' equivale a 'demostrar que uno es un político de medio pelo'.

Daisy, supuestamente, ofendió a un pueblo. Según Lacalle, 'dio vergüenza'. Según Mujica, habló ‘de más’. Según Hierro, la ministra está 'fuera de control, dice palabrotas, comete groserías y ataca a los líderes de la oposición'. Según Mieres, sus declaraciones demuestran 'que está totalmente fuera de capacidad para el ejercicio de un cargo tan importante.'


Según Larrañaga, ofendió 'a todos los uruguayos' (aunque viniendo de un candidato que logró 'ofenderse' con los resultados de una encuesta que no lo suponía ganador en las internas, esto no me sorprende). Y Larrañaga también dijo, luego de una s
arta de boludeces que ocupan más de dos párrafos, que los propios dichos de la ministra 'eximen de mayores comentarios.' Yo digo lo mismo, entonces.

Y según Nin Novoa, el mismo presidente fue el que le pidió a la ministra su renuncia, alegando que este incidente fue la razón de la misma.




Daisy dijo, y citando textualmente, que "El sueño dorado del uruguayo no es tener la casa propia, es tener el policía propio. El mismo que reclama más policías dice que todos los policías son corruptos, hijos de puta y ladrones, el mismo, pero quiere su policía. Tenemos una esquizofrenia con este tema". ¿Esto es mentira?


No. Pero tampoco es nuestra culpa. Es culpa de Daisy. No hay que ser muy vivo para darse cuenta que la inseguridad sigue vivita, coleando y en aumento. Lo que en algún momento se dudó si efectivamente era sensación térmica o no, ya no debería ser cuestionado. De hecho, los datos lo confirman. Datos que fueron recolectados muchísimo tiempo atrás y que el gobierno recién dio a conocer.

Y esta es la razón por la cual Daisy tendría que haber renunciado. No una sarta de boludeces seguidas de declaraciones pedorras de todos los candidatos y afines.


El hecho es que Daisy dijo muchísimas cosas mientras un grupete de jóvenes socialistas y todo el mundo presente se reía a carcajadas, cosas donde no le pifió tanto, y luego se fue. No importa si se fue por motus propia o porque Tabaré se lo pidió. Lo que importa es que se fue por hablar de más, por expresar su frustración y por decir cosas que no sé si son tan erradas. Lo que importa es que se tendría que haber ido porque no pudo con su trabajo.


Yo la única moraleja que encuentro es la siguiente: siempre es más fácil encontrar un chivo expiatorio que admitir – a uno mismo y a un país entero – que se las cosas se hicieron muy, muy mal.


[Uds. querían un post sobre Daisy. Bueno, ahí está. No creo que sea lo que esperaban pero es lo que es. Y, como agregado, digo: a ver si la opinión pública se deja de debatir sobre pelotudeces y se pone a pensar en cómo solucionar el problema de la inseguridad, en cómo bajar la tasa del desempleo que subió, en cómo bajar el costo de vida y en cómo milagrosamente crear a un candidato que valga la pena en tan sólo 20 días.]

Gran oportunidad gran

martes, junio 02, 2009

Suena mi celular un viernes a las 5 de la tarde. No reconozco el número pero contesto. Capaz que es algún fan. Capaz que tengo algún stalker que va a respirar tres veces en la línea antes de cortar. Capaz que alguno de mis amigos se quedó sin tarjeta.


No, sin duda, debe ser un nuevo fan que encontró mi celular quién sabe cómo. Seguro me llama para decir cuánto me ama. Por eso contesto.

- Hola, ¿DIT?
- Habla ella. ¿Quién habla?
- Mirá, te hablo de la consultora XX, la Universidad YY nos mandó tu currículum y tenemos una oportunidad laboral para vos que seguro te va a interesar.
- A ver. (No suelo ser muy expresiva por teléfono.)
- Bueno, se trata de una posición para Comunicador Junior…
- Ajá. (Son las 5 de la tarde y mi mente está en cerealitas con queso philadelphia.)
- Básicamente se centra en torno a las nuevas tecnologías, medios electrónicos Güeb 2.0, publicaciones… bien tu perfil. Estarías trabajando con un equipo de personas en torno a la planificación y ejecución de una estrategia de medios para comunicar el mensaje de la organización, usando distintas capacidades, muchas herramientas… además también tendrías que ocuparte de divulgar noticias en medios periodísticos, introducir las tics pertinentes e investigar el área.
- Ajá. (¿Y si hoy como las galletas esas chiquitas de arroz en vez de ceralitas?)
- ¿Te interesa?
- Eh… ¿sí?
- Bueno, entonces nos encantaría tener una entrevista contigo. Podríamos hacerla el lunes que viene, a las 10 de la mañana o 2 de la tarde, vos podés elegir.
- Bueno, a las 2 de la tarde.
- Perfecto. Ah, me olvidaba, antes de confirmar tengo que darte las condiciones.
- ¿Las condiciones?
- Sí.
- Ok, decime las condiciones.
- Bueno, el trabajo paga 10,000 pesos más IVA.
- ¿Más IVA?
- Claro, sería a modo externo y con contrato por un año.
- ¿Externo?
- Claro, vos trabajarías a modo de unipersonal.
- ¿Y cuántas horas serían por semana, más o menos?
- 40.
- ¿40? 8 por día, ¿no?
- Sí, vos te administrás.
- ¿Por 10,000 pesos más IVA?
- Sí.
- ¿Más los costos de abrir y mantener una unipersonal?
- Y… sí.
- ¿Por contrato?
- Sí.
- Muchas gracias señorita, pero no me interesa.
- Está bien.
- Chau.
- Chau.

Uruguay: el único país donde una empresa tendría el tupé de ofrecer un puesto de trabajo ‘que seguro será interesante’ donde vos tenés que – por contrato – incurrir en gastos y abrir una empresa, dedicarte exclusivamente a un cliente y recibir 10,000 pesos más IVA por hacer el trabajo de al menos 2 personas.

Es por este motivo, y para alertar a la población que sin duda se encuentra buscando un trabajo digno y divertido en estas épocas de crisis mundial, que he decidió redactar un pequeño instructivo sobre los puestos de trabajo. De nada.

Pequeño Diccionario Laboral Para Entender Avisos y Clasificados Para Puestos De Trabajo En Uruguay

Remuneración Acorde: no paga bien.

Remuneración Acorde a las Responsabilidades del Cargo: no te pagan bien y encima piensan que lo que hacés vos lo puede hacer cualquiera.


Requisitos – Secundaria Completa: no paga bien y vas a competir con 100 currículums más.

Requisitos – Estudiante de X Carrera: no paga bien y tenés que hacer el trabajo de 4 personas.

Requisitos – No es Necesario Contar Con Experiencia Previa: no paga bien y tenés que hacer el trabajo de 4 personas.


Requisitos – Persona Proactiva: tenés que hacer el trabajo de 4 personas.


Requisitos – Creatividad: creatividad para hacer las cosas tal cual te las dicen pero obtener mejores resultados que cuando las hacen ellos tal cual te las dicen.


Requisitos – Experiencia en Venta Directa de Intangibles: Telemarketer.


Customer Service Agents: Telemarketer.


Customer Support Agents: Telemarketer.


Operador de Call Center: Telemarketer.


Agente de Call Center: Telemarketer.


Profesional de Ventas: Telemarketer.


Sales Representatives: Telemarketer.


Ofrecimientos – Buen Ambiente Laboral: hay otra gente en la oficina.


Ofrecimientos – Excelente Oportunidad: hay otra gente en la oficina.


Ofrecimientos – Desafíos: no paga bien y tenés que desafiar al embole tísico que te vas a agarrar laburando de eso.


Ofrecimientos – Horario Flexible: no hay horario pero el trabajo da como para más de 40 horas a la semana. Y no paga bien. Y hacés el trabajo de 4 personas.


Aviso en Comic Sans: no paga bien.


Empresa en crecimiento: no paga bien.


Asistente Personal de Persona Importante Que Paga 1500 Euros Al Mes Pero Te la Pasas Viajando y Te Codeas Con Nobleza Europea: trata de blancas.

Bueno, me aburrí, pero seguro Uds. tienen muchísimos ejemplos más. Prometo que si me los dicen, los agrego a la lista con su nombre al lado, re prolijito, y un link a su blog, re prolijito, y después armo un eBook y hacemos un instructivo re piola. O, yo qué sé, los agrego y ta.

P.D: Apuesto a que no hay NI UN telemarketer tan lindo y arreglado como en las imágenes de stock de telemarketers. De hecho, apuesto a que laburan en pishama, tomando Coca Light y fumando a lo lindo, cubiertos por una frazada porque aunque el frio está bueno, tanto frio apesta. Ta, capaz que esa soy yo.

Nuevos Agregados Al Diccionario Pedorro Este:

Se valorará xxxxx (no excluyente): si no tenés xxxxx, más vale que esté muy bueno/a [El Chino].

Persona de 18-23 años con experiencia: esperan que tengas la experiencia de una persona de 40 [Marcos].

Telemarketer: Telemarketer [Transmutación].

Con Aspiraciones Personales: no esperes un sueldo mayor a $3000 [Transmutación].

Pasante de Testing y Desarrollo: Pasante de Testing [Nachín].


El síndrome de la Srta. Sedal

lunes, mayo 25, 2009

Así como existen programas pedorros en los canales de noticias, los diarios tienen a sus revistas. Quizás la más conocida en Uruguay sea Galería que viene con el semanario Búsqueda todos los jueves (aunque sigo insistiendo que es Búsqueda que viene con Galería pero ta).

Desde que Galería salió hace no-se-cuantos-años, hay una sección dentro de ella que se ha llevado todos los comentarios: los demás y demenos d
e la semana. En la primera página de la revista, uno puede encontrar dos pequeñas listas que no hacen más que enumerar lo que un puñado de periodistas (todas mujeres, creo) cree que las clases sociales altas de Montevideo consideran demás o demenos.

A través de los años los demás de Galería se fueron tornando cada vez excéntricos, hasta llegar al punto en que está demás irse a Japón a ver cómo el Chef Nikoto Hashamashi mata a una gallina engordada con caviar importado de Uruguay y te cocina un rico pollo teryaki con papa al plomo mientras anda en moto, o que está demás que tu hijo mezcle azul y amarillo en la jardinera y que le de rojo.

Creo que sólo una vez en mi vida fui demás según Galería. Y lo f
ui porque quería un chanchito chiquito de esos que sabía sólo criaban en una granja en Inglaterra. Sin embargo, millones de veces me he sentido más que identificada con los demenos. Desde decir ‘denalga’ cuando alguien me dice gracias a quejarme del IRPF y sonarme la nariz con papel del rollo de cocina, siempre estoy demenos.

Demás y Demenos según Google

Pero no me importa. Yo, tal como lo han hecho un puñado de millones de uruguayos, he aceptado y abrazado mi demenosidad. A esta altura, creo, sería más vergonzoso estar demás según Galería que demenos y es eso, en gran parte, el atractivo del listado.

Todo esto viene a que, otras publicaciones – no vamos a tirar nombres, aunque empieza con El y termina con País – han intentado subirse al pony y ofrecer su propia
versión de los demás y demenos.

Para que su lis
tado sea más TOP y menos COPIADO, este diario en cuestión decidió cambiarle el nombre y nombrarlo FASHION / DEMODÉ. Así es como llegamos, entonces, a nuestra primera conclusión: el inglés está demás y el francés de menos. Y que quien haya elegido el nombre seguramente tenía 50 años y dos preadolescentes que miraban Floricienta mientras él o ella soñaba sobre nostalgiosas noches en la boite de turno bailando lentas al ritmo de More Than Words.

En fin, desde su creación, los fashion y demodé de este diario han sido bastante más pedorros que los de Galería pero siempre más traídos a tierra. De este modo, mientras que Galería recomendaba irse en un tour por Francia para degustar champagne o sino morir en la vergüenza del demenos social, la sección Domingo le daba el visto bueno a los vestidos cortos. Y mientras Galería tildaba de paria a cualquier persona que osase decir ‘hola’ cuando se encontraba con un amigo, era demodé Mónica Farro.

Y, evidentemente, esto no le importa a nadie.

Fashion y Demodé según Google. Los dejo adivinar cuál es cuál.

Sin embargo, el domingo del día de la madre (10 de mayo, porlas) (perdón, por las dudas) (está demenos decir porlas) el listado del diario que me rehusé a mencionar incluyó al siguiente ítem como demodé:

"Las mujeres que no se depilan seguido en invierno bajo la excusa de que con los pantalones no se ven los vellos. Más higiene, por favor."


Ok, sí: he defendido el no depilarse en invierno a muerte muchísimas veces. Y sí, es cierto que dejé esta práctica hippie y me vendí a la hipocresía del capitalismo imperialista machista el día en que mi situación sentimental según facebook pasó de ser 'soltera' a 'en una relación'. Y sí, no pretendo que todo el mundo esté de acuerdo conmigo en defender a las solteras que usan pantalones y no se depilan y que no creen que ojos que no ven corazón que no siente y todas esas cosas.

Pero… ¿poco higiénico? Seriously.

Si tener pelos en las piernas es poco higiénico entonces estoy viviendo en una casa con cuatro mugrientos de mierda. Si tener pelos en las piernas es poco higiénico entonces, dios mío, hay que darle con el rifle sanitario a todo el plantel de la selección nacional. Con razón que la ciudad está tan sucia… ¡tenemos a un mugriento de intendente!


Estoy segura de que son amigos de la Señorita Sedal. Se
gurísima.

Y para no ser menos y porque, aparentemente, me es imposible hacer un post que no tenga al menos 4 carillas de longitud, me subo al pony, me juego a lo trillado y les dejo los YAY y los EW de Catatonias:


YAY
  • El Danette de chocolate.
  • El verbo 'bombear'.
  • Decir que vas a votar anulado.
  • Conseguir Marlboro Lights en un quioscucho del Interior.
  • Darle los Marlboro Lights que conseguiste a DIT.
  • El Poker de facebook.
  • Cantarle canciones de Ricky Martin a los floggers del Shopping.
  • Leer Catatonias. Obvio.
  • 'Qué te pasha Clarín, ¿estás nervioshooo?'
  • Mirar Gran Cuñado aunque esté demenos.
  • El programa 'Habla que te escucho' de Pare de Sufrir.
  • Las computadoritas XO. Son re lindas.
  • La Coca Light.
  • Llamar a los huevos 'abortitos de pollo'.
  • Dormir.

Yay y Ew según Google. Y, casualmente, dos gatos.


EW
  • No saber qué más poner en los Yay y darte cuenta que, en definitiva, seguís siendo una uruguaya criticona que le ve el lado demenos a todo.
  • Votar en blanco.
  • Que todos los candidatos de todos los partidos estén enfermos (ya sea física como mentalmente).
  • Los cigarrillos Fiesta. Juro que se siente el cáncer brotar por la garganta con cada pitada.
  • Borrar a la gente que te va ganando en el poker de facebook para que estés entre los primeros tres. (No me juzguen.)
  • Participar en un focus group y que la empresa organizadora no te deje de llamar después para meterte en todo focus group habido y por haber ("Donde dice si participaste en otro focus group últimamente, vos mentí y decí que no").
  • Los sueldos uruguayos.
  • Quienes no piensan que los sueldos en Uruguay están demenos.
  • Quienes me van a criticar por decir que los sueldos en Uruguay están demenos.
  • Ya que estamos, el precio de los alquileres en Uruguay.
  • El calor a esta altura del año.
  • Las cucarachas.
  • Gran Cuñado. Excepto la frase de Néstor escrita en los yay.
  • Niños perreando al son del regetón. Sí, Tinelli, te hablo a vos.
  • La Coca Zero.
  • Hacer listas de demás y demenos.
  • Escribir este testimonio y publicarlo en El País Digital:
"Yo me compré un lindo vestido en una tienda en 18 de Julio y ese vestido lo iba a estrenar en un baile de gala con mi novio , cuando estábamos bailando la " Conga " el vestido de pronto se empezó deshacer como por arte de magia y yo quede media desnuda y se me veía la bombacha . Quise devolver ese vestido pero, la empleada de esa tienda no me quiso devolver el dinero. Estoy muy enojada y nunca mas pienso comprar algo así sin garantía que lo pueda devolver o cambiar por otra prenda parecida. La gente en el baile se reía de mi porque yo estaba casi desnuda y además mi bombacha estaba media sucia y tenia manchas marrones".
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Finalmente, para rematar, es muy posible que el martes esté participando en una mesa redonda sobre blogs en el programa radial de Jorge Traverso. Por ende, si se perdieron a mi maravillosa persona croqueteando al aire en Abre Palabra, es una exc
elente oportunidad de reírse de mí sin que yo me entere.

Lo único que tienen que hacer es comprar pop y sintonizar Tiempo Presente en Radio Oriental a eso de las 9:30 de la mañana. No me hago cargo de atragantamientos por pororó ni sentimientos de vergüenza ajena, así que cuídense y prendan la estufa (hará calor pero seguimos estando en invierno).

Croqueta según Google.

Aprendiendo a hacer propaganda

viernes, mayo 01, 2009

El otro día me llegó el siguiente mensaje vía Féisbuc:
1°) Llamado a voluntarios

El Comando de Campaña Astori Presidente precisa un grupo de jóvenes habituados a surfear en la web para el desarrollo de un proyecto. Se trata de invertir algunas horas diarias (en cualquier horario) durante una o dos semanas. Los voluntarios, por favor envíen un mensaje a: info@astoripresidente.org.uy, agregando al mismo información personal, disponibilidad de horario y dónde leyeron este mensaje. Gracias.

Prensa Comando Astori Presidente
Además de reírme ante el uso de la palabra 'Comando' y pensar que Astori debe estar buscando gente para mejorar su 'sensación política' en Montevideo COMM (ya que estamos, si alguien lo sabe, por favor explíqueme cómo es que miden esto), me puse a pensar en las campañas políticas.

Porque las campañas políticas son mucho marketing y las campañas políticas son mucho diseño y las campañas políticas son mucho 'busco programador web'. Hoy en la radio escuchaba un discursillo de Lacalle y, ante todas las preguntas, Lacalle respondía "Fíjense en www.lacalle.com.uy." Así es que, ahora, lo candidatos necesitan de programadores web.

Se ve que es su forma de acercase al 'público joven',
esos no sé cuantos votantes que todos quieren acaparar. Larrañaga dijo el otro día que él es el único candidato que tiene propuestas tangibles para los jóvenes. Eso no es cierto. Lacalle también se ha preocupado por llegarles a los jóvenes. Retardados, pero jóvenes al fin:

Igual, no voy a analizar sus sitios webs. Esa tarea le quedará al Chino que tan bien lo hace. Yo voy a analizar otra cosa.

Resumiendo, una campaña política siempre necesitó de gente. Antes d
e que los candidatos aparecieran en Facebook y antes de que tuviesen sitios güeb en internés, y antes de que corten el pelo y usen chaquetitas porque sus asesores de imagen se lo indican (sí, te hablo a vos, Muji), los candidatos publicitaban en la calle, o vía pública como le dicen.

Junta política en Plaza Gomensoro. Palmera única testigo.

Y para estos anuncios en vía pública, siempre utilizaron personas inteligentes, con experiencia, para que les escribieran sus slogans. Slogans que lees y pensás "Chan, a este lo tengo que votar sí o sí." Si no, miren al Guapo:


Sin palabras.

O, quizás, yo y vos también seamos expertos en slogans partidarios:


Guapo, me podés robar el slogan si querés.

También siempre han contratado a los mejores fotógrafos, tal como lo ejemplifica este anuncio de Amorin y el fachero:





No, no es una foto sacada con un celular… es periodismo civil. O algo así. Buscalo en Wikipedia. Sí, son re cancheros y usan Wikipedia. Votalos, joven. Por favor.

O mejor, me pueden votar a mí. Sobre el mismo Palacio Legislativo. DOS VECES.



Aparentemente, todo lo que necesitás para hacer una propaganda política en vía pública en Uruguay es un slogan - cualqueir slogan - y una foto - cualquier foto. Sí, la del cumple de la tía que sacó el abuelo con el celular sirve también. O aquella foto que sacaste de otra foto con la cámara digital porque no tenías escaner. O mismo esa que recortaste del diario cuando saliste en la sección de Sociales. Cualquier foto.

Todo esto me hace pensar que, en Uruguay, quienes ayudan a armar campañas políticas deben ser todos voluntarios, amateurs, partidarios apasionados que desean ayudar a su candidato de elección con toda su alma. Es por eso que tenemos que entenderlos y conformarnos con las truchadas que vemos. No es que ni siquiera lo estén intentando... simplemente, no tienen los recursos necesarios. Un poco de paciencia, che. Después de todo, tampoco es que están gastando nuestra plata. ¿O sí?


Es
eso, o basta de contratar a familiares que de vez en cuando usan fotoshó. ¿Cuál es tu caso Lamas?





Aunque si yo fuera Lamas hubiese hecho las cosas un poco distintas. Digamos que el fotoshó no hubiese sido tan libremente aplicado a mi rostro sino a, bueno, pequeñas imperfecciones de las cuales me quejo de vez en cuando. Pequeñísimas, eh. Y si no, mirenlón:


Y, por alguna razón, me sospecho que obtendría más votos que él.

Texto, foto y photoshop a millón. Ahora sólo falta probarlo en sus casas. ¡Van a ver que es muy fácil y divertido!

(¡Gracias a Gabriel por las fotos!)

Cuentito navideño

martes, diciembre 23, 2008

Había una vez, en un lejano y pequeño país que al hemisferio norte no le podría chupar más un huevo, un cambio. Este cambio trabajaba como todos los demás, intercambiando dólares por pesos, reales por dólares, euros por pesos argentinos y soles peruanos por yenes. Pero, a diferencia de los cambios comunes y corrientes, éste cambio también hacía transacciones con plata, la misma que conseguirías tú, pequeño niño, si fundieras los cubiertos de la abuela.

La plata es un metal precioso. Precioso porque vale más que la lata y el zinc nomás. La verdad es, niño, que en ese pueblo nadie quería hacer transacciones con plata porque la plata no valía nada. Bueno, estamos exagerando: sí valía, pero no tanto como el oro, el metal precioso por excelencia.

Sin embargo, este cambio notó que nadie hacía nada con plata y decidió tomar la posta. Comenzó su pequeño labor y al cabo de unos años se convirtió en un referente para las transacciones con plata, en el sentido metalero-precioso de la palabra.

En el pueblo existían también un sinfín de villanos malos que buscaban robar a los cambios para comprarse droga. Como bien te lo ha dicho tu madre, niño, la droga es mala y sólo los malos toman droga. ¿Viste Maradona? Bueno, Maradona cuando tomaba droga era malo pero ahora es bueno. Y si no me creés preguntale a tu mamá.

En fin, estos villanos tenían la tendencia a robarle el dinero y la plata a los demás para comprarse una droga que se llamaba pasta base. La pasta base, querido, es una droga que te vuelve loco y te hace robar y te mata. Si algún día tú perdieras tu inocencia de niño y quisieras drogarte, nieto mío, yo te doy un porrito pero ni se te ocurra tomar pasta base. Si tomás pasta base el Pepe de la bolsa te va a encerrar y te va a pegar hasta que se te vaya la adicción, así que mejor pedile un porrito al abuelo y quedamos en esa, ¿dale?

Ta. No le digas a tu madre.

Bueno, siguiendo con el cuento, el cambio le tenía mucho miedo a los villanos del pueblo. ¿Por qué? Porque estos villanos pensaban que la plata valía mucho más de lo que realmente valía y, entonces, el cambio tenía miedo que se la robaran. El cambio usaba unos camiones de hierro súper poderosos para transportar la plata y quienes acompañaban al camionero tenían pistolas y metralletas y granadas y bombas brasileras, pero los villanos igual les podían robar.

Entonces, para evitar los robos, el cambio decidió que en vez de decir 'plata' cuando hablaban por teléfono, iban a llamar al metal precioso 'merca'. Así como tu madre te dice 'desgraciado' en vez de 'Federico' cuando se enoja. O cuando tu padre te dijo 'retardado' en vez de tu nombre cuando llegaste con 5 bajas. Igualito.

Acá es cuando la cosa se pone interesante, Federiquito. Merca, el nuevo nombre que le pusieron a la plata, no es un nombre inventado. No, no. Merca, corazón, es también como se le llama a otra droga, a la cocaína. La cocaína es mucho más concheta que la pasta base, pero igual es droga y también es mala. Mirá, sin ir más lejos, lo que Maradona usaba para drogarse cuando era villano era merca. Ahora toma Coca Light y es bueno. Vos nos tomes merca porque te hace malo. Pedile al abuelo un porrito y lo dejamos así. ¿Dale?

Ta. No se te ocurra decirle nada a tu madre. A tu padre podés si querés, ya que él de vez en cuando me pide un cañito y lo compartimos con nostalgia de tiempos pasados. Un cañito es un porrito, mi amor.

No me hagas más preguntas que quiero seguir con el cuento.

Bueno, te sigo contando. 'Merca' tampoco es un nombre que se les ocurrió a ellos solitos. No, no fueron tan inteligentes. Verás, repollito de esmeraldas brillantes, 'merca' se le suele decir a la plata en todos los cambios que trabajan con ella. Es como decirle 'amarillo' al oro. Y se hace porque en todos lados había villanos y en todos lados todos los cambios corrían los mismos riesgos que el cambio protagonista de este pequeño cuento.

Bueno, pasa el tiempo y el cambio nota que cuando le dicen ‘Merca’ a la plata, los villanos no vienen a robarles. ¿Por qué? Porque a los que transportan merca de verdad se les llama narcotraficantes y los narcotraficantes son súper villanos tan pero tan pero tan malos que ni los Pogüer Reinshers pueden con ellos. Sí, Bob Esponja tampoco. No, ni la Mole podría con ellos. No, él tampoco. Tampoco ella. Nene, ¿me dejás seguir con el cuento? Bueno. No, aguántate, después del cuento podés hacer pis.

En fin, los narcotraficantes eran tan pero tan malos que hasta los villanos le tenían miedo. Y, por un tiempo, el cambio pudo hacer todas sus transacciones con plata sin ningún problema.

Hasta que un día, la ministra Daisy Tourné decidió que no iba a apresar más a los villanos y que iba a buscar a malos en otros lados. La ministra se enteró de que había irregularidades en algunos cambios y entonces mandó a su equipo de inteligencia a pinchar los teléfonos de toooodos los cambios del pueblo. Pinchar un teléfono quiere decir que la policía se pone a escuchar toooodas las conversaciones que vos tenés por teléfono pero sin que vos te des cuenta.

Y así, se enteraron de que este cambio transportaba 'merca'. Sí, corazoncito de melón, tenés razón, lo lógico es que si la inteligencia fuese tan inteligente, que ellos mismos investigaran antes de actuar y descubrieran que se le dice merca a la plata en el ambiente de cambios. Y, si aún tienen dudas, que averigüen, investiguen e interroguen de manera sensibilizada y coherente.

Pero, mi amor, la inteligencia de este pueblo no era tan inteligente como vos. Los policías que integraban este escuadrón súper selecto habían crecido mirando programas de televisión como Maiami Vais y Estarski y Jach y pensaban que tenían una pista tremenda. Entonces, se subieron a sus autitos Corsa y armaron tooooodo un operativo para detener a uno de los camiones con merca.

A esta altura la ministra estaba pasando mal. El pueblo estaba enojado con ella porque ella no detenía más a villanos y entonces los villanos le robaban al pueblo sin que nadie los detenga. Entonces decidió cagarse en el pueblo. Lo importante para ella, Federico, era que los otros países la quisieran para que, cuando ella se retirara del cargo, le ofrecieran asilo político cuando todo el pueblo quisiera lincharla. Y entonces pensó, erróneamente, que incautando a un montón de cocaína como la de los avioncitos en Salto, ella iba a quedar bárbaro. Por eso aprobó y autorizó el operativo y eso.

¿Qué es linchar? Este… pegarle mucho a una persona entre todos. Sí, como la morta. Igualito.

Todos los policías se dirigieron hacia donde sería el operativo. Y, cuando todo estaba listo, esperaron a que pasara el camión del cambio y lo detuvieron. ¡No sabés lo que fue eso! ¡Fue un disparate de sirenas, frenos de autos y megáfonos! ¡EEUU hubiese estado celoso! ¡Verde de envidia! Sí, señor. La inteligencia dio un despliegue maravilloso, era como la noche de la luces pero en la mitad del campo, una cosa impresionante que sería muy difícil de describir. Callate y aguántate o te lo describo. Me parecía.

Al mismo tiempo, otros autitos de la inteligencia estaban deteniendo a los dueños del cambio protagonista de esta historia. Y, los autitos del despliegue detuvieron al camionero y a los hombres con metralletas y se los llevaron para la comisaría.

Luego de felicitarse todos entre ellos por un trabajo bien hecho, abrieron una sidra y brindaron entre todos. Un suboficial sacó un cordero del baúl del Corsa y otro armó una parrilla al mejor estilo Maguiver. Y ahí permanecieron por 4 horas, tomando y comiendo y disfrutando de lo lindo. Era una situación hermosa.

Hasta que a uno se le ocurrió abrir la puertita de atrás del camioncito y robarse una bolsita de merca para las fiestas. Imaginate su sorpresa cuando lo único que encontró fueron pelotitas de plata, una al lado de la otra, millones de ellas, un sinfín de plata metalera preciosa pero nada de cocaína.

Pero, Federiquito, la inteligencia no se dio por vencida. Ellos estaban convencidos de que habían apresado a narcotraficantes. Además, no podían llamar a Daisy y decirle que todo el dinero que había gastado en el operativo había sido al santo pedo. Al santo pepino, perdón.

Entonces, siguieron haciendo macanas. Llevaron al camión a una fundidora y se dispusieron a fundir cada una de las pelotitas de plata para ver si tenían merca adentro. Evidentemente, lo único que obtuvieron fue un montón de plata fundida pero nada de merca.

Dicen las malas lenguas que muchos de estos policías tomaron un poco de esta plata y la convirtieron en cubiertos. Hay quienes afirman que a veces los encuentran deambulando por la feria de Pajas Blancas intentando vender tenedores, cucharas, cuchillos de manteca y teteras antiguas con imperfecciones de fábrica. Hay quienes juran que los regalos a las hijas quinceañeras de los policías subió en un 15% ese mes. Pero eso no es importante.

Lo importante, corazón de melón con azúcar, patito de hule encantado, morcilla de ternero con chimichurri, es que antes de actuar, siempre tenés que investigar. De que no podés confiar en la justicia de este pueblo miserable en que vivimos, un lugar donde no te puede ir muy bien porque sino la policía es más peligrosa que los villanos. De que si vas a drogarte hables con el abuelo antes, de que él te da un porrito, y que si vas a votar, elegí bien a quien votes y a quien van a poner como ministros.

Ah, y que si volvés a venir con 5 bajas, te vas a comer otro cuentito de estos. Tengo millones, te lo advierto, y no tengo miedo de contarlos. Mejor contártelos a vos que mandarlos a Ecos de El País.

Ahora andá a mear, desgraciado retardado.

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¡Feliz Navidad! Sé que no posteo nada hace más de un mes así que por eso les regalo un cuentito de 4 carillas. Bueno, tres y una línea. No juzguen.

Ah, y cualquier similitud con la realidad es totalmente a propósito. La próxima vez que no tenga qué decir les cuento otro de estos anécdotas lindos de la justicia uruguaya. También queda pendiente un ranteo enorme sobre las cebras y los peatones. Pero los aburro con eso en otra ocasión.

Ahora a engordar y a celebrar y a gastarse el aguinaldo en regalitos para la familia. ¡Pasarlo lindo!

Primero siempre

viernes, septiembre 05, 2008


Me parece que alguien no entendió el chiste...

Por las dudas y para aquellos que no tienen el placer, honor y demás de pertenecer a dicho grupete en facebook (que va todo con minúsculas, by the way), la descripción de dicho grupo es la siguiente:

Alguien creó el grupo 'Que se vaya Daisy'. Es inminente que hagamos algo. Que hagamos algo tan pedorro como hacer otro grupo, pero al revés. Vamos con Daisy, gente.

Encima, se da un link al post original de Vamos con Daisy para facilitar la clara comprensión del chiste. Convengamos que igual no importa: los 14 miembros son amigos míos que, en su afán de hacerme sentir querida y maravishosa, se unieron a un grupo pedorro. Creo que por lo menos el 90% de ellos no saben quién es Daisy Tourné. El 10% restante apoya a Daisy por ser lesbiana e ir a Fun-Fun.

Igual este no es el punto. El punto es que esto me dió una idea increible. ¿Que sucedería sí, de la nada, armáramos grupos en facebook y por la web para defender lo indefendible? ¿Qué pasaría si armáramos grupos en joda que aparentarían ser serios?

¿Se imaginan todas las pavadas que se terminarían publicando cuando no hay qué publicar?

Evidentemente, cuando no hay qué publicar (o no hay ganas de buscar qué publicar), los periodistas entran a sus cuentas de facebook, chusmean las fotos de sus ex y personas-que-no-les-caen-bien-pero-me-hago-la-amiga-en-facebook y después navegan a través de los grupos buscando algo cuasi-noticioso.

Cuando lo encuentran, ni se molestan en leer la descripción del grupo o, incluso, verificar de que se esté hablando en serio. ¡Claro que no! Ellos ahí abren el Word y se ponen a analizar la realidad uruguaya... ¡basándose en un grupo de facebook!

Esto es el fin de las encuestas de opinión pública, del sordo-mudo, de los periodistas de opinión política y - chan - hasta quizás de Búsqueda en sí (mucha gente va a estar contenta de ya no tener que pagar 100 pesos por la Galería y hojitas para prender la estufa de leña). Para las siguientes elecciones, las estadísitcas se van a basar en cuántos amigos tiene cada candidato en facebook:

"Danilo Astori sube fotos de su nuevo chalet en Punta del Este y el índice de solicitudes de amistad de Lacalle sube un 10%."

"Mujica pierde votos por no saber armarse una cuenta en facebook."

"Mujica pierde votos por resultar evidentes sus faltas de ortografía."

"Mujica gana el voto de los jubilados masculinos por subir fotos sexies de Lucía a su cuenta de facebook."

Por lo tanto, propongo que unamos nuestras fuerzas y le pongamos fin a la pereza periodística y a su obsesión por publicar noticias que traten sobre facebook. Los invito a darme ideas para crear grupos pedorros, ridículos y denigrantes, pero que puedan parecer serios. Yo me encargo de hacerlos.

Y, más tarde, los invito a divertirse viendo qué es publicado como noticia y qué es correctamente ignorado. Quizás no se termine publicando nada. Pero tengo la leve sospecha que el primero en caer como un idiota va a ser, bueno, el que sale primero siempre. Qué lindo estar a la vanguardia de las pelotudeces que inventa la gente nerda del país.

Y ya que estoy, les digo que estén atentos a la emisión de canal 4 desde las 14:00 a las 14:30 del domingo. Busquen a Catatonias que ahí va a estar. El primero que lo encuentre se gana un premio.

En otras noticias, mis sueños se están comenzando a reflejar en la realidad. Be very afraid.

[Gracias a Juanillo que, a pesar de no frecuentar facebook, vió un Vamos con Daisy en el Qué Pasa y pensó: "esto sólo puede haber sido creado por Tefa."]

Mis mañanitas

viernes, mayo 16, 2008

Entre la nenita y el flaco con novia de Maldonado, los hinchas de fútbol muertos a patadas y la ubicuidad de Nacho Folle desde los avisos de RedPagos o PagoFácil o Creditel o Súper Préstamos, los uruguayos andamos medios obsesionados con los asesinatos y la muerte. Quizás el encontrar el tema por todos lados sea solamente una impresión mía (o la coincidencia más grande del planeta), pero mire donde mire, ahí está.

Los diarios lo tienen como ficha para sus titulares. El clima ya no ocupa el primer puesto en el ranking de temas a tratar en ascensores o mientras te fumás un pucho en la puerta de la oficina. Los familiares, quienes ya obtuvieron práctica con el caso de la Súper Contadora, se hacen los Poirot a la hora de la cena ("mirá, te apuesto guita que ella contrató a las personas que la quisieron matar como forma magnánima de llamar la atención" – bendita seas, mamá). Y casi todo post de blog que leo tiene el tema innocuamente flotándole por encima.

Algunos son más obvios que otros, claro. Medio que de yapa y medio que no, Agustín menciona en su último post un tema que siempre fascinó a la humanidad entera: ¿por qué matan los asesinos? Conocemos bien las historias de quienes matan por robar. Hay otros que lo hacen por despecho y muchísimos más por aburrimiento. Los actos terroristas matan a las personas en pos de ideales (algunos más cluecos que otros) y existen los que matan para ocultar secretos.

Pero lo que más me colgó del post de Agustín no fue el intentar descifrar qué sucede dentro de la mente de un asesino, sino su muy razonable hipótesis en torno al morbo que se genera alrededor de la figura de quien mata:


"Viendo cómo la muerte, y sobre todo la muerte no ficticia vende tanto, a uno le surge la idea de que la cantidad de películas inspiradas en asesinos seriales, el entusiasmo de cierta gente por saber todos los métodos de los torturadores, el interés de seguirle la pista a un asesino o a un caso no resuelto, no se debe a la tranquilizadora idea de informarse para que no ocurra de nuevo, sino la incómoda noción de colocarse, por lo menos inconscientemente, no del lado de la víctima, sino del perpetuador. Tal como la obsesión por las infidelidades, los asesinatos en pantalla, en hoja, o en música ocultan el deseo de sacar a pasear -con correa- al frío asesino que llevamos dentro, por más que seamos veganos de GreenPeace, y tengamos en nuestro haber la discografía completa de Jorge Drexler".


La cuestión no es, entonces, qué llevó a un individuo a matar a cuatro personas a sangre fría en Colonia sino… ¿qué tiene que hacer click en uno para que, de repente, no nos importe nada y saquemos al asesino que llevamos dentro?

En El Extranjero de Camus, el sol y el calor llevaron a que Meursault le disparara a un árabe a quemarropa. En el caso de Brenda Ann Spencer, bastó con que no le gustaran los lunes. Yo sé que, en mi caso, si llego algún día a matar a alguien, va a ser consecuencia directa por mi odio a las mañanas.

Les digo más, va a ser un día de semana como cualquier otro. Me voy a despertar a las 7 y media de la mañana ante los gritos desesperados de mi hermano que llega tarde y tiene escrito y levantate plis. En vez de gritarle '¡ya voy!' por enésima vez, lo voy a mirar a los ojos y le voy a cerrar la puerta de mi cuarto en la cara. Pero no, ningún portazo. Cerrar.

Despacito, me voy a cambiar, mirando algún punto en el horizonte (probablemente el poster con chanchos sobre mi cama sirva). Con pasos lentos y pausados me voy a dirigir al baño. Ahí me voy a encontrar con mi hermana, y en vez de gruñirle para que comparta el espacio delante de la pileta, voy a esperar a que termine. Me voy a peinar y a lavar los dientes con una calma espeluznante.

Cuando ingrese al comedor y escuche aquella voz en el televisor, no voy a murmurar "qué gordo pedorro Martín Sarthou". No. Tampoco me va a molestar que mi hermana esté tomando Colet y menos me va a importar que alguien me quiera hablar. En vez de gruñir a lo neandertal, voy a quedarme en silencio. Cuando salga, no voy a putear al frio.

El camino al liceo va a suceder sin percances. No voy a ir por encima del límite de velocidad y no voy a chillarle a quien ose poner la 88.3 en la radio. Una vez que llegue a Avenida Italia y Córcega, me van a chupar un huevo las rubias en 4x4 que creen que la preferencia es cuestión de un ranking, donde las Hilux pasan primero y después los demás. Una vez que lleguemos, me voy a rehusar a entrar en modo de combate para ver quien pasa primero para dejar a los chicos. No. Tampoco voy a exasperarme ante la necesidad de esquivar bicicletas, motos y peatones vestidos de uniforme. Tranquilaza, voy a esperar mi turno.

Mis oídos serán sordos a las quejas emitidas por mis hermanos. "Dale, metele, llegamos tarde". Y yo no voy a decir nada. Los voy a dejar en la puerta y, luego de apagar las balizas, voy a emprender mi camino de vuelta a casa. Me voy a prender un cigarro. Voy a tener la paciencia de esperar en los semáforos eternos sin necesidad de tocar bocina.

Y ahí, una vez que se terminen las quejas, los gritos, las palabras, Martin Sarthou y el Colet, cuando finalmente la calefacción del auto entre en funcionamiento y hayan pasado el frio, la cumbia, los embotellamientos al pedo, las rubias cincuentonas teñidas, las Hilux, las guerrillas vehiculares y los semáforos, ahí, se me va a cruzar un liceal en bici. Pero esta vez no voy a aminorar la velocidad.

Esta vez voy a acelerar y si el mocoso se me escapa, me voy a subir con el auto a la plaza para atropellarlo. Y una vez que lo haya hecho, sé que Dios me va a mirar y me va a juzgar. Y después de mucho pensarlo, no va a tener más remedio que darme bonus points, como si la vida fuese en realidad un gran juego de GTA San Andreas.

Pelotudeces

jueves, mayo 08, 2008

La primera imagen es sobre el hombro de un individuo disparando una escopeta hacia un fondo gris. Acto seguido, plano general de una calle céntrica que capta a dos individuos vestidos de SWAT vigilando una camioneta blindada. La voz en off informa sobre el disparo accidental de uno de estos sujetos en la tarde del lunes.

"La contadora Fulana De Tal iba caminando por aquí, buscando un regalo para el día de la madre. Fue a eso de las *algo* horas que sintió una explosión en sus pies".

¡A su mamá! ¡Para el día de la madre! ¡Que es el domingo! ¡En serio! En menos de tres minutos pasamos por el testimonio inquietante de Fulana, la opinión experta de un pelado que se ve algo sabe de escopetas y preguntas retóricas sobre la formación de quienes las portan. Escuchamos qué piensan otros montevideanos al respecto: una mujer cuarentona, un tipo joven, una típica vieja y alguien con acento del interior… claro que siempre mechando imágenes de esos simpatiquísimos patovicas vestidos de negro que no entiendo como hacen para entrar en el VW Gol que usualmente stalkea a la camioneta blindada.

Y culmina con la repetición del disparo que abrió la nota.

Un final magistral, perfecto. No me acuerdo de cómo se llamaba la contadora ni qué calificaciones tenía el pelado, y menos que menos me acuerdo de la hora en que pasó todo esto o si efectivamente dijeron algo sobre la formación de quienes vigilan el transporte de valores.

Pero sí me acuerdo que la contadora era morocha y que estaba yendo a comprarle un regalo a su mamá cuando al gordo pelotudo se le escapó un tiro. ¡A su mamá! ¡Para el día de la madre! ¡Que es el domingo! ¡En serio!

Me acuerdo de sus heridas y lo insignificantes que parecían. Ahora sé que sale más plata y puede ser más peligroso sacarse pedacitos de plomo del cuerpo que dejarlos ahí y esperar que nada se complique. Gracias Canal 10, Wikipedia nunca pudo sacarme esa duda.


También sé que quien accidentalmente disparó tiene que haber, por alguna razón, cargado la escopeta. Así como que la periodista decidió ponerse un buzo verde fosforescente el día en que salió a hacer las notas. Qué genial el mágico mundo de la televisión. Ojalá más de los informes en los noticieros fueran tan entretenidos.

Y todo por el primer pelotudo medio SWAT que, mientras hacía su trabajo, dejó que se le escapara un tiro.


Lo único que faltó fue abrir con "Dicen que las armas las porta el diablo… pero en Uruguay, quienes lo hacen son los patovicas acosa-camiones blindados". O algo así.

(Igual, menos mal, porque todo el mundo sabe que no es el diablo quien porta las armas, sino que es caperucita roja. Posta.)

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Ya sé que siquiera mencionar a las malas traducciones en películas dobladas al español es más trillado que decirle lesbiana a Daisy, pero no puedo. No, es más fuerte que yo. Quizás sea porque es una de mis películas favoritas o tal vez para demostrar que de algo me puedo acordar (aunque sean diálogos pedorros de una película que vi más de veinte veces). Pero ta. No pueden.

Pregunta: si el diálogo en inglés dice: "It’s a fucking six-shooter!", ¿cómo lo traducirían ustedes?

a) "¡Esta pistola solamente tiene seis balas!"
b) "¡Es un maldito revolver de seis balas!"
c) "Rayos, ¡no estás siendo lo suficientemente duro!"

Respuesta según TNT: c

Pregunta: si el diálogo en inglés dice "What where you going to do? Laugh us to death? Huh, funny man?!", ¿cómo se traduciría al español?

a) "¿Qué pensabas hacer? ¿Hacernos morir de la risa? ¿Eh, hombre gracioso?"
b) "¿Qué pensabas hacer? ¿Matarnos de risa? ¿Eh, hombre gracioso?"
c) "Vas a morir".

Respuesta según TNT: c

Ad nauseaum.

Digo.

No sé.

Mierda, alguien que le pase la dirección de Wordreference a TNT, plis.

Cortito

domingo, noviembre 11, 2007

Ta, sí, yo también me reí por horas con lo de 'oligarca puto'. Es genial. Si yo fuera publicista de Domínguez, no lo podría haber planeado mejor. Es más, ¡ahora sé quién mierda es Domínguez! Así, como la nada, quedó plasmado en la historia con su oligarca puto. Es fabuloso.


Recién terminé de leer en Búsqueda una crónica maravillosa que recuenta momento por momento la sublime pelea. Me reí por horas, leyendo las mejores partes en voz alta para el disfrute de mi familia (también puede haber ayudado que me imagin
é a todos los parlamentarios implicados vestidos de ninjas).

Pero lo mejor, sin duda, fue una declaración posterior al hecho con aún otra aglomeración de insultos contra Lacalle Pou. Qué oligarca puto ni oligarca puto. Esto es un verdadero insulto, señores:

"El Cuquito es un chihuahua faldero de la aristocracia y su cabecita es un museo del franquismo" – Esteban Pérez (MPP).

¡Es espléndido! El uso de diminutivos, de connotaciones, de palabras grandes para parecer inteligente... es tan perfecto que me sospecho que Pérez ya lo tenía y estaba esperando LA ocasión para utilizarlo. Y claro, cómo no amar a algo que en seguida me brindó la siguiente imagen visual:


(Y ya que están no se pueden perder el sitio web de Lacalle Pou. Obviamente no le gana al de Daisy, pero igual es divertido. ¡Hasta pueden chatear con Cuquito y todo!)

Aunque a veces no haya otra

martes, octubre 23, 2007

No me gusta andar en bondi. Lo detesto. Es el epítome de la pérdida de tiempo: desde esperar media hora a que el 105 se digne en pasar hasta el ver cómo los peatones te pasan caminando en el 142 (hay días en que va más lento que la digestión), andar en ómnibus supone que tenés por lo menos un hora más de vida para perderla mientras una máquina de hierro ensancha el agujero en la capa de ozono. Si vas a contaminar, valor, por lo menos llegá rápido (ya sé que igual contamina menos que un auto porque transporta a más personas pero ¿saben qué? No me importa, los bondis siguen siendo mala gente).

Como bien decía Berch, el tiempo es oro. No se imaginan las cosas que podría estar haciendo en vez de estar sentada mientras me intentan vender un chocolate Nikolo por parada. Onda, ta, sí, no estaría salvando al mundo ni juntando firmas para alguna causa, pero ¿cómo voy a siquiera tener energías para llegar a considerar ser la próxima Madre Teresa de Calcuta si duermo una hora menos por día? ¿Eh?

Lo leyó en Catatonias: CUTCSA entra en el Libro Guinness por 'récord
al tapizado más feo del transporte urbando mundial'.

Por otro lado, el bondi te da tiempo de pensar. Eso es bueno (o no, dependiendo del momento del año y sus acontecimientos paralelos), pero sólo si es a la vuelta y está medio vacío. Porque sino, lo único en que voy a pensar es en lo tarde que estoy llegando (otra vez), en lo tanto que odio a Petinatti (otra vez), en los bastardos que me robaron el iPod (otra vez... che, media pila, no me lo roban en Uruguay y me lo vienen a robar en otro país), en cuánto odio andar en bondi y en todo lo que tengo que hacer.

Si solamente fuese eso, todavía. Pero no, señores, es peor:
odio que te tengas que sentar de a dos. Mi mente toca un pequeño aleluya cada vez que me subo a uno que tiene sólo una fila de asientos en un costado. No me importa que la persona al lado mío sea la más pulcra, linda, bienoliente y fabulosa del condado, si no te conozco, no te metas en mi espacio personal. No. Absolutamente no. Seré una cara de orto, pero no me gusta. Y el de al lado puede odiar estar sentado tan cerca de alguien tanto o más que yo, pero no tiene más remedio tampoco.

'Bondi' según Google Images. Clara señal de que Uruguay no es Australia.

Supongo que andar en bondi es barato, y por eso hay que bancarse cosas así. Además, no se me ocurre otra forma en la cual aglomerar a tanta gente junta que se dirige en la misma dirección. Pero igual los odio.

Tanto, que hace un par de años escribí un ensayo titulado 'Dígale no a los ómnibus – por qué no quiero ir en bondi a la facultad' y se lo entregué a mis padres. Consta de tres maravillosas hojas de Word, divididas en tres espléndidas categorías ('Contexto' – 'Tiempo' – 'Seguridad') que hoy son origen de las más pesadas burlas contra mi persona y traídas a la luz en toda reunión familiar. Estoy orgullosa de él. Es más, les publicaría los highlights, pero está en inglés y me embola traducirlo todo (ya les traduje el título, manga de ingratos, qué más quieren).

¿A qué iba? ¡Ah! Bueno, ¿vieron cuando sus padres les dicen 'bo nena, alegrate que tenés bondi porque yo cuando era chico corría 10K para volver del laburo, decalzo, sobre la nieve, con cinco planchas atrás mío queriéndome robar las bases, con la mochila llena de libros porque en esa época no esistía la internés y blablabla'?

Directo desde el álbum familiar: mi vieja yendo a la facultad.

Bueno, ayer en vez de volver en bondi del laburo, caminé con un compañero desde la Plaza del entrevero hasta Benito Blanco y la Rambla. Y está bueno, che. Ta, sí, entre el descanso que nos tomamos (porque ÉL estaba cansado, no yo, quien no había dormido la noche anterior – aprendan, bitches) nos llevó casi un par de horas. Pero estuvo bueno y es bien posible. Eso sí, para el resto del camino hacia mi casa, me tomé un taxi. Por lo menos me ahorré 100 pesos de viaje.

Tipo, nada

domingo, septiembre 09, 2007

Recién le comenté a alguien de que el día estaba lindo y que finalmente me iba a ir a comprar un jogging para salir a correr a la Rambla. Pero como soy espectacularmente divina y súper considerada y no quiero arruinarles el buen clima, mejor me siento a escribir. No vaya a ser que después me culpen a mí si llueve.

Ayer salió en el suplemento Qué Pasa del diario El País una nota de César Bianchi titulada "La Ciudad Vieja está menos VIP". La nota – además de cometer el error de considerar que en Uruguay hay personas VIP – echa un simple vistazo a la dicotomía entre planchas y chetos que existe en el país, limitándose al cambio de público que hoy por hoy ronda las famosas callecitas llenas de pubs ubicadas en una de las zonas más antiguas de Montevideo.

Hasta ahí, todo bien. Sin embargo, antes de
comenzar a siquiera dar mi propio análisis de la nota, quiero confesar algo. Sí, amigos, ha llegado el momento que todos los que me conocían esperaban con fervor, tal como ese momento en que sabés que Wanda Nara se va a dar contra el sopi. Son momentos conocidos y principales en certámenes de belleza con largas escaleras por donde quienes compiten deben descender. Momentos clásicos, algunos mediáticos y otros no tanto, como cuando aquel hombre ignora el cartelito de 'piso mojado' y pasa apurado por la zona. Y sabés que vos te vas a reír. Mucho.

Si tomamos en cuenta a la dicotomía entre planchas y chetos, yo sería, sin duda, una cheta. Es un estigma del cual no puedo zafar con nada. Ni el "ah pero yo soy de Pocitos y en Pocitos hay de todo" o el "ta, pero eso lo decís por mis amigos, yo mirá que soy más de tener un perfil bajo"; ni siquiera el "pero yo me compro ropa en la feria" o el ya clásico "cómo vas a decir eso si esteeeee, em, em, si yo no, em, ¡si yo no voy a Lotus / Café Misterio / Punta del Este / universidad privada / Buenos Aires de shopping y soy re hippie / soy del Frente / tengo amigos planchas / estudio ciencias sociales / fui al Cerro una vez!".

Hola, mi nombre es D
IT y no vivo en Pocitos, me gusta vestirme según mi propia definición de 'bien' con ropa que me compro usualmente en shoppings (o aquel paraíso llamado Zara), amo Buenos Aires por sus casas de ropa, miro Project Runway religiosamente, miro Bailando por un Sueño y miré el Gran Hermano donde ganó Marianella (y voté). Mi chiste favorito es el de las ovejas chetas. Fui a liceo privado, a universidad privada y ahora trabajo en una empresa privada, aunque no tenga nada que ver. Estudié Comunicación Social. En fin, estoy a una sesión de peluquería para ser el estereotipo uruguayo de rubia cheta (para teñirme, porque el cerquillito ya lo tengo).

Soy cheta por generalización, ¿y qué? Voy a opinar igual.


Los chetos según Google Image Search

En el artículo (el del Qué Pasa, ese que mencioné hace como tres párrafos), Bianchi le pregunta a varios dueños de boliches en Ciudad Vieja por qué piensan que aquella supuesta gente 'VIP' o 'paqueta' no los frecuenta más. Algunos, como Roberto Requejo, dueño del Pony, le embocan bastante bien. Otros, no tanto. A modo de servicio comunitario, les redondeo las razones que dieron:
  • Los idiotas que, viendo lo bien que le iban a los otros boliches, abrieron más boliches.
  • La cumbia que estos idiotas pasan en algunos de estos nuevos boliches cuando la Ciudad Vieja empezó como una zona de 'rocanrol'.
  • La prohibición de fumar en lugares públicos cerrados que impusieron los idiotas del gobierno.
  • Los miniquioscos que osan vender alcohol y por ende, les hacen 'competencia desleal'. Unos reverendos idiotas.
  • El frío.
  • La emigración (¿?).
  • Es todo culpa de los hippies.
Me da una pena Bianchi. Me lo imagino todo contento, un sábado afuera de La City, mirando a las chicas que hacen cola para entrar, observando lo que sucede alrededor, sintiéndose como un detective privado undercover que busca llegar a la raíz del asunto. Después, me imagino que se aburrió y decidió ir a preguntarle a los dueños de los boliches qué pensaban ellos. Hasta capaz que le regalaban un trago mientras los entrevistaba y todo. Y se encuentra con esto. Pobre.

Por suerte, Bianchi resulta ser un tipo inteligente y observa la acumulación de planchas en las calles. Supongo que,
intrigado ante tanto tetra-brik, rubios de agua oxigenada, bases y falta de eses, se dirige a una seccional a preguntar cuánta inseguridad hay efectivamente en la zona. Su inquisitivo cerebro se pregunta, y con razón, si la falta de gente con alto poder adquisitivo se debe a una discriminación de clase o efectivamente, al miedo.

El plancha según Versace

Se encuentra entonces con otro personaje, el comisario de la Seccional 1ª., Carlos Silva. Carlitos le informa que todo eso de la inseguridad son patrañas, porque fijate, en agosto de 2006 tuvimos 42 denuncias y el mes pasado solo tuvimos 25. ¡Solo 25! Me lo imagino, chocho con el mate bajo el brazo y copado de que tuvieron solo 25 denuncias, saludando a cuatro planchas habitués que pasan por la puerta con envase de Ving en mano.

Lo que yo me pregunto es cuán efectivas habrán sido esas 42 denuncias del 2006. ¿Sirvieron de algo? Porque si resulta que fueron una pérdida de tiempo, es entendible que menos gente vaya a denunciar. Y si hay menos gente 'robable' en Ciudad Vieja, ¿no es lógico que hayan menos robos? Hasta donde yo sé, robarse entre planchas es mala palabra. Además, media pila, 25 denuncias son 25 denuncias que no deberían haber sucedido. ¿Estoy muy equivocada en pensar esto? Sí, estamos de acuerdo, Ciudad Vieja no es el 40 Semanas. ¿Y?

Lo único que sé yo es que Montevideo, efectivamente, es un pañuelo. No soy 'clasista' por darme cuenta que entre ciertos grupos, le gente se conoce entre ella al menos por nombre. En grupos tan cerrados y en un país que ama los chismes sobre lo que le pasó a fulanito y menganito, la gente se entera bien rápido sobre delitos cometidos por 'un par de planchas que me trataron de robar en Ciudad Vieja'.

¿Qué hashé, papá? Gracias El País por la foto

Si se le suma a esto que en lo que va en el año ya conozco a dos personas que murieron porque unos planchas le quisieron robar, mis números cambian. Agosto 2006: cero personas conocidas muertas por planchas. Agosto 2007: dos. No necesito tener a 25 muertos para sentir miedo; con dos me alcanza y me sobra.

Cierto, estos crímenes no fueron en Ciudad Vieja. Sin embargo, tal como lo confirma el artículo, Ciudad Vieja está llena de planchas. Así que no voy más. No soy VIP, no soy 'paqueta', no soy 'estirada'... pero soy cheta. La cumbia, el vino, las bases, la falta de eses, hasta los piropos de obrero me chupan un huevo. También reconozco que no todos los planchas son iguales – si mi fallido informe para TV me enseñó algo, fue eso – pero, honestamente, no me arriesgo. Antes, los hechos me demostraban que podía ser que me quedara sin plata y sin celular. Hoy por hoy, me demuestran que existe la posibilidad de que me quede con un balazo entre los ojos.

De todas maneras, esto no es algo nuevo. Casi todo boliche, toda zona, tuvo su momento de auge hasta que cambió su público por uno de menos nivel adquisitivo. ¿Por qué, entonces, no pueden convivir los dos públicos en paz? Más allá del miedo... no sé. Tengo una vaga idea que trata sobre actitudes que ambos grupos tienen hacia el otro donde se alimentan mutuamente hasta terminar en un gran circulo vicioso de resentimientos y pereza para aclarar, pero sí... es una buena pregunta.

Tipo, ta, nada. Es todo culpa de los hippies.
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