Estoy muerta de sueño, cansada, y debería irme a dormir en cuanto antes, pero recién terminé de ver pantallazos de la entrevista que Nacho Álvarez le hizo a Mujica en Pan y Circo. El Pepe. Dios sabrá cuántas veces lo he mencionado a lo largo de mis ya reconocidamente interminables posts. Me dan ganas de escribir un cuento en el cual Mujica y Daisy se encuentran en una chacra, cabalgando sobre mulas blancas como la cocaína. Llevan banderas del Frente, alzadas en alto, revoleando contra la brisa primaveral causada por los aviones aterrizando en el aeropuerto a meros metros de distancia.
Se ven. Se encuentran. Frenan a sus caballos (¿los caballos se frenan o estoy demostrando mi completa ignorancia deliberada hacia todo lo que signifique campo, vacas, caballos y bosta?). El Pepe la saluda a Daisy cordialmente, alzando su boina marrón unos centímetros sobre su cabeza para luego nuevamente reposarla sobre aquellos cabellos grises que resplandecen bajo unos pícaros rayos UV que se escabulleron a través del agujero en la capa de ozono. Daisy suelta risitas al viento y atina a cebarle un mate al Pepe. Por los nervios, se le cae la bombilla a los yuyos. Más risitas. En un gesto caballeresco, el Pepe se baja de su corcel y prosigue a recoger dicha bombilla del suelo.
Basta de divagues. El Pepe está casado y Daisy es lesbiana. Pero qué lindo sería; sería como una oda a todo aquello vagamente político que atina a comprender este blog. Sólo encuentro una gran diferencia entre ambos personajes. Lo de Daisy es puramente platónico y para reírme un rato, a pesar de mi admiración por su preocupación en cuanto a lo tecnológico. Lo de Mujica – y esto probablemente caiga bastante mal en mi restringido grupo de pares e impares – es distinto.
Mujica me da una ternura. Pero no es un sentimiento de lástima, lejos de eso. Sinceramente, me resulta alguien fascinante. Sí, probablemente sea lo más contrario al estereotipo del político que a muchos le gustaría ver al poder de un ministerio, y probablemente no sea la persona que mejor controle sus impulsos. Sin embargo, escucharlo hablar sobre cómo cambiaron sus visiones y los medios hacia sus fines, oír a alguien que siempre fue pintado como tremendo extremista decir "porque no todo es negro. Ni todo es blanco," cuando habla sobre tener amigos soldados que se hizo durante la dictadura, me da confianza. Llámenme loca, pero creo que Mujica es un tipo bastante coherente e inteligente. O al lado de Nacho Álvarez, cualquiera parece Einstein.
En una se puso a hablar de que a los niños uruguayos le faltan abuelos y de que, muchas veces, él terminaba siendo como la figura del abuelo postizo de muchos niños uruguayos. Más allá de que no estoy muy de acuerdo con él (vamos, si hay algo en Uruguay son viejos), quiero que Mujica sea mi abuelo postizo. Eso sí, si algún día lo voy a visitar, todo bien con la chacra, pero yo me mando al ministerio.
Tema aparte I: uno de los 'auspiciantes' (esos que aparecen al final del programa, cuando los 'panelistas' divagan frente a las cámaras en el ya clásico momento televisivo light de clausura) de Pan y Circo, es un centro de estética masculina llamado CuteCut. Me cuesta muchísimo comprender qué pensó el dueño de este establecimiento metrosexual cuando decidió ponerle nombre a su negocio. Creo que si hiciéramos una mini encuesta a una muestra de típicos hombres uruguayos que siquiera utilizan los servicios de estos establecimientos de 'belleza masculina' y les preguntáramos cómo le gustaría que su peluquero le cortara el pelo, ninguno buscaría algo 'cute'. ¿Se lo imaginan?
'Buenas tardes, Cacho, ¿cómo lo querés hoy?'
'Ay, haceme un corte bien lindo'.
No. Es más, muchas veces he visto a dicho establecimiento a través de la ventanilla del bondi a la vuelta del laburo, y siempre me llamó la atención. En primer lugar, porque no es el típico 'Sonia/Raúl/Yésica/Lilián Peinados'. En segundo lugar, porque me resultó interesante que tiene algún concepto de imagen e identidad corporativa; tienen un logo que demuestra que fue pensado y si mirás para adentro, lo que ves refleja lo que sea que ese logo quiere connotar. Pero nunca – nunca – pensé que sería un centro de estética masculina.
Tema aparte II: Pan y Circo cerró con el tema 'Hey Now Now' del grupo The Cloud Room. El tema es conocido por ser 'la canción del aviso de Pepsi', aquel donde la pantalla se divide en seis y se muestra, en cada cuadro, a un flaco caminando a destinos diferentes. Los primeros cinco son fabulosos, mientras que en el último, no pasa nada interesante y se cae sobre un basurero. Lo que me llamó la atención fue que en seguida asocié el tema con Pepsi. Odio Pepsi. Soy fan a muerte de la Coca Light (qué sorpresa, ¿no?). Pepsi me parece el beveraje más repugnante que Dios ha puesto sobre la Tierra. Pero tengo que reconocer que quien haya elegido el tema para el aviso se la jugó mal, y le embocó mejor aún. Congratulaciones varias, persona X. En segundos incrementaste el market share de Pepsi a que incorpore a todo fan de la música indie (que sí es un género, carajo).
Tema aparte III: Están pasando el aviso de 'Mundo Cruel'. Me pasa algo raro con Petinatti. Si está puesto en la radio, me río un poquito, esbozo una carcajada (que sí se puede hacer), me entretengo. Si lo veo en la televisión, me encuentro con ansias de introducirme dentro del aparato Phillips que protagoniza el estar de casa, hacerme dibujito animado con terribles tetas y cintura miniatura (una onda Jordi Labanda) y posar mis manos alrededor de su gordo cuello para luego comenzar a lentamente ahorcarlo mientras le pateo la entrepierna con mi delicado pie ilustrado que lleva puesto un stiletto azul eléctrico. Menos mal que lo pasan a la misma hora que Project Runway. Menos mal.
En fin, a mis amigos bloggers: ahora vayan y escriban un post en serio sobre la entrevista. Creo que he comprobado, una vez más, que yo no puedo.
Matices de gris
jueves, septiembre 27, 2007
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Vamos con Daisy
De tin marín
sábado, septiembre 22, 2007
Siempre me piden que busque un grupo. Siempre uno tiene esa tendencia a identificarse con ciertas personas de ideologías cuasi-similares, o algún grupo etario, o de género, o moda, o lo que sea. Cuando estaba en primaria – y en liceo también, supongo – se me pedía que me identificara con un grupo dentro del género femenino de mi generación académica.
Dependiendo de quiénes eran mis amigas, ahí me encontraba yo. Y las demás eran peores, por pertenecer a otro grupo, por ser de otro estilo, por no ser ‘nosotras’. Era algo muy nacionalista, llevado a una generación de niñas y adolescentes que, en ese momento, supongo lo necesitaban.
Cuando era más chica, pónganle que tenía 12 años, decidí que yo quería ser skater. La mayoría de las personas que me conocen habrán escuchado hablar de estas épocas gloriosas en las cuales yo me vestía como fuera – siempre que fuera diez talles más grande – y me paseaba a pata por todo el barrio poniendo cara de mala y pensando que Green Day era lo más hardcore del planeta. Patético, I know. Pero, aunque la única vez que me subí a un skate me caí de culo y decidí que no era lo mío, yo era una skater. Terrible poser. Pero yo me creía skater.
No tenía amigos que compartieran esa ideología de vida basada en temas de Sublime (aunque ellos eran más surfers que otra cosa). Pero encontré a un grupo que no le importaba y ellos eran mis amigos. Ahí entraba otra dicotomía: la de ser popular o no. A mi no me convenía ser popular, entonces no lo era. Yo era skater, que lo parió. Alguien marginal en un mundo de privilegiados, era una mina hardcore, aunque mi nivel de 'hardcoreness' hubiese sido igual que la de Green Day en ‘Warning’.
Más grupos, entonces. Las chetas, las high, las populares, las 19, las 14, las 7. Y yo me mantenía fuera de eso, porque a mí no me interesaban cosas tan banales como los grupos y las jerarquías generacionales y con quién hablaba y quién me daba bola y quién era mi amiga o no. Yo era como era. Y los demás... no importaban.
Supongo que así nació mi narcisismo exacerbado, el que continúo teniendo hasta hoy (digamos que el simple hecho de tener un blog me hace terriblemente egocéntrica y narcisista y demás, cosa que de a poquito, va probando mi interminable tesis).
Hoy, me piden que sea de un bando político. Del Frente, Blanca, Colorada, no sé. Por lo menos identificate con una ideología. ¿Qué soy? Anarquista, individualista, liberalista, realista, republicana, demócrata, socialista, comunista, o el famoso liberatarianism. Y no sé cuál elegir. No me convence ninguno.
Leía en un blog recién que los bloggers uruguayos se pueden dividir en izquierdistas o liberalistas. ¿Eso dónde me deja a mí? ¿Soy izquierdista por estar de acuerdo con algunos valores socialistas? ¿O soy liberalista por estar de acuerdo con algunos valores derechistas? ¿Soy un cerdo comunista o capitalista?
Soy un cerdo, sí. Pero de qué tipo... ni idea. No creo en la democracia. No creo en el autoritarismo. No creo en el socialismo o el comunismo o el anarquismo. No hay ideología que me cierre. Claro, convengamos que tampoco las debo conocer a todas. Pero no creo en nada. Muchos me dicen que soy idealista, pero estoy 100% convencida que mi ideal utópico de lo que sería una sociedad feliz y equitativa es realmente imposible. Entonces, ¿qué soy? ¿Pesimista? ¿Postmoderna? ¿Ladilla? ¿Insoportable? ¿Divina?
No creo que ningún sistema político-ideológico de los cuales conozco me sienta bien. Pero tampoco tengo alternativas, tampoco tengo la solución mágica. Solo sé que ninguno me gusta. Ahora, entonces, ¿qué me gustaría? Si tuviera esa respuesta, sería millonaria.
[Disclaimer: prometo que no hice este post solamente para subir fotos lindas de chanchitos.]
Dependiendo de quiénes eran mis amigas, ahí me encontraba yo. Y las demás eran peores, por pertenecer a otro grupo, por ser de otro estilo, por no ser ‘nosotras’. Era algo muy nacionalista, llevado a una generación de niñas y adolescentes que, en ese momento, supongo lo necesitaban.
Cuando era más chica, pónganle que tenía 12 años, decidí que yo quería ser skater. La mayoría de las personas que me conocen habrán escuchado hablar de estas épocas gloriosas en las cuales yo me vestía como fuera – siempre que fuera diez talles más grande – y me paseaba a pata por todo el barrio poniendo cara de mala y pensando que Green Day era lo más hardcore del planeta. Patético, I know. Pero, aunque la única vez que me subí a un skate me caí de culo y decidí que no era lo mío, yo era una skater. Terrible poser. Pero yo me creía skater.
No tenía amigos que compartieran esa ideología de vida basada en temas de Sublime (aunque ellos eran más surfers que otra cosa). Pero encontré a un grupo que no le importaba y ellos eran mis amigos. Ahí entraba otra dicotomía: la de ser popular o no. A mi no me convenía ser popular, entonces no lo era. Yo era skater, que lo parió. Alguien marginal en un mundo de privilegiados, era una mina hardcore, aunque mi nivel de 'hardcoreness' hubiese sido igual que la de Green Day en ‘Warning’.
Más grupos, entonces. Las chetas, las high, las populares, las 19, las 14, las 7. Y yo me mantenía fuera de eso, porque a mí no me interesaban cosas tan banales como los grupos y las jerarquías generacionales y con quién hablaba y quién me daba bola y quién era mi amiga o no. Yo era como era. Y los demás... no importaban.
Supongo que así nació mi narcisismo exacerbado, el que continúo teniendo hasta hoy (digamos que el simple hecho de tener un blog me hace terriblemente egocéntrica y narcisista y demás, cosa que de a poquito, va probando mi interminable tesis).
Hoy, me piden que sea de un bando político. Del Frente, Blanca, Colorada, no sé. Por lo menos identificate con una ideología. ¿Qué soy? Anarquista, individualista, liberalista, realista, republicana, demócrata, socialista, comunista, o el famoso liberatarianism. Y no sé cuál elegir. No me convence ninguno.
Leía en un blog recién que los bloggers uruguayos se pueden dividir en izquierdistas o liberalistas. ¿Eso dónde me deja a mí? ¿Soy izquierdista por estar de acuerdo con algunos valores socialistas? ¿O soy liberalista por estar de acuerdo con algunos valores derechistas? ¿Soy un cerdo comunista o capitalista?
Soy un cerdo, sí. Pero de qué tipo... ni idea. No creo en la democracia. No creo en el autoritarismo. No creo en el socialismo o el comunismo o el anarquismo. No hay ideología que me cierre. Claro, convengamos que tampoco las debo conocer a todas. Pero no creo en nada. Muchos me dicen que soy idealista, pero estoy 100% convencida que mi ideal utópico de lo que sería una sociedad feliz y equitativa es realmente imposible. Entonces, ¿qué soy? ¿Pesimista? ¿Postmoderna? ¿Ladilla? ¿Insoportable? ¿Divina?
No creo que ningún sistema político-ideológico de los cuales conozco me sienta bien. Pero tampoco tengo alternativas, tampoco tengo la solución mágica. Solo sé que ninguno me gusta. Ahora, entonces, ¿qué me gustaría? Si tuviera esa respuesta, sería millonaria.
[Disclaimer: prometo que no hice este post solamente para subir fotos lindas de chanchitos.]
Mensajes al aire
viernes, septiembre 14, 2007
El año pasado, como trabajo para Periodismo Televisivo, nos mandaron comernos dos horas de televisión seguidas y anotar todas los avisos publicitarios que encontrábamos. Una vez que tuviéramos nuestra listita perfectamente confeccionada en Times New Roman 12, teníamos que mirarla y mirarla y, considerando la programación mechada entre esos avisos, descubrir el público objetivo de dichos programas. Me acuerdo que para todos mis compañeros pichones de periodistas, ese trabajo fue el embole más grande del mundo, galaxia, universo y afines.
Para mí, la Judas de la clase, no. Es más, por primera vez en ese año, me encontré yéndome a dormir un miércoles temprano porque había hecho todo el domingo de noche, en vez del ya clásico panic attack inducido por haber dejado todo para último momento.
Las tandas que yo estudié fueron las de Bendita TV, Policías en acción y Estilo. Realmente pensé que iba a ser facilísimo. Después de todo, el público objetivo de esos tres programas me resultaba bastante evidente: jóvenes, jóvenes que miraron Bendita TV y se quedaron colgados con lo que venía después y jóvenes de sexo femenino que piensan que Estilo es fashion cuando nunca lo fue, respectivamente.
Pero no fue así. Aparentemente, el objetivo del trabajo no era el estudio de públicos objetivos. La moraleja fue, más bien, que quienes publicitan en TV están pintados.
Avisos de Ruemmers en la mitad de Bendita TV, Ensure y Cadbury en la mitad de Policías en acción y Dr. Selby Desire Black for Men y Burger King en Estilo... claro, así puesto, a cualquiera se le ocurren excusas para cada uno de ellos (por ejemplo, que si alguien es tan idiota como para mirar Estilo, seguro es lo suficientemente idiota para pensar que Dr. Selby Desire Black for Men es el último grito de la moda), pero créanme cuando les digo que los resultados eran ridículamente inverosímiles.
Era imposible deducir el público objetivo de un programa basándose en su tanda, cosa que en teoría, debería ser posible.
No soy de mirar mucha TV (lo cuál
causó bastantes peleas con mi profesora de Periodismo Televisivo IV - si no quiero ver Zona Urbana, no lo voy a ver), por lo que nunca volví a comparar públicos objetivos de tandas y programas. Lo que sí hago, a veces, es mirar los avisos publicitarios en las paradas de bondi. El viaje de lunes a viernes a la vuelta del laburo demora una hora por reloj y, por lo tanto, paso por bastantes barrios de la ciudad.
Esto me permite comparar avisos en paradas de bondi de diferentes lugares y, tengo que admitirlo, quienes publicitan en la vía pública la tienen más clara. Basándome en generalizaciones que todo el mundo conoce con respecto a niveles socio-económicos y ciertos barrios, puedo afirmar que cada poster (Word me dice que poster se escribe con tilde en la o, pero yo creo que Word es un puto), cada cartel, cada anuncio, está cuidadosamente postrado para apelar a cierto público.
Hoy, aprovechando de que de una vez por todas aún había rastros de luz solar y yo no estaba trabajando, me caminé unas 8 cuadras sacándole fotos a todos los carteles que veía en el camino. Me encontré con algo sumamente curioso, que en un principio pensé reflejaba la misma ignorancia sobre públicos objetivos que había notado en la TV hace un año. Sin embargo, después me di cuenta de que tal vez no era tan así.
Así que, ávidos lectores catatónicos al pedo, los invito a que miren las seis fotos esparcidas por este post.
Luego, diganme, según lo que ven, cuál creen que es el público objetivo de las publicidades que ví hoy, para luego decirme en cuál barrio de Montevideo las saqué. Facilísimo: miren, piensen medio segundo y comenten. El ganador se lleva la gran satisfacción de ser más inteligente que yo.
No me fallen y por lo menos tírenle a
embocar o me van a hacer sentir como una idiota nerda que se cuelga con las cosas más zopencas. Acto seguido, me va a entrar la angustia, me va a bajar la auto-estima, mi narcisismo me va a llevar a convertirme en gótica y me voy a comer toda la heladera. ¿Realmente quieren que engorde a meros días del comienzo de la primavera? Didn't think so.
Después son ustedes los que tienen que soportar a mi hermoso ser gordo vestido con un diminuto bikini, tomando sol en la playa tal cual lagarto que se tragó a un mamút y asustando a los niños que creen ver aguas vivas gigantes en mi celulitis. Como en aquel glorioso programa de la televisión nacional que apelaba a la sensibilidad de los insensibles, usted decide.
... daaaale, porfi, no quiero ser Britney Spears =(
[Ya puse el resultado como un comment.]
Para mí, la Judas de la clase, no. Es más, por primera vez en ese año, me encontré yéndome a dormir un miércoles temprano porque había hecho todo el domingo de noche, en vez del ya clásico panic attack inducido por haber dejado todo para último momento.
Las tandas que yo estudié fueron las de Bendita TV, Policías en acción y Estilo. Realmente pensé que iba a ser facilísimo. Después de todo, el público objetivo de esos tres programas me resultaba bastante evidente: jóvenes, jóvenes que miraron Bendita TV y se quedaron colgados con lo que venía después y jóvenes de sexo femenino que piensan que Estilo es fashion cuando nunca lo fue, respectivamente.
Pero no fue así. Aparentemente, el objetivo del trabajo no era el estudio de públicos objetivos. La moraleja fue, más bien, que quienes publicitan en TV están pintados.
Avisos de Ruemmers en la mitad de Bendita TV, Ensure y Cadbury en la mitad de Policías en acción y Dr. Selby Desire Black for Men y Burger King en Estilo... claro, así puesto, a cualquiera se le ocurren excusas para cada uno de ellos (por ejemplo, que si alguien es tan idiota como para mirar Estilo, seguro es lo suficientemente idiota para pensar que Dr. Selby Desire Black for Men es el último grito de la moda), pero créanme cuando les digo que los resultados eran ridículamente inverosímiles.
Era imposible deducir el público objetivo de un programa basándose en su tanda, cosa que en teoría, debería ser posible.
No soy de mirar mucha TV (lo cuál
causó bastantes peleas con mi profesora de Periodismo Televisivo IV - si no quiero ver Zona Urbana, no lo voy a ver), por lo que nunca volví a comparar públicos objetivos de tandas y programas. Lo que sí hago, a veces, es mirar los avisos publicitarios en las paradas de bondi. El viaje de lunes a viernes a la vuelta del laburo demora una hora por reloj y, por lo tanto, paso por bastantes barrios de la ciudad.
Esto me permite comparar avisos en paradas de bondi de diferentes lugares y, tengo que admitirlo, quienes publicitan en la vía pública la tienen más clara. Basándome en generalizaciones que todo el mundo conoce con respecto a niveles socio-económicos y ciertos barrios, puedo afirmar que cada poster (Word me dice que poster se escribe con tilde en la o, pero yo creo que Word es un puto), cada cartel, cada anuncio, está cuidadosamente postrado para apelar a cierto público.
Hoy, aprovechando de que de una vez por todas aún había rastros de luz solar y yo no estaba trabajando, me caminé unas 8 cuadras sacándole fotos a todos los carteles que veía en el camino. Me encontré con algo sumamente curioso, que en un principio pensé reflejaba la misma ignorancia sobre públicos objetivos que había notado en la TV hace un año. Sin embargo, después me di cuenta de que tal vez no era tan así.
Así que, ávidos lectores catatónicos al pedo, los invito a que miren las seis fotos esparcidas por este post.
Luego, diganme, según lo que ven, cuál creen que es el público objetivo de las publicidades que ví hoy, para luego decirme en cuál barrio de Montevideo las saqué. Facilísimo: miren, piensen medio segundo y comenten. El ganador se lleva la gran satisfacción de ser más inteligente que yo.
No me fallen y por lo menos tírenle a
embocar o me van a hacer sentir como una idiota nerda que se cuelga con las cosas más zopencas. Acto seguido, me va a entrar la angustia, me va a bajar la auto-estima, mi narcisismo me va a llevar a convertirme en gótica y me voy a comer toda la heladera. ¿Realmente quieren que engorde a meros días del comienzo de la primavera? Didn't think so.
Después son ustedes los que tienen que soportar a mi hermoso ser gordo vestido con un diminuto bikini, tomando sol en la playa tal cual lagarto que se tragó a un mamút y asustando a los niños que creen ver aguas vivas gigantes en mi celulitis. Como en aquel glorioso programa de la televisión nacional que apelaba a la sensibilidad de los insensibles, usted decide.
... daaaale, porfi, no quiero ser Britney Spears =(
[Ya puse el resultado como un comment.]
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Tipo, nada
domingo, septiembre 09, 2007
Recién le comenté a alguien de que el día estaba lindo y que finalmente me iba a ir a comprar un jogging para salir a correr a la Rambla. Pero como soy espectacularmente divina y súper considerada y no quiero arruinarles el buen clima, mejor me siento a escribir. No vaya a ser que después me culpen a mí si llueve.
Ayer salió en el suplemento Qué Pasa del diario El País una nota de César Bianchi titulada "La Ciudad Vieja está menos VIP". La nota – además de cometer el error de considerar que en Uruguay hay personas VIP – echa un simple vistazo a la dicotomía entre planchas y chetos que existe en el país, limitándose al cambio de público que hoy por hoy ronda las famosas callecitas llenas de pubs ubicadas en una de las zonas más antiguas de Montevideo.
Hasta ahí, todo bien. Sin embargo, antes de
comenzar a siquiera dar mi propio análisis de la nota, quiero confesar algo. Sí, amigos, ha llegado el momento que todos los que me conocían esperaban con fervor, tal como ese momento en que sabés que Wanda Nara se va a dar contra el sopi. Son momentos conocidos y principales en certámenes de belleza con largas escaleras por donde quienes compiten deben descender. Momentos clásicos, algunos mediáticos y otros no tanto, como cuando aquel hombre ignora el cartelito de 'piso mojado' y pasa apurado por la zona. Y sabés que vos te vas a reír. Mucho.
Si tomamos en cuenta a la dicotomía entre planchas y chetos, yo sería, sin duda, una cheta. Es un estigma del cual no puedo zafar con nada. Ni el "ah pero yo soy de Pocitos y en Pocitos hay de todo" o el "ta, pero eso lo decís por mis amigos, yo mirá que soy más de tener un perfil bajo"; ni siquiera el "pero yo me compro ropa en la feria" o el ya clásico "cómo vas a decir eso si esteeeee, em, em, si yo no, em, ¡si yo no voy a Lotus / Café Misterio / Punta del Este / universidad privada / Buenos Aires de shopping y soy re hippie / soy del Frente / tengo amigos planchas / estudio ciencias sociales / fui al Cerro una vez!".
Hola, mi nombre es DIT y no vivo en Pocitos, me gusta vestirme según mi propia definición de 'bien' con ropa que me compro usualmente en shoppings (o aquel paraíso llamado Zara), amo Buenos Aires por sus casas de ropa, miro Project Runway religiosamente, miro Bailando por un Sueño y miré el Gran Hermano donde ganó Marianella (y voté). Mi chiste favorito es el de las ovejas chetas. Fui a liceo privado, a universidad privada y ahora trabajo en una empresa privada, aunque no tenga nada que ver. Estudié Comunicación Social. En fin, estoy a una sesión de peluquería para ser el estereotipo uruguayo de rubia cheta (para teñirme, porque el cerquillito ya lo tengo).
Soy cheta por generalización, ¿y qué? Voy a opinar igual.
En el artículo (el del Qué Pasa, ese que mencioné hace como tres párrafos), Bianchi le pregunta a varios dueños de boliches en Ciudad Vieja por qué piensan que aquella supuesta gente 'VIP' o 'paqueta' no los frecuenta más. Algunos, como Roberto Requejo, dueño del Pony, le embocan bastante bien. Otros, no tanto. A modo de servicio comunitario, les redondeo las razones que dieron:
Por suerte, Bianchi resulta ser un tipo inteligente y observa la acumulación de planchas en las calles. Supongo que, intrigado ante tanto tetra-brik, rubios de agua oxigenada, bases y falta de eses, se dirige a una seccional a preguntar cuánta inseguridad hay efectivamente en la zona. Su inquisitivo cerebro se pregunta, y con razón, si la falta de gente con alto poder adquisitivo se debe a una discriminación de clase o efectivamente, al miedo.
Se encuentra entonces con otro personaje, el comisario de la Seccional 1ª., Carlos Silva. Carlitos le informa que todo eso de la inseguridad son patrañas, porque fijate, en agosto de 2006 tuvimos 42 denuncias y el mes pasado solo tuvimos 25. ¡Solo 25! Me lo imagino, chocho con el mate bajo el brazo y copado de que tuvieron solo 25 denuncias, saludando a cuatro planchas habitués que pasan por la puerta con envase de Ving en mano.
Lo que yo me pregunto es cuán efectivas habrán sido esas 42 denuncias del 2006. ¿Sirvieron de algo? Porque si resulta que fueron una pérdida de tiempo, es entendible que menos gente vaya a denunciar. Y si hay menos gente 'robable' en Ciudad Vieja, ¿no es lógico que hayan menos robos? Hasta donde yo sé, robarse entre planchas es mala palabra. Además, media pila, 25 denuncias son 25 denuncias que no deberían haber sucedido. ¿Estoy muy equivocada en pensar esto? Sí, estamos de acuerdo, Ciudad Vieja no es el 40 Semanas. ¿Y?
Lo único que sé yo es que Montevideo, efectivamente, es un pañuelo. No soy 'clasista' por darme cuenta que entre ciertos grupos, le gente se conoce entre ella al menos por nombre. En grupos tan cerrados y en un país que ama los chismes sobre lo que le pasó a fulanito y menganito, la gente se entera bien rápido sobre delitos cometidos por 'un par de planchas que me trataron de robar en Ciudad Vieja'.
Si se le suma a esto que en lo que va en el año ya conozco a dos personas que murieron porque unos planchas le quisieron robar, mis números cambian. Agosto 2006: cero personas conocidas muertas por planchas. Agosto 2007: dos. No necesito tener a 25 muertos para sentir miedo; con dos me alcanza y me sobra.
Cierto, estos crímenes no fueron en Ciudad Vieja. Sin embargo, tal como lo confirma el artículo, Ciudad Vieja está llena de planchas. Así que no voy más. No soy VIP, no soy 'paqueta', no soy 'estirada'... pero soy cheta. La cumbia, el vino, las bases, la falta de eses, hasta los piropos de obrero me chupan un huevo. También reconozco que no todos los planchas son iguales – si mi fallido informe para TV me enseñó algo, fue eso – pero, honestamente, no me arriesgo. Antes, los hechos me demostraban que podía ser que me quedara sin plata y sin celular. Hoy por hoy, me demuestran que existe la posibilidad de que me quede con un balazo entre los ojos.
De todas maneras, esto no es algo nuevo. Casi todo boliche, toda zona, tuvo su momento de auge hasta que cambió su público por uno de menos nivel adquisitivo. ¿Por qué, entonces, no pueden convivir los dos públicos en paz? Más allá del miedo... no sé. Tengo una vaga idea que trata sobre actitudes que ambos grupos tienen hacia el otro donde se alimentan mutuamente hasta terminar en un gran circulo vicioso de resentimientos y pereza para aclarar, pero sí... es una buena pregunta.
Tipo, ta, nada. Es todo culpa de los hippies.
Ayer salió en el suplemento Qué Pasa del diario El País una nota de César Bianchi titulada "La Ciudad Vieja está menos VIP". La nota – además de cometer el error de considerar que en Uruguay hay personas VIP – echa un simple vistazo a la dicotomía entre planchas y chetos que existe en el país, limitándose al cambio de público que hoy por hoy ronda las famosas callecitas llenas de pubs ubicadas en una de las zonas más antiguas de Montevideo.
Hasta ahí, todo bien. Sin embargo, antes de
comenzar a siquiera dar mi propio análisis de la nota, quiero confesar algo. Sí, amigos, ha llegado el momento que todos los que me conocían esperaban con fervor, tal como ese momento en que sabés que Wanda Nara se va a dar contra el sopi. Son momentos conocidos y principales en certámenes de belleza con largas escaleras por donde quienes compiten deben descender. Momentos clásicos, algunos mediáticos y otros no tanto, como cuando aquel hombre ignora el cartelito de 'piso mojado' y pasa apurado por la zona. Y sabés que vos te vas a reír. Mucho.
Si tomamos en cuenta a la dicotomía entre planchas y chetos, yo sería, sin duda, una cheta. Es un estigma del cual no puedo zafar con nada. Ni el "ah pero yo soy de Pocitos y en Pocitos hay de todo" o el "ta, pero eso lo decís por mis amigos, yo mirá que soy más de tener un perfil bajo"; ni siquiera el "pero yo me compro ropa en la feria" o el ya clásico "cómo vas a decir eso si esteeeee, em, em, si yo no, em, ¡si yo no voy a Lotus / Café Misterio / Punta del Este / universidad privada / Buenos Aires de shopping y soy re hippie / soy del Frente / tengo amigos planchas / estudio ciencias sociales / fui al Cerro una vez!".
Hola, mi nombre es DIT y no vivo en Pocitos, me gusta vestirme según mi propia definición de 'bien' con ropa que me compro usualmente en shoppings (o aquel paraíso llamado Zara), amo Buenos Aires por sus casas de ropa, miro Project Runway religiosamente, miro Bailando por un Sueño y miré el Gran Hermano donde ganó Marianella (y voté). Mi chiste favorito es el de las ovejas chetas. Fui a liceo privado, a universidad privada y ahora trabajo en una empresa privada, aunque no tenga nada que ver. Estudié Comunicación Social. En fin, estoy a una sesión de peluquería para ser el estereotipo uruguayo de rubia cheta (para teñirme, porque el cerquillito ya lo tengo).
Soy cheta por generalización, ¿y qué? Voy a opinar igual.
En el artículo (el del Qué Pasa, ese que mencioné hace como tres párrafos), Bianchi le pregunta a varios dueños de boliches en Ciudad Vieja por qué piensan que aquella supuesta gente 'VIP' o 'paqueta' no los frecuenta más. Algunos, como Roberto Requejo, dueño del Pony, le embocan bastante bien. Otros, no tanto. A modo de servicio comunitario, les redondeo las razones que dieron:
- Los idiotas que, viendo lo bien que le iban a los otros boliches, abrieron más boliches.
- La cumbia que estos idiotas pasan en algunos de estos nuevos boliches cuando la Ciudad Vieja empezó como una zona de 'rocanrol'.
- La prohibición de fumar en lugares públicos cerrados que impusieron los idiotas del gobierno.
- Los miniquioscos que osan vender alcohol y por ende, les hacen 'competencia desleal'. Unos reverendos idiotas.
- El frío.
- La emigración (¿?).
- Es todo culpa de los hippies.
Por suerte, Bianchi resulta ser un tipo inteligente y observa la acumulación de planchas en las calles. Supongo que, intrigado ante tanto tetra-brik, rubios de agua oxigenada, bases y falta de eses, se dirige a una seccional a preguntar cuánta inseguridad hay efectivamente en la zona. Su inquisitivo cerebro se pregunta, y con razón, si la falta de gente con alto poder adquisitivo se debe a una discriminación de clase o efectivamente, al miedo.
Se encuentra entonces con otro personaje, el comisario de la Seccional 1ª., Carlos Silva. Carlitos le informa que todo eso de la inseguridad son patrañas, porque fijate, en agosto de 2006 tuvimos 42 denuncias y el mes pasado solo tuvimos 25. ¡Solo 25! Me lo imagino, chocho con el mate bajo el brazo y copado de que tuvieron solo 25 denuncias, saludando a cuatro planchas habitués que pasan por la puerta con envase de Ving en mano.
Lo que yo me pregunto es cuán efectivas habrán sido esas 42 denuncias del 2006. ¿Sirvieron de algo? Porque si resulta que fueron una pérdida de tiempo, es entendible que menos gente vaya a denunciar. Y si hay menos gente 'robable' en Ciudad Vieja, ¿no es lógico que hayan menos robos? Hasta donde yo sé, robarse entre planchas es mala palabra. Además, media pila, 25 denuncias son 25 denuncias que no deberían haber sucedido. ¿Estoy muy equivocada en pensar esto? Sí, estamos de acuerdo, Ciudad Vieja no es el 40 Semanas. ¿Y?
Lo único que sé yo es que Montevideo, efectivamente, es un pañuelo. No soy 'clasista' por darme cuenta que entre ciertos grupos, le gente se conoce entre ella al menos por nombre. En grupos tan cerrados y en un país que ama los chismes sobre lo que le pasó a fulanito y menganito, la gente se entera bien rápido sobre delitos cometidos por 'un par de planchas que me trataron de robar en Ciudad Vieja'.
Si se le suma a esto que en lo que va en el año ya conozco a dos personas que murieron porque unos planchas le quisieron robar, mis números cambian. Agosto 2006: cero personas conocidas muertas por planchas. Agosto 2007: dos. No necesito tener a 25 muertos para sentir miedo; con dos me alcanza y me sobra.
Cierto, estos crímenes no fueron en Ciudad Vieja. Sin embargo, tal como lo confirma el artículo, Ciudad Vieja está llena de planchas. Así que no voy más. No soy VIP, no soy 'paqueta', no soy 'estirada'... pero soy cheta. La cumbia, el vino, las bases, la falta de eses, hasta los piropos de obrero me chupan un huevo. También reconozco que no todos los planchas son iguales – si mi fallido informe para TV me enseñó algo, fue eso – pero, honestamente, no me arriesgo. Antes, los hechos me demostraban que podía ser que me quedara sin plata y sin celular. Hoy por hoy, me demuestran que existe la posibilidad de que me quede con un balazo entre los ojos.
De todas maneras, esto no es algo nuevo. Casi todo boliche, toda zona, tuvo su momento de auge hasta que cambió su público por uno de menos nivel adquisitivo. ¿Por qué, entonces, no pueden convivir los dos públicos en paz? Más allá del miedo... no sé. Tengo una vaga idea que trata sobre actitudes que ambos grupos tienen hacia el otro donde se alimentan mutuamente hasta terminar en un gran circulo vicioso de resentimientos y pereza para aclarar, pero sí... es una buena pregunta.
Tipo, ta, nada. Es todo culpa de los hippies.
Copiando y pegando por un sueño
domingo, septiembre 02, 2007
No suelo agarrar posts de los demás y ponerlos en mi blog onda "jojo, pa, que gracioso esto bolúuuuooooo", pero lo voy a hacer. Es más, esta es la primera vez que lo hago. Es algo horrible y demuestra una total carencia de material original por mi parte, pero Uds., pedazos de infelices que leen este blog como favor hacia mi hermosa persona, Uds. no me entienden.
Iba a escribir algo así como 'no comprenden que estoy bajo mucha presión porque estoy escribiendo una tesis y mañana tengo que entregar el primer capítulo y le dije a mi tutor que lo tenía pronto y hoy seguramente no duerma y ayer en vez de encarar miré televisión toda la tarde [¿¡por qué me divierte ver a José María bailando al compás de una canción onda Chiquititas que mis fuentes* confirman se llama 'Las Divinas'!?] y hablé por teléfono y salí de noche' pero mi tesis implica que esté periódicamente navegando por la internés leyendo blogs como el que recién encontré. Ergo, es borderline envidiable y soy la o-ne.
En fin, posteo esto porque cuando lo leí, me morí de la envidia de que no lo había escrito yo. No sé si es producto del autor del blog (un tal diegzor) o no, pero lo encontré en Ciudadano Quejeta, su blog. Gracias totales, diegzor. Estás contribuyendo a mi sueño de recibirme antes de fin de año. Graciela Alfano te pone un 10 y Moria te regala unas pieles de Briders. Enshoi.
(Leandro, te prometo tener el primer capítulo para mañana. Esta vez es en serio. En serio. No, no te estoy mintiendo. Bo, en serio. Vas a ver.)
* Mis hermanos.
Iba a escribir algo así como 'no comprenden que estoy bajo mucha presión porque estoy escribiendo una tesis y mañana tengo que entregar el primer capítulo y le dije a mi tutor que lo tenía pronto y hoy seguramente no duerma y ayer en vez de encarar miré televisión toda la tarde [¿¡por qué me divierte ver a José María bailando al compás de una canción onda Chiquititas que mis fuentes* confirman se llama 'Las Divinas'!?] y hablé por teléfono y salí de noche' pero mi tesis implica que esté periódicamente navegando por la internés leyendo blogs como el que recién encontré. Ergo, es borderline envidiable y soy la o-ne.
En fin, posteo esto porque cuando lo leí, me morí de la envidia de que no lo había escrito yo. No sé si es producto del autor del blog (un tal diegzor) o no, pero lo encontré en Ciudadano Quejeta, su blog. Gracias totales, diegzor. Estás contribuyendo a mi sueño de recibirme antes de fin de año. Graciela Alfano te pone un 10 y Moria te regala unas pieles de Briders. Enshoi.
El fin del mundo
"El Reloj del Apocalipsis" (ApocalypseWatch) es una organización sin fines de lucro destinada a monitorear las amenazas más grandes hacia la humanidad. Su objetivo es concienciar a la gente de estos problemas para que luego las personas traten de tomar medidas para remediarlas. Algunos resuelven hacer marchas, otros hacen documentales acerca del calentamiento global. No importa como desee colaborar, la decisión es suya.
Acaba de salir el reporte del 2007, y las 10 amenazas más fuertes para el mundo en este momento son las siguientes:
1) Vacas: Las vacas son uno de los mayores emisores de gases causantes del calentamiento global y deben ser detenidas. Estudios hechos por compañías petroleras demuestran que las vacas emiten el 45% del volumen de gas necesario para derretir un cubo de hielo a lo largo de varios periodos lunares.
2) La gripe vegetal: Una cepa renegada de gripe del pollo se ha cruzado con vaca loca e infecta todo tipo de vegetales comestibles. Se ha reportado un caso de una persona que después de comer un tomate infectado murió en circunstancias misteriosas mientras paseaba por el lago Wkanenge, en Namibia.
3) Windows Vista: Muchos analistas dijeron que el día que saliera Windows Vista se iba a congelar el infierno. ¡El día llego! ¡Solo puede ser malo!
4) La piratería: Campañas positivas a favor de esta actividad iniciadas por Hollywood que romantizan esta horrible actividad (ver Piratas del Caribe) aseguran la conversión a esta profesión de muchos jóvenes. No robarías un auto, no robarías una cartera, ¡no te subas a un barco a cañonear a otros!
5) Lost: La cantidad de teorías generadas y horas de discusión y pensamiento gastadas por personas alrededor del mundo acerca de esta serie igualan a la cantidad de horas necesarias para construir dos murallas chinas. ¡En un futuro cercano la gente podría dedicarse solo a pensar en eso!
6) Invasión Alienígena: El universo es infinito, por lo tanto hay infinitas probabilidades a favor de que haya vida alienígena en otro planeta, y que además sea malvada. La realidad es que si no hemos sido invadidos hasta ahora es de pura suerte. ¡Debemos iniciar un plan de defensa global! ¡Resistiremos!
7) Inmigración Ilegal: Los países del sur están invadiendo a los países del norte. Eventualmente el sur quedara desierto y el peso de toda la población humana en uno de los dos hemisferios hará que la corteza exterior colapse en el norte, provocando la destrucción del mismo. Se solucionaría mediante periódicos saltos coordinados de todas las personas a la vez, para que al estar todos en el aire la corteza no tenga que sostener ese peso.
8) El Y3K: La llegada del año 3000 generaría una serie de fallas en todos los sistemas electrónicos que podrían ocasionar que su propia tostadora o wafflera lo atacara a traición. ¡Comience a comprar bidones de agua y atrinchérese!
9) Las Profecias de Nostradamus: El sabio francés Michel de Nostradamus escribió un numero casi infinito de profecías absolutamente vagas e imprecisas, lo cual asegura que casi en cualquier momento de la historia uno puede predecir el fin del mundo dos o tres meses después con total seguridad. Le viene errando desde el siglo 16, pero eso solo quiere decir que esta cada vez más cerca de acertar.
10) La New Age: Te quieren hacer creer que eres lindo y eres hermoso. Te quieren hacer creer que acomodando los muebles en tu casa de forma diferente serás feliz y que tienes puntos que concentran energías pseudo científicas que cambiaran tu vida con total facilidad. ¡Todo esto es mentira y el único objetivo es la adquisición de tu capital! Estamos organizando un seminario, en el centro Nova Alquimia, para explicar este fenómeno maligno. El costo del seminario es 300 pesos por día y después se pueden quedar a una clase acerca del secreto de los Templarios.
(Leandro, te prometo tener el primer capítulo para mañana. Esta vez es en serio. En serio. No, no te estoy mintiendo. Bo, en serio. Vas a ver.)
* Mis hermanos.
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