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Tránsito tímido

martes, septiembre 06, 2011

El siguiente post es en realidad una versión recauchutada del guión para el stand-up de Patricia que iba a hacer para demostrarle a todos de que las mujeres podemos a veces ser graciosas. La consigna era "Lo que importa es lo de adentro" y, al escucharla, me pregunté a mí misma: "¿Qué tengo adentro?". La primera cosa que se me ocurrió como respuesta fue caca. Así que here goes.

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Hola me llamo Tefa, tengo 27 años y no puedo cagar en baños ajenos. Es cierto y mucho más común de los que ustedes creen. Confieso que muchas veces he tenido que hacerlo, pero siempre lo evito, digamos que como a la plaga. Bah, con la diferencia que a la plaga sí la pude evitar toda mi vida.

Es que hay tantas cosas que pueden salir mal en un baño ajeno. Por ejemplo, y aunque no lo crean, hay gente que no guarda el papel higiénico en el baño.

Vuelven del súper y piensan "Che, ¿dónde pongo el papel? ¡Ya sé! En la cocina". Mi viejo, por ejemplo, es uno de ellos. Y después uno va y lo primero que hace -bua, lo primero que hago- es visualizar el rollo de papel en uso y estimar si dará o no dará. Pero uno a veces estima mal. Y se mete en los placarcitos y nada. Se mete debajo de la pileta y nada. Y al día siguiente el dueño de casa descubre que le falta una toalla.

Es horrible, en serio, saber que te puede pasar eso. También es horrible cuando el baño queda AL LADO del living. O AL LADO del cuarto. O AL LADO de la cocina. ¿Y qué hay de la evidencia? ¿Nunca les pasó de sacar un demonio de adentro y después de tirar la cadena hay residuos del muy hijo de puta que no se quiere ir? A ver, intelectualoides... ¿cuál es la etiqueta social EN ESOS casos? ¿Darle color al cepillito al lado? ¿Meter mano con papel hasta que ni un loco de CSI pueda encontrar rastros?

Ustedes pensarán que no es tan grave, que estoy exagerando. Bueno, no. Hace poco tenía un novio que vive en Maldonado y yo vivo en Montevideo. Entonces, desde muy temprano en nuestra relación, me pasó de tener que pernoctar en su casa durante fines de semana enteros, causándome los casos de estreñimiento más graves de mi vida. Pero hubo un par de fatídicas veces en que, simplemente, no zafé.

Una vez me llevó a cenar pasta a un restaurante muy pituco. Estábamos en el postre cuando le digo 'me duele la panza'. Como todas sabrán, 'me duele la panza' es sinónimo de 'tengo un demonio dentro de mí y necesito una exorcismo wáter-closeteril'. Se sabe. En ese entonces él estaba viviendo con un amigo en un apartamento con un solo baño. Y entonces, ante el pánico, hice lo único que cualquier mujer respetable y que se precie de sí misma haría: le pedí que me llevara al Conrad. Y él se jugó unos pesitos en el casino mientras yo me encargaba del mal dentro mío.

Para muchos, un hotel de lujo. Para mí, un wáter gigante.

En otra ocasión, nos fuimos a dormir y me empezaron los 'me duele la panza' pero exacerbados a la enésima potencia. No me podía dormir. Y me di cuenta que la cuestión era grave, que no iba a aguantar todo el fin de semana. Resignada, me levanté, me vestí, salí del cuarto y entré al baño.

Ahora, hay tres frases que se me destacan en la mente sobre el baño ese: la primera, 'adyacente al cuarto'. La segunda, 'potencialmente tapable como wáter de hotel paraguayo'. Y la tercera, 'retumbable'. En el sentido de que todo retumbaba. Doblaba del dolor de estómago, tomé coraje, me bajé los pantalones y me senté sobre mi amigo closet. Ni me dio el tiempo de sentir alivio estomacal antes de... ¿cómo digo esto sin dejar la finesa que tan bien me caracteriza?

Bueno, no sé, antes de tirarme terrible pedo.

Cerré el culo de inmediato. Me puse bordó y lo más probable es que me haya puesto a llorar. Pude depositar algo, pero en seguida me inhibí y todo intento sucesivo fue fútil. Pensaba en mi ex, en el cuarto de al lado, que se despierta con cualquier ruido. Pensaba en el amigo de mi ex, en el otro cuarto, que recién se había ido a dormir. Me imaginaba a mi ex con sus amigos en un asado comentando 'la vez en que la novia de aquel había entrado al baño con una vuvuzuela'. No podía seguir con esto. No podía.

Limpieza mediante, me digné a aguantarme todo el fin de semana y dormir como pudiera. Sólo que claro, mi cuerpo no estaba cooperando. A la hora, los 'me duele la panza' llegaron a niveles nunca antes visto. Solo había una cosa que podía hacer. Me digné a levantarme, vestirme, ponerme zapatos y buscar las llaves del auto. Tenía que ir al Conrad.

Pero las llaves no estaban por ningún lado. Adentro de la cartera, atrás del sofá, sobre la mesa, adentro de la heladera, en mis bolsillos, en la ducha, busqué en todos lados donde había dejado llaves anteriormente. Y mientras, mis entrañas me hacían huelga y me doblaba del dolor y mi desesperación se elevaba a niveles nunca antes vistos. Así que tomé coraje, fui al cuarto e hice lo único que podía hacer: desperté a mi ex y le pregunte dónde carajo había dejado las llaves del orto.

Mi ex, dormido, se levantó y las empezó a buscar. Y no las encontró. Evidentemente, no tuvo mejor idea que despertar al amigo a las 3 de la mañana de un miércoles para ver si él tenía idea de donde estaban. Él tampoco sabía. Al final estaban sobre la mesa del comedor, por lo que me supongo que se habían convertido en invisibles durante mi búsqueda. Mi ex las vio, me las entregó y empezó a caminar hacia el cuarto mientras yo abría la puerta.

Y, en una, detuvo su paso y lentamente se dio vuelta. Me miró con un ojo abierto y el otro cerrado. Despacito fue cobrando un poco de sentido mientras yo lo miraba con terror en mis ojos.

"¿A dónde vas?"

Lo fácil hubiese sido decirle la verdad, ya sé. Pero a esta altura, estaba petrificada de la vergüenza y no se me ocurrió nada mejor que decirle: "Confiá en mí, ya vuelvo" e irme.

"Confiá en mi, ya vuelvo". Posta. Como si fuese la mujer maravilla y me hubiesen llamado al celular implorando que fuera a salvar al mundo o algo.

Llegué al Conrad y pude llegar a su baño y durante 2 minutos fui la persona más feliz del mundo. Pero sólo duró 2 minutos porque, en el medio de mi felicidad, empezó a sonar el celular. Era mi ex. Ahora, me encontraba en otra disyuntiva. O atendía y todo el baño se enteraba de que estaba cagando en ese establecimiento por mis serios problemas mentales o ignoraba las llamadas y dejaba que mi novio se preocupara sobre la seguridad de la mujer maravilla. Obviamente, elegí la segunda. Intenté enviarle un SMS pero no lograba enviarlo. Aparentemente, la recepción en aquel baño era sólo para llamadas.

Al final lo apagué y me dispuse a continuar. Pero no podía. El celular me había cortado la inspiración y encima una brasilera estaba tirándose pedos en el baño al lado del mío. Limpieza mediante -nuevamente- salí del baño y volví al auto. En ese momento me cayeron más o menos 10 mensajes de texto de mi ex. ¿Dónde estás? ¿A dónde te fuiste? ¿Estás bien? ¿Te enojaste conmigo? Decime dónde estás y te voy a buscar. Por favor, ¿dónde estás? Y el último, muestra de su amor hacia mí: "Pedazo de pelotuda, no me digas que te fuiste a cagar al Conrad".

Volví y él estaba acostado. Me desvestí y me metí en la cama, intentando hacer lo imposible para evitar todo el suceso. Y ahí, mientras cruzaba los dedos mentalmente y mi estómago me pedía las gracias, mi ex me dijo: "¿Dónde estabas?"

"En el Conrad".

"¿Cagando?"

"Sí".

"No me mientas. ¿Tenés otro?"

"¿Otro? ¿Otro qué?"

"¿Estabas con otro?"

Y me reí. Fui re mala y me reí. Y esa fue mi primera pelea con mi ex, causada por mi peculiar trauma y demostrándome que, muchas veces, lo que uno tiene adentro apesta.

De la cabeza

martes, diciembre 08, 2009

El otro día, una niña de 11 años me preguntó algo que me dejó healda. No sé si tenía realmente 11 años pero como el hermano menor tenía 9, supongo que sí. Estábamos en un pequeño happening porque mi novio salió campeón nacional de los Superescarabajos en el campeonato nacional de automovilismo (sí, el autito que supo ser esponsoreado por Catatonias) y yo veía que me miraba.

Antes de seguir, quisiera levantar mi moción por incluir el término 'happening' más en nuestros vocabularios. Gracias. También quisiera levantar mi moción para que todos ustedes aprendan qué son los Superescarabajos así, cuando el año que viene mi novio les vuelva a romper el culo a todos, no voy a tener que gastar tres líneas de un post en explicar el título. Gracias totales. O como diría Maradona, que la sigan mamando.

El tema es que me miraba y me miraba y en una, se animó. Me tocó el brazo y bien bajito me preguntó:

"¿Vos sos flogger?"

Say Güat? La juventud está perdida. Ven un cerquillo rebelde que se rehúsa a parecerse a un cerquillo y una instantáneamente es catalogada de flogger. Y antes de que pregunten, no, no estaba vestida de fuscia, verde manzana, turquesa y blanco. De hecho, estaba casi que completamente vestida de negro. Así que, no sé, emo todavía… pero ¿flogger?


Juro por Dios que no me parezco a esto.

No sé cómo tomarme la apreciación. Me siento levemente discriminada pero, al mismo tiempo, elogiada. ¿Será que me visto bien? ¿Qué me visto mal? ¿Será que tanto dinero gastado en Cosmopolitan anualmente es al reverendo pedo? ¿Será que me tengo que cortar el cerquillo? ¿Será que tengo que cambiar de shampoo? ¿Será que los shampoos buenos de mierda salen un ojo de la cara? Sí, es eso.


Juro que no estaba vestida así. Y de que no tengo 13 años.

Hace poco me mudé. Cuando vivía con mi madre y todos mis hermanos, tenía el tupé constante de usarle el shampoo a mi hermana. Mi hermana se quejaba y pataleaba y me decía 'Nenaaaaaaaa sale caroooooooo dejá el shampoooooooo'. Y yo no le hacía caso porque primero, a mí nadie me estira la vocales y, segundo, entre el Pantene miserable que usaba yo y el shampoo de ella con nombre concheto y gringo, me quedaba con ese (John Frieda para los entendidos).

Pero me mudé a lo de mi papá y en febrero me voy a vivir a lo de una amiga y me preocupa el tema shampoo. Mucho. ¿Cómo un shampoo puede salir 400 pesos la botellita? Y si encima le agregás el acondicionador, estamos fácil hablando de unos 600-800 pesos (sí, no verifiqué los precios y estoy tomando como cierta la apreciación de precios de mi madre pero como ya no soy periodista – y nunca lo seré – me cago en la revisación de datos. El País, cuando quieras contratame nomás).


El shampoo en cuestión. Sí es para rubias. No, no soy rubia.
Sí, me deja el pelo mejor que el que es para morochas. Sí, tantas
preguntas me están incomodando.

Si el sueldo promedio de un uruguayo promedio es de 10 mil pesos promedio más o menos y suponemos que el combo shampoo-acondicionador en su hipótesis de precio conjunto más caro es de 800 pesos (promedio), estamos hablando de que sólo el correcto cuidado del lavado del pelo sería un 8% del sueldo. UN O-CHO POR-CIENT-O.

Y encima me vengo a enterar que el shampoo ni siquiera es parte de la canasta básica. ¿A mí me están tomando el pelo? EVIDENTEMENTE NO, YA QUE NI SIQUIERA SE CONSIDERA IMPORTANTE.

(Obviamente esto ni lo verifiqué pero tengo la intuición – la sensación térmica – de que Mujica es un asesino y también sería un asesino de pelos.)

Estos bolches de mierda.

En fin, el tema es que, aparentemente, me parezco a una flogger. Y que si pongo 'shampoo de mi hermana' en la listita de cosas que quiero para mi cumpleaños, el ítem va a ser completamente ignorado por mis progenitores. Esperemos que Papá Noél tenga más compasión o vuelven las donaciones por la vida del gato (sí, sigue atado a la pata de una mesa).



BONUS TRACK: mi rodilla y mi brazo haciéndose los floggers.
Y mi amigo Nico.
Y un ejemplar de cerveza Mastra, la cerveza más mostra.

Gran oportunidad gran

martes, junio 02, 2009

Suena mi celular un viernes a las 5 de la tarde. No reconozco el número pero contesto. Capaz que es algún fan. Capaz que tengo algún stalker que va a respirar tres veces en la línea antes de cortar. Capaz que alguno de mis amigos se quedó sin tarjeta.


No, sin duda, debe ser un nuevo fan que encontró mi celular quién sabe cómo. Seguro me llama para decir cuánto me ama. Por eso contesto.

- Hola, ¿DIT?
- Habla ella. ¿Quién habla?
- Mirá, te hablo de la consultora XX, la Universidad YY nos mandó tu currículum y tenemos una oportunidad laboral para vos que seguro te va a interesar.
- A ver. (No suelo ser muy expresiva por teléfono.)
- Bueno, se trata de una posición para Comunicador Junior…
- Ajá. (Son las 5 de la tarde y mi mente está en cerealitas con queso philadelphia.)
- Básicamente se centra en torno a las nuevas tecnologías, medios electrónicos Güeb 2.0, publicaciones… bien tu perfil. Estarías trabajando con un equipo de personas en torno a la planificación y ejecución de una estrategia de medios para comunicar el mensaje de la organización, usando distintas capacidades, muchas herramientas… además también tendrías que ocuparte de divulgar noticias en medios periodísticos, introducir las tics pertinentes e investigar el área.
- Ajá. (¿Y si hoy como las galletas esas chiquitas de arroz en vez de ceralitas?)
- ¿Te interesa?
- Eh… ¿sí?
- Bueno, entonces nos encantaría tener una entrevista contigo. Podríamos hacerla el lunes que viene, a las 10 de la mañana o 2 de la tarde, vos podés elegir.
- Bueno, a las 2 de la tarde.
- Perfecto. Ah, me olvidaba, antes de confirmar tengo que darte las condiciones.
- ¿Las condiciones?
- Sí.
- Ok, decime las condiciones.
- Bueno, el trabajo paga 10,000 pesos más IVA.
- ¿Más IVA?
- Claro, sería a modo externo y con contrato por un año.
- ¿Externo?
- Claro, vos trabajarías a modo de unipersonal.
- ¿Y cuántas horas serían por semana, más o menos?
- 40.
- ¿40? 8 por día, ¿no?
- Sí, vos te administrás.
- ¿Por 10,000 pesos más IVA?
- Sí.
- ¿Más los costos de abrir y mantener una unipersonal?
- Y… sí.
- ¿Por contrato?
- Sí.
- Muchas gracias señorita, pero no me interesa.
- Está bien.
- Chau.
- Chau.

Uruguay: el único país donde una empresa tendría el tupé de ofrecer un puesto de trabajo ‘que seguro será interesante’ donde vos tenés que – por contrato – incurrir en gastos y abrir una empresa, dedicarte exclusivamente a un cliente y recibir 10,000 pesos más IVA por hacer el trabajo de al menos 2 personas.

Es por este motivo, y para alertar a la población que sin duda se encuentra buscando un trabajo digno y divertido en estas épocas de crisis mundial, que he decidió redactar un pequeño instructivo sobre los puestos de trabajo. De nada.

Pequeño Diccionario Laboral Para Entender Avisos y Clasificados Para Puestos De Trabajo En Uruguay

Remuneración Acorde: no paga bien.

Remuneración Acorde a las Responsabilidades del Cargo: no te pagan bien y encima piensan que lo que hacés vos lo puede hacer cualquiera.


Requisitos – Secundaria Completa: no paga bien y vas a competir con 100 currículums más.

Requisitos – Estudiante de X Carrera: no paga bien y tenés que hacer el trabajo de 4 personas.

Requisitos – No es Necesario Contar Con Experiencia Previa: no paga bien y tenés que hacer el trabajo de 4 personas.


Requisitos – Persona Proactiva: tenés que hacer el trabajo de 4 personas.


Requisitos – Creatividad: creatividad para hacer las cosas tal cual te las dicen pero obtener mejores resultados que cuando las hacen ellos tal cual te las dicen.


Requisitos – Experiencia en Venta Directa de Intangibles: Telemarketer.


Customer Service Agents: Telemarketer.


Customer Support Agents: Telemarketer.


Operador de Call Center: Telemarketer.


Agente de Call Center: Telemarketer.


Profesional de Ventas: Telemarketer.


Sales Representatives: Telemarketer.


Ofrecimientos – Buen Ambiente Laboral: hay otra gente en la oficina.


Ofrecimientos – Excelente Oportunidad: hay otra gente en la oficina.


Ofrecimientos – Desafíos: no paga bien y tenés que desafiar al embole tísico que te vas a agarrar laburando de eso.


Ofrecimientos – Horario Flexible: no hay horario pero el trabajo da como para más de 40 horas a la semana. Y no paga bien. Y hacés el trabajo de 4 personas.


Aviso en Comic Sans: no paga bien.


Empresa en crecimiento: no paga bien.


Asistente Personal de Persona Importante Que Paga 1500 Euros Al Mes Pero Te la Pasas Viajando y Te Codeas Con Nobleza Europea: trata de blancas.

Bueno, me aburrí, pero seguro Uds. tienen muchísimos ejemplos más. Prometo que si me los dicen, los agrego a la lista con su nombre al lado, re prolijito, y un link a su blog, re prolijito, y después armo un eBook y hacemos un instructivo re piola. O, yo qué sé, los agrego y ta.

P.D: Apuesto a que no hay NI UN telemarketer tan lindo y arreglado como en las imágenes de stock de telemarketers. De hecho, apuesto a que laburan en pishama, tomando Coca Light y fumando a lo lindo, cubiertos por una frazada porque aunque el frio está bueno, tanto frio apesta. Ta, capaz que esa soy yo.

Nuevos Agregados Al Diccionario Pedorro Este:

Se valorará xxxxx (no excluyente): si no tenés xxxxx, más vale que esté muy bueno/a [El Chino].

Persona de 18-23 años con experiencia: esperan que tengas la experiencia de una persona de 40 [Marcos].

Telemarketer: Telemarketer [Transmutación].

Con Aspiraciones Personales: no esperes un sueldo mayor a $3000 [Transmutación].

Pasante de Testing y Desarrollo: Pasante de Testing [Nachín].


Atrévete, salte del closet

martes, octubre 07, 2008

En Biología de primero, nos sentaban en grupos. Los grupos se establecían el primer día de clases y, básicamente (y por alguna razón que no comprendo) eran por orden de altura. En ese entonces, yo seguía siendo la más alta de todas las chicas y hasta de toda la clase si no fuera por UN chico. Justamente, el chico que a mí me gustaba.

Mi equipo tenía tres personas, las tres últimas personas en la fila por orden de altura: mi amigo Martín, yo y el chico que me gustaba. Needless to say, la profesora me odiaba. Ella daba clase y yo ni puta idea, porque me pasaba los dos periodos de Biología charlando a lo loco y siendo sumamente carismática. Digamos que en esa época los kilos de más me mataban así que no quedaba otra que ser súper simpática (y medio que funcionó, así que gorditas del mundo, aprendanlón).

El tema es que esta profesora era, encima, media quilombera. Se la pasaba llamando a mis padres para tener 'reuniones extracurriculares' y era la típica que ponía 'puede rendir más' en el carnet. Como yo, además de ser la más grande de 5 y gordita, era también nerdita, mis padres no podían creer que tuviera un 6 en Biología. UN SEIS. DIOS MÍO. NOS SALIÓ IDIOTA. QUÉ HACEMOS. ETC.

Imagínense la reacción cuando uno de mis hermanos repitió 5°. Fue divertidísimo.

En fin, la profesora me odiaba. Y como buena profesora de aquellas que trabajan en liceo privado pero igual llevan túnica blanca, se la agarró conmigo. Me hacía decir TODOS los orales. Me intentaba cagar en TODOS los escritos. Pero como yo zafaba y seguía zafando, ideó un plan tan maquiavélico, tan vengativo, que terminó ganándose mi respeto.

Un buen día, a meros minutos de la campana, escribió lo siguiente en el pizarrón verde: "Sexualidad Humana". Tranquilamente nos indicó que debíamos escribir una lista con todo, pero absolutamente TODO lo que se nos venía a la mente cuando alguien nos decía "Sexualidad Humana". Recuerden, gente, que en mi equipo habían tres personas: una croqueta y dos varones con las hormonas a todo fervor.

Dios mío. Hoy puedo decir que yo sí sentí lo que sienten nuestras tatarabuelas cuando ven los reclames del Traca Traca y de las Pastis en la tele. En esa época hasta la palabra 'pito' me hacía reír desconsoladamente. Imaginen lo que pene, clítoris, vagina, sexo oral y sexo anal causaban en mí. Paren. No. Déjenme reformular esa oración.

Imaginen mi vergüenza ante la mera mención de las palabras pene, clítoris, vagina, sexo oral y sexo anal. Ahí está.

Pero mi sufrimiento no terminó ahí. No señores. La yegua de la profesora, esa hija de puta, paró el tiempo y dijo que ahora debíamos decir en voz alta lo que nuestros equipos habían escrito. Y con una sonrisa zorra, apunto sus ojos a nuestra mesa, se relamió los labios y con un 'muahahahaha' interno indicó que yo debía decir lo que mi equipo había escrito. En voz alta. Frente a todo el mundo.

Fue un épico momento chan. Miré hacia los costados. Todos me miraban (menos los chicos de mi equipo, que estaban muy ocupados escondiendo sus carcajadas). Tragué saliva. Releí el título en el pizarrón. Mi rostro comenzó a ponerse bordeaux. Y, a regañadientes, dije aquella primera palabra que nunca voy a olvidar: "P-p-p-pene."

Mientras la profesora la escribía sobre el inmaculado pizarrón, yo sólo quería que la tierra me tragase entera. En el momento en que la tiza dejó de hacer ruido contra el fondo verde, supe que tenía que decir la segunda. Se me llenaron los ojos de lágrimas. Respiré profundamente. Y, cuando ya era evidente que en cualquier momento me largaba a llorar, tocó la campana.

Soy la mayor de cinco hermanos. Eso ya establece un montón de cosas: primero, que supe lo que era el sexo a través de la Enciclopedia Británica (posta). En segundo lugar, que desperdicié toda clase de Educación Sexual escuchando cómo los nenes de mi clase le preguntaban al maestro qué era un pene/clítoris/pezón. Y claro, la respuesta quedaba escondida detrás de las carcajadas que largábamos todos.

A los 11, llegué re contenta de una fiesta y le conté a mi madre de que había apretado con el chico que me gustaba. No saben cómo se le subieron los colores a la cara. Fue un show. Posta. Nunca la vi tan callada. Por suerte tuvo la sutileza de preguntarme qué era apretar y yo, impaciente, le contesté "Ay, mami, cuando bailás lentos así, apretados, ufa, no sabés nada."

Algunos años después me enteré lo que era apretar, así, de rebote, digamos que en carne propia. (Dicho sea de paso, fue terrible shock que me agarrara una teta. ¡Eso no lo mostraban en las películas!) Yo fui de la generación que se divirtió usando al caramelo 'Lenguetazo' en toda acepción eufemística posible. Recién en tercero de liceo me enteré lo que significaba la palabra fornicar (después de preguntárselo a los gritos a una profesora). Imagínense.

Por suerte mi croquetez fue disminuyendo hasta convertirme en el ser normal que soy hoy. Bueno, casi normal. Bueno, nada normal, pero ese no es el tema.

El tema es que el otro día volvía del Interior en bondi (bah, dejémonos de joder, volvía de Punta del Este), cuando en una, a través de la sudorosa oscuridad que caracteriza dichos tramos semi-directos, escuché un ruidito. Un ruidito insoportable, asqueroso, salivoso; nefasto por seguir tirando adjetivos. Bastó con que el ruidito se repitiera un par de veces para darme cuenta de que, a ese ruidito, yo ya la había escuchado antes. Era inconfundible.

En algún lugar, en algún lado, dos hijos de puta estaban apretando como si el bondi fuera un boliche y la oscuridad perteneciera a las 6 am, hora en que las almas en pedo se juntan e intercambian saliva como si ésta fuese figuritas del álbum de Súper Campeones.

El hecho me arruinó la diversión de viajar dos horas en un bondi lleno de personas mientras veo a la oscuridad empañada pasar por la ventana y escucho los suaves ronquidos del viejo sentado al lado mío. Un crimen.

El tema también es que, hace una semana, vi en Susana a un remisero con cara de Larry darle chupones a un par de gemelas que hablaban con acento. El tema es que no me banco a las parejitas apretando en la parada de bondi. El tema es, también, que una vez vi a la Tota Santillán encajarle terrible chupón a no-sé-que-gato-de-turno en Intrusos. Y el tema es, también, que todo esto no sólo me causó asco sino que también engendró una duda existencial en mi maravillosa persona.

¿Es esto normal o simplemente un vestigio de mi antigua croquetez que no me deja en paz?

En caso afirmativo, MIREN LO QUE TENER UNA PÉSIMA EDUCACIÓN SEXUAL ENGENDRA EN SU JUVENTUD, IDIOTAS.

En caso negativo, dios mío, tengo que dejar de mirar Intrusos.

Ud. decide. Pero Ud. no me juzga, ¿ta? (¿Porfi?)

Tanto tanto

lunes, junio 30, 2008

Mi breve periodo de desempleo (digo breve por una cuestiones de autoestima y porque me dejó disfrutar de un verano increíble) me dejó con un hábito algo masoquista: leer El Gallito todos los domingos. Digo masoquista porque laburo tengo y, en segundo lugar, porque no es que esté buscando algo nuevo. Más bien sería una cuestión de ver qué me perdí, como si el domingo que viene, ahí, en la página 9 de Trabajo – Enseñanza fuese a aparecer el siguiente aviso:


Tengo la suerte de decir que mi trabajo actual me ofrece algunos de esos beneficios ahí descriptos, o por lo menos intenta hacerlo (que no es poca cosa). Pero ta, una siempre tiene esas cosas con las que soñó de chiquita. Y es que yo de chiquita no soñaba con conocer a un chico morocho de ojos verdes que midiera un metro ochenta y 'le importara lo de adentro'. Y tampoco le pedía un pony a Papá Noel o la nueva Barbie a los Reyes Magos (fuera del hecho que siempre preferí los autitos a las muñecas).

No, señores, en toda listita a Papá Noél, Reyes Magos y afines, siempre pedía un auto y una casa. Digamos que fui bastante precoz en aprender que quienes regalaban en dichas fechas eran los padres. (Mentira, fui una idiota esperanzada por muchísimo tiempo.) Y soñaba con tener un laburo que me gustase tanto tanto y que me pagara tanto tanto como el que tiene mi papá.

En fin, el hecho es que siempre miro El Gallito con los ojos abiertos a nuevas oportunidades laborales que me hagan mandar todo a la mierda y jugármela por un laburo increíble, de aquellos que solamente osamos describir en nuestros sueños. No sé por qué. Leo El Gallito desde los 15 y nunca, pero nunca, encontré un aviso así. El que busca encuentra las pelotas.

Es más, año tras año me sorprendo ante lo absurdamente aburridos que son los trabajos disponibles. A mí nadie me va a convencer de que hay gente que salta de alegría cuando ve un aviso pidiendo 'Jefes de Mantenimiento'. O que hay quienes piensen "¡Oh sí! ¡Al fin! ¡Siempre supe que sería perfecto para un puesto de Vendedor de Publicidad!"

¿Y qué es eso de la remuneración acorde? Todavía me acuerdo de a
quel laburo en que me ofrecían remuneración acorde (mil pesos nominales las seis horas de 'pasantía'). Todavía me acuerdo de que, re contenta, lo tomé.

Otros te piden 'expectativas salariales'. Y si me pongo a pensar, aún no sé cuánto es un buen sueldo. Tengo 24 años, un CV lindo y gordito y no tengo ni la más pálida idea. Muchos me dicen que lo que gano ahora está bien. Muchos más me dicen que es una miseria "para lo que valgo". Yo qué sé. Para vivir con mis viejos, me da y me sobra. Ahora, el día en que me quiera ir a vivir sola… cagué. Pero más allá de todas cuestiones personales, ¿cómo puede uno calcular cuánto vale y cuánto valdrá su trabajo antes de siquiera saber bien de qué se trata?


Y después, si llegan, las entrevistas de trabajo son bastante intimidantes. Primero están aquellas donde te das cuenta A LA LEGUA de que te están estafando (si la minita que creyó en Papá Noél hasta los 7 años se da cuenta, es que tenés un serio problema). Y después otras aún más odiosas: aquellas entrevistas donde todo está pautado para que uno se ponga de rodillas y ruegue. Sí, aquellas entrevistas donde a uno lo hacen esperar por más que no haya necesidad, donde te mandan a la oficina de fulanito de tal que queda subiendo la escalera, doblando a la derecha, doblando a la izquierda y en la quinta puerta de mano derecha al lado del cartel que dice BIG BROTHER IS WATCHING YOU.

Pero se olvidan de mencionar que tenés que pasar por una puerta. Uno llega a la puerta y, tímidamente, mira para adentro. Adentr
o, cuarenta ovejas laburando. Una de ellas se apiada de ti y te señala con el dedo, claramente vocalizando las palabras "Es por allá." Y vos, antes de siquiera entrar a la entrevista, ya te sentís como un incompetente.

Pero ¡espera! ¡Hay más!

Adentro hay DOS personas, a falta de una. Te sonríen como si todo estuviera bien y con cada respuesta que das, se miran entre ellos. Y, de a poquito
, le siguen las preguntas que no tienen respuesta "¿Cuál considerás que es tu mayor defecto?" "¿En dónde te ves en cinco años?" "¿Y en diez?". Prefiero que me pregunten "¿Estoy gorda?". En serio.

Lo peor, lo vastamente y netamente peor, es cuando te hacen hacer dibujitos. Es ridículo. Está todo bien con la psicología, pero yo, hoy, les voy a enseñar a todos ustedes psicólogos laborales una gran lección. ¿Preparados? La gente dibuja personas palito porque NO TIENE TIEMPO COMO PARA PERDERLO EN DIBUJITOS. Si querían a alguien que supiese dibujar, me hubiesen avisado y no me postulaba, che. Con razón que el de xkcd vive de un webcomic.

Decile NO a la discriminación en contra de las personas palito

Fuera de toda broma, me da pena que de acá a que me muera, los únicos trabajos a los cuales podré acceder es a estos y de ésta manera. Que la mayoría cuente con avisos pedorros, burdas mentiras, sueldos de miseria y trampitas escondidas. Cierto, mi laburo no es tan así y por un lado me siento un poco afortunada. Pero por el otro, es realmente deprimente que si mañana no estoy conforme, esto sea lo que haya.

Que sí, puedan haber trabajos que me gusten tanto tanto como para compararlos con cuánto mi viejo disfruta del de él. Pero que, demostrado por su total ausencia en el Gallito, nunca en mi vida me vayan a siquiera pagar tanto tanto por algo que me guste, sin importar cuánto esfuerzo le dedique. Como si ambos fueran completamente excluyentes.

Promesa

martes, junio 10, 2008

El otro día me di cuenta de una cosa. Estaba laburando, como todos los días, y en un instante de realización bizarra, levanté la vista y abrí los ojos bien grande. Me quedé congelada en esa pose por algo así como 3.5 segundos. Frenéticamente moví el puntero del mouse hacia la esquina inferior derecha de mi pantalla. Un click bastó para confirmarlo. Sólo uno, porque tengo Vista.

Y ahí, tal cual informe de relleno en Crónica TV, me di cuenta: faltan seis meses para el verano. Te querés morir. Sólo seis meses. SEIS. Oh Margot.

Ustedes pensarán que eso no es una noticia. Dirán "y bueno, sí, que lindo, faltan seis meses para que empiece el calorcito". Alguno que otro pensará que me estoy precipitando, que recién se vino el frio, que ni siquiera empezó el invierno y yo ya estoy ladilleando. Lamento informarles que ustedes no saben nada.

Algunos de ustedes se darán cuenta del punto de este post. Y esos algunos van a estar en lo cierto. Me chupa un huevo el calor, el frio, el viento, la lluvia y el 21 de junio. Un huevo. Que falten seis meses para el verano significa, en mi pequeñísimo mundo, que faltan exactamente seis meses para que yo, nuevamente, tenga que entrar en un bikini.

Luego de esta realización por demás traumática (y luego de empujar el Danette de chocolate que hasta el momento me encontraba plácidamente disfrutando – están buenísimos, y eso que odio las cremas), decidí ponerme en campaña. Y hoy, luego de 10 años de delicioso sedentarismo, fui a una clase de gimnasia.

Llegué cinco minutos tarde ya que debido a mi nerviosismo, me equivoqué de calle. Sí, me puse nerviosa. No me juzguen, era mi debut gimnástico y estaba aterrorizada. ¿Por qué? Porque las cuarentonas con terribles lomos son mi peor pesadilla y esta cruel especie suele pulular en los gimnasios, tomando Coca Light y usando calzas (ya que estamos, ¿por qué tenemos que usar calzas? Si pudiésemos usar calzas con total comodidad no estaríamos yendo a gimnasia, ¿no?).

En fin, ingresé al establecimiento y me dirigí a una especie de sótano con luces tenues y música marchosa. El instructor se presentó y nos entregó un palo a cada una. En seguida nos pusimos a saltar con los palos, y uno y dos y dos y tres y arriba y brazos estirados y no dobles el codo y uno y dos.

Y ahí me acordé de una de las razones por las cuales había abandonado la gimnasia. Dios me ha dado muchísimas cosas, muchos talentos y muchísimos dotes. Sin embargo, mientras preparaba la mezcla, se le perdió el polvito que otorga el sentido de la coordinación.

24 años más tarde, ahí estaba yo, reflejada en dos espejos enormes, perdiendo el ritmo. El instructor me decía "así no, probá así". Y yo probaba así y me caía. "¡Muy bien Macarena!" decía él y yo le trataba de copiar a Macarena y por un nanosegundo lo lograba. "No, los codos, ¡los codos!" gritaba John (su nombre) y yo estiraba los brazos, "No, las piernas, ¡doblá la rodilla!" y yo doblaba los brazos y "¡Bien Macarena!" y yo quería agarrar el palo y hacer que Macarena se tropezara.

Se supone que ir a gimnasia con una amiga es divertido. Hoy descubrí que no lo es. Divertido sería si entre serie y serie hubiese tiempo para tomarnos un vaso de agua y comentar sobre los shorcitos del instructor, o si entre abdominal y abdominal nos comiéramos una Big Mac y habláramos de música. Pero no es así. Entre serie y serie apenas tenés tiempo de respirar y entre abdominal y abdominal estás pensando en el Danette que te vas a comer después para sentirte mejor sobre ser tan patéticamente débil gimnásticamente.

El hecho es que luego de 15 míseros minutos, mi cuerpo dijo basta. John me preguntó si estaba bien y, a pesar de mi respuesta afirmativa, no me creyó. Me ofreció un vaso de agua y comentó sobre mi palidez (pará loco, una cosa a la vez: primero ataco la gordura y después la blancura). Me preguntó si hace mucho que no hacía gimnasia y si fumo (sí y sí). Y con su tercera pregunta, me acordé de la otra razón por la cual evité los gimnasios por 10 años.

"¿Tenés la presión baja?". Uya. "Bueno, vení que vas a hacer otra cosa a lo que están haciendo las demás".

Así fue cómo me convertí en la pelotuda que hace ejercicios chiquitos y fáciles (pero igual siente que con cada movimiento se aproxima más a la muerte) mientras las otras seguían la clase normalmente. Y fue en ese momento que pensé, "Me voy".

Pero no me fui. Me quedé, carajo. Y sí, habré hecho 20 abdominales menos que las demás y sí, habré dejado de hacer los ejercicios para afirmar la cola cuando John no miraba y sí, hay una pierna que no la ejercité pero ¿saben qué? Me quedé. ¿Y saben qué más? Me compré un pase libre. Por un mes, bitches. Eso quiere decir que no solamente me quedé, sino que voy a volver (obviamente que mañana ni en pedo, por lo menos denme tiempo para mentalizarme un poquito).

Este verano no voy a esconderme atrás de nada. Este verano me voy a poner la bikiniela y voy a salir a la playa y voy a andar por ahí con cero vergüenza. Es más, voy a CORRER por la playa. Sí, tal como lo leyeron, correr. Como Pamela Anderson. Pero con menos tetas. Y morocha. Y con bikini, no con malla roja. Y sin flotador. Ta, bueno, ustedes me entienden.

Es más, ¿saben qué? El miércoles empiezo la dieta (todavía hay un Danette en la heladera).

Aclaración: perdón Maca, soy un poquito competitiva. Un poquito nomás. Pero te prometo que fuera de eso soy divina. A veces.

Epilogando

viernes, enero 11, 2008

Tengo una amiga cuyo mensaje personal de MSN dice lo siguiente: 'La esperanza es lo último que se pierde!! La esperanza es lo último que se pierde!!!'. Repetir un cliché – que siempre consideré muy cierto – y repartir cinco signos de exclamación de manera casi aleatoria entre las dos frases nunca sonó tan desesperado.

Supongo que todos tenemos esperanzas distintas. Y estoy segura que muchas son sumamente triviales. La desesperación de aferrarse a la esperanza es algo que, lamentablemente, conozco bastante bien. Por suerte, nunca fui decepcionada: siempre encontré un Plan B u otra puertita escondida que podía abrir. Y, en las más últimas, ahí donde se sabe que el destino está completamente fregado, siempre fui de intentar quedarme con el gusto amargo de encontrarle el lado positivo y aferrarme a eso, a un consuelo de tontos que nunca me falló.

Una de estas mañanas que recién pasaron, bajé semi-dormida de mi cuarto para encontrarme con un ejemplar de Milagro en los Andes en inglés sobre la mesa del comedor. Mientras lo miraba de reojo, secretamente odiando la forma en que Parrado sigue lucrando de la desgracia, mi viejo se acercó y me mostró una de las primeras páginas. Ahí, sobre una foto del equipo del Old Christians en blanco y negro estaba el autógrafo de Nando Parrado.

Molesta por el acto de cholulez, tomé el libro y me senté a leer, dispuesta a encontrarle cualquier cosa que mereciera un comentario ácido. Cuatro horas más tarde, lo terminé; en solamente esas cuatro horas mi opinión sobre Parrado dio un giro de 180 grados.

Básicamente, Milagro en los Andes es un efectivo libro de auto-ayuda disfrazado de recuento autobiográfico. Parrado recuerda el antes, durante y después de un accidente que los uruguayos conocemos más que bien. Pero no se queda ahí. De cada hecho, situación, sentimiento y acción, saca sus propias reflexiones, argumenta sus propias creencias y justifica la publicación de 'un libro más sobre el accidente de los Andes', en un epílogo que no tuve más remedio que leer. Es que, entre lecciones tan simples pero fácilmente olvidadas y hasta, a veces, borderline chongas ('lo opuesto a la muerte no es la vida, sino el amor') no pude dejar el libro ni medio segundo.

Como es de esperarse, también habla de la esperanza, o mejor dicho, de la falta de la misma y, sobretodo, del peligro que se encuentra escondido en algunas esperanzas. No todas las esperanzas son buenas: aquellas que solamente terminan en la pasividad de quien las padece no hacen más que perjudicar. Así, lo último que se pierde no es siempre la esperanza. A veces, puede ser la vida misma (por más esperanzado que se esté).

El libro termina ratificando la misma lección hecha mito que muchas películas pedorras de Hollywood han intentando ametrallarnos en la cabeza: la vida es corta. Hay que aprovecharla. Hay que buscar lo que uno quiere, hay que jugársela para poder ser exitoso y hay que seguir a aquellas esperanzas que deriven en un plan de acción. Sentarse a esperar no es una solución. Mientras no se pueda hacer nada, mientras no haya plan de acción que concuerde con determinada esperanza, se puede ir persiguiendo otras. Y así, sucesivamente, cada una de aquellas esperanzas que valen la pena se irán convirtiendo en hechos.

Aún así – y aunque posiblemente no haya sido la intención del autor – mi reflexión favorita es aquella en donde Parrado encuentra que, a veces, no es necesario entenderlo todo. Hay quienes se obsesionan tanto con saber y comprender que se descarrilan sin darse cuenta. Obviamente, me incluyo. Hay cosas que uno nunca va a saber y hay otras que, sinceramente, es mejor que no las sepa. Y hay muchas cosas más que uno nunca va a poder entender.

Lamentablemente, no controlamos ni los acontecimientos de nuestras vidas ni aquellos pertenecientes a las vidas de los demás. Si, sucesivamente, nos detenemos en aquello que no entendemos, vamos a terminar en un pit stop eterno. Preguntar está bien, buscar explicaciones y soluciones también. Pero colgarse, no. (Es más, tómenlo como ejemplo y no se cuelguen a preguntarme por qué volví a postear.)

En fin, cómprense el libro, pídanlo prestado, sáquenlo de alguna biblioteca sin burocracia. No sé, léanlo. Es ideal para leerlo ahora, cuando ni siquiera le dimos tiempo al 2008 de generar los suficientes acontecimientos para volvernos cínicos. Hay mucho más en sus páginas que lo que uno espera.

Por mi parte, feliz 2008 atrasado. Espero que el nuevo año los vea concretar todas sus esperanzas (y que yo deje de ser tan terrajamente sentimental). Salud.

Impasse

jueves, noviembre 15, 2007

Hoy me enteré que para poder recibirme antes de fin de año tengo que entregar la tesis la semana que viene. Hoy por hoy tengo hecho un capítulo (sin corregir - perdón, tutor). Y como me quiero recibir lo antes posible - sea cual sea la nota, a este punto ya no me importa - voy a intentar batir el récord a 'tesis más escrita a los rajes salvada con la mejor nota en el mundo'. Ergo, qué semanita que me espera. Me siento Sylvia Plath.

Needless to say, no voy a estar posteando un carajo. Es más, me lo impuse como condición, porque me conozco y sé que voy a pelotudearme con la primera excusa que se aparezca. Encima, me voy a hacer la importante y voy a ir anotando mi progreso en la columnita a la derecha, ahí arriba de la mina en bolas. Nos vemos en unas semanas, ojalá que con un título bajo el brazo y un nuevo récord.

Que comiencen las apuestas.

Aunque a veces no haya otra

martes, octubre 23, 2007

No me gusta andar en bondi. Lo detesto. Es el epítome de la pérdida de tiempo: desde esperar media hora a que el 105 se digne en pasar hasta el ver cómo los peatones te pasan caminando en el 142 (hay días en que va más lento que la digestión), andar en ómnibus supone que tenés por lo menos un hora más de vida para perderla mientras una máquina de hierro ensancha el agujero en la capa de ozono. Si vas a contaminar, valor, por lo menos llegá rápido (ya sé que igual contamina menos que un auto porque transporta a más personas pero ¿saben qué? No me importa, los bondis siguen siendo mala gente).

Como bien decía Berch, el tiempo es oro. No se imaginan las cosas que podría estar haciendo en vez de estar sentada mientras me intentan vender un chocolate Nikolo por parada. Onda, ta, sí, no estaría salvando al mundo ni juntando firmas para alguna causa, pero ¿cómo voy a siquiera tener energías para llegar a considerar ser la próxima Madre Teresa de Calcuta si duermo una hora menos por día? ¿Eh?

Lo leyó en Catatonias: CUTCSA entra en el Libro Guinness por 'récord
al tapizado más feo del transporte urbando mundial'.

Por otro lado, el bondi te da tiempo de pensar. Eso es bueno (o no, dependiendo del momento del año y sus acontecimientos paralelos), pero sólo si es a la vuelta y está medio vacío. Porque sino, lo único en que voy a pensar es en lo tarde que estoy llegando (otra vez), en lo tanto que odio a Petinatti (otra vez), en los bastardos que me robaron el iPod (otra vez... che, media pila, no me lo roban en Uruguay y me lo vienen a robar en otro país), en cuánto odio andar en bondi y en todo lo que tengo que hacer.

Si solamente fuese eso, todavía. Pero no, señores, es peor:
odio que te tengas que sentar de a dos. Mi mente toca un pequeño aleluya cada vez que me subo a uno que tiene sólo una fila de asientos en un costado. No me importa que la persona al lado mío sea la más pulcra, linda, bienoliente y fabulosa del condado, si no te conozco, no te metas en mi espacio personal. No. Absolutamente no. Seré una cara de orto, pero no me gusta. Y el de al lado puede odiar estar sentado tan cerca de alguien tanto o más que yo, pero no tiene más remedio tampoco.

'Bondi' según Google Images. Clara señal de que Uruguay no es Australia.

Supongo que andar en bondi es barato, y por eso hay que bancarse cosas así. Además, no se me ocurre otra forma en la cual aglomerar a tanta gente junta que se dirige en la misma dirección. Pero igual los odio.

Tanto, que hace un par de años escribí un ensayo titulado 'Dígale no a los ómnibus – por qué no quiero ir en bondi a la facultad' y se lo entregué a mis padres. Consta de tres maravillosas hojas de Word, divididas en tres espléndidas categorías ('Contexto' – 'Tiempo' – 'Seguridad') que hoy son origen de las más pesadas burlas contra mi persona y traídas a la luz en toda reunión familiar. Estoy orgullosa de él. Es más, les publicaría los highlights, pero está en inglés y me embola traducirlo todo (ya les traduje el título, manga de ingratos, qué más quieren).

¿A qué iba? ¡Ah! Bueno, ¿vieron cuando sus padres les dicen 'bo nena, alegrate que tenés bondi porque yo cuando era chico corría 10K para volver del laburo, decalzo, sobre la nieve, con cinco planchas atrás mío queriéndome robar las bases, con la mochila llena de libros porque en esa época no esistía la internés y blablabla'?

Directo desde el álbum familiar: mi vieja yendo a la facultad.

Bueno, ayer en vez de volver en bondi del laburo, caminé con un compañero desde la Plaza del entrevero hasta Benito Blanco y la Rambla. Y está bueno, che. Ta, sí, entre el descanso que nos tomamos (porque ÉL estaba cansado, no yo, quien no había dormido la noche anterior – aprendan, bitches) nos llevó casi un par de horas. Pero estuvo bueno y es bien posible. Eso sí, para el resto del camino hacia mi casa, me tomé un taxi. Por lo menos me ahorré 100 pesos de viaje.

Catarsis

miércoles, octubre 10, 2007

Ando medio a mil con lanzamientos en el laburo, mesas especiales de exámenes y un casamiento al cual debo acudir el sábado (otra incógnita femenina de la cual soy partícipe: ¿por qué estoy invirtiendo tanto dinero y tiempo en un evento cuando no soy la que se casa?) pero estuve escribiendo pequeños blurbs de cosas durante la semana.


Hoy cuando los pasé todos a un mismo Wo
rd me di cuenta que, en su gran mayoría, tienen un hilo conductor catártico-quejoso. Lo que sobra puede ser considerado como pequeños fractales de mi propia teoría del caos mental, cosa que supongo es el leit motiv del blog en sí mismo.

Pero antes, una o
bservación: le comentaba a alguien en el último post que no tenía idea qué iba a hacer cuando tuviera que escribir otra entrada. Ahora que existe la posibilidad de que mi caudal de lectores vaya más allá de mi madre, familia, amigos personales y afines, me da cosita. Sí, terrible presión.

Es como cuando te preguntan '¿A quién traerías de vuelta a la vida si tuvieses esa opción?' en esos memes intrascendentes que realmente no buscan respuestas sino difusión masiva para que un zopenco inventa-memes se sienta popular en Internet. Si me pongo a pensar, no sé a q
uién traería de vuelta al mundo de esa manera (fuera del hecho que mis creencias pseudo-religiosas ni siquiera permiten esa concepción de que alguien pueda volver a ser la misma persona en este mundo si es arrancada de su muerte).

Es más, si alguien me diera la opción, creo que me volvería loca bajo la presión que implica dicha decisión y terminaría acostada en posición fetal en el piso de un cuartito, llorando, sin llegar a una conclusión. Eso, o terminaría escupiendo diez mil nombres a la vez. Así que acá van diez mil posts a la vez (como si eso ya no sucediera en toda entrada que me disponga a escribir).

El blog de Daniel Figares en Montevideo COMM
No suelo reaccionar así cuando me encuentro ante alguna variante d
el idioma español pero... what the fuck? ¿'Pido disculpas x adelantado'? ¿'...aprobada x la bancada de ediles del Frente Amplio'? Escribí bien, boludo. Sí, es un blog. Pero, lamento informarte, un blog no es lo mismo que hablar por MSN. No es algo que suelo hacer, pero escribir 'x' en lugar de 'por' es algo que solamente he visto en conversaciones de mensajería instantánea y, bueno, TeleChat (y aprovecho este momento para manifestar mi profundo repudio a quienes utilizan la k en dichos casos. Me dan ganas de decir 'hoy leí a cafca' o 'hacé un clic' o 'el coala de Marengo me tiene podrida' con tal de no poner una puta k).

Xq a pesar de la seriedad, es 1 tipo kanchero

Programas de televisión bizarros (en ambas acepciones)
Ya que estamos, ¿por qué me cuelgo mirando TeleChat? Es como cuando
me convertí en fan del programa de Pare de Sufrir, aunque en éste por lo menos habían 'dramatizaciones basadas en hechos reales' que, no importa lo que me digan, eran fabulosas. Mi favorita fue una en que dos vecinas y amigas de toda la vida se encontraban en la puerta del edificio y se ponían a charlar. A una la vida le estaba sonriendo; a la otra no. Entran al apartamento de la primera y se toman un café. En una, la dueña de casa se va de la toma y la otra, mucho más joven, se queja en off sobre qué bien le iba a la otra y qué lindos muebles tenía (ahora imagínense qué lindas quedaban las dos sillas de jardín postradas en la mitad del living falso). Acto seguido, se muestra a la joven contratando una macumba para la primera, con el cartelito de 'Basado en hechos reales' aún tintineando en la esquina superior derecha de la pantalla. A la primera mujer – a la que le iba bien – le empieza a ir mal y discute con su marido. Fin.

Gloria Trevi
¿Por qué me gusta tanto tu tema? ¿Por qué? Lo tendría que odiar con toda mi alma, pero me encanta que la noche no haya sido oscura sino que fuese de lentejuelas. ¿Por qué, en cuanto quiero cantar adentro de mi cabeza, empiezo con que me solté el cabello y me vestí de reina y me puse tacones y era bella? Le estás quitando creedibilidad a mi espléndido gusto musical. ¿Por qué me pongo a bailar cuando ni siquiera me acuerdo del ritmo la mitad de las veces? Puede ser porque me parece, Gloria, que sampleaste a Gloria Gaynor un poquito. ¡¿Pero por qué mierda me gusta tantoooooo?!

Len-te-jue-las

Dedicado

Bueno, convengamos que tu campaña publicitaria en prensa (esos avisos de ancha y larga) me gustaron pilones. Sí, sí, fueron elocuentes. Pero ¿por qué mierda te
tenés que caer cada cinco segundos? Encima, siempre lo hacés cuando ESTOY USANDO INTERNET. No estoy mucho en casa así que me da miedo pensar cuántas veces te caés y no me doy cuenta. Encima, no sé qué servicio tengo contratado porque yo no lo contraté pero ¿PODRÍA SER MÁS LENTO?

Personas que te mandan videos de Google Video

Ta, hubo una época en que me molestaba que me enviaran vid
eos de YouTube. Por razones supernaturales (tal vez relacionadas con el punto anterior), demoraban años en cargar, me cagaban toda la conexión y, en la mayoría de los casos, era un video donde un tarado metía Mentos adentro de una Coca y uy qué loco, salpicaba por todos lados. Por suerte superé esa etapa. Pero ahora se les está dando por mandarme videos de Google Video. La re puta madre, hay una razón por la cual Google compró YouTube.

Siempre y cuando le des viagra cibernética (promoción válida hasta agotar stock)

El cambio de horario
Gracias por la hora que me robaste, cambio de horario. Son las 9 am y deberían ser las 8 y no importa cuántas veces intente no p
ensar en ello, siempre voy a saberlo. Nunca me voy a olvidar. Encima, seguro empeñás la hora para poderte comprar pasta base y/o championes con resortes (lo que me faltaba, hasta el cambio de horario es plancha).

Coca Light escurridiza / Cajeros automáticos inse
nsibles
¿Qué no tenés cambio? Entonces levantate de tu trasero gordo y andá a buscarme cambio, no es mi culpa que los cajeros automáticos no le hagan caso a tu
s caprichos de comerciante-acapara-Coca-Lights y me den billetitos de 500 cuando no tengo un peso encima. Encima, ¡me dijiste que me daban cambio en la pollería y era mentira! Dame mi Coca Light, puto.

¿De qué te reís, especímen?

Revelaciones
Ah eras vos que me cortabas la conexión, anti-virus de mierda. Y ESO QUE NUNCA ENCONTRÁS UN PUTO VIRUS. ÑOQUI.


Menos mal que los repartidores de Coca Light dejaron de hacer paro. No me gusta estar de mal humor. Tampoco me gusta reconocer que la falta de Coca Light en mi sistema me pone así. No me juzguen, no soy Giordano.

De tin marín

sábado, septiembre 22, 2007

Siempre me piden que busque un grupo. Siempre uno tiene esa tendencia a identificarse con ciertas personas de ideologías cuasi-similares, o algún grupo etario, o de género, o moda, o lo que sea. Cuando estaba en primaria – y en liceo también, supongo – se me pedía que me identificara con un grupo dentro del género femenino de mi generación académica.

Dependiendo de quiénes eran mis amigas, ahí me encontraba yo. Y
las demás eran peores, por pertenecer a otro grupo, por ser de otro estilo, por no ser ‘nosotras’. Era algo muy nacionalista, llevado a una generación de niñas y adolescentes que, en ese momento, supongo lo necesitaban.

Cuando era más chica, pónganle que tenía 12 años, decidí que yo quería ser skater. La mayoría de las personas que me conocen habrán escuchado hablar de estas épocas gloriosas en las cuales yo me vestía como fuera – siempre que fuera diez talles más grande – y me paseaba a pata por todo el barrio poniendo cara de mala y pensando que Green Day era lo más hardcore del planeta. Patético, I know. Pero, aunque la única vez que me subí a un skate me caí de culo y decidí que no era lo mío, yo era una skater. Terrible poser. Pero yo me creía skater.


No tenía amigos que compartieran esa ideología de vida basada en temas de Sublime (aunque ellos eran más surfers que otra cosa). Pero encontré a un grupo que no le importaba y ellos eran mis amigos. Ahí entraba otra dicotomía: la de ser popular o no. A mi no me convenía ser popular, entonces no lo era. Yo era skater, que lo parió. Alguien marginal en un mundo de privilegiados, era una mina hardcore, aunque mi nivel de 'hardcoreness' hubiese sido igual que la de Green Day en ‘Warning’.

Más grupos, entonces. Las chetas, las high, las populares, las
19, las 14, las 7. Y yo me mantenía fuera de eso, porque a mí no me interesaban cosas tan banales como los grupos y las jerarquías generacionales y con quién hablaba y quién me daba bola y quién era mi amiga o no. Yo era como era. Y los demás... no importaban.

Supongo que así nació mi narcisismo exacerbado, el que continúo teniendo hasta hoy (digamos que el simple hecho de tener un blog me hace terriblemente egocéntrica y narcisista y demás, cosa que de a poquito, va probando mi interminable tesis).

Hoy, me piden que sea de un bando político. Del Frente, Blanca, Colorada, no sé. Por lo menos identificate con una ideología. ¿Qué s
oy? Anarquista, individualista, liberalista, realista, republicana, demócrata, socialista, comunista, o el famoso liberatarianism. Y no sé cuál elegir. No me convence ninguno.

Leía en un blog recién que los bloggers uruguayos se pueden dividir en izquierdistas o liberalistas. ¿Eso dónde me deja a mí? ¿Soy izquierdista por estar de acuerdo con algunos valores socialistas? ¿O soy liberalista por estar de acuerdo con algunos valores derechistas? ¿Soy un cerdo comunista o capitalista?

Vamos todos: awwwwwwwwwwww!

Soy un cerdo, sí. Pero de qué tipo... ni idea. No creo en la democracia. No creo en el autoritarismo. No creo en el socialismo o el comunismo o el anarquismo. No hay ideología que me cierre. Claro, convengamos que tampoco las debo conocer a todas. Pero no creo en nada. Muchos me dicen que soy idealista, pero estoy 100% convencida que mi ideal utópico de lo que sería una sociedad feliz y equitativa es realmente imposible. Entonces, ¿qué soy? ¿Pesimista? ¿Postmoderna? ¿Ladilla? ¿Insoportable? ¿Divina?

No creo que ningún sistema político-ideológico de los cuales conozco me sienta bien. Pero tampoco tengo alternativas, tampoco tengo la solución mágica. Solo sé que ninguno me gusta. Ahora, entonces, ¿qué me gustaría? Si tuviera esa respuesta, sería millonaria.

[Disclaimer: prometo que no hice este post solamente para subir fotos lindas de chanchitos.]

Mensajes al aire

viernes, septiembre 14, 2007

El año pasado, como trabajo para Periodismo Televisivo, nos mandaron comernos dos horas de televisión seguidas y anotar todas los avisos publicitarios que encontrábamos. Una vez que tuviéramos nuestra listita perfectamente confeccionada en Times New Roman 12, teníamos que mirarla y mirarla y, considerando la programación mechada entre esos avisos, descubrir el público objetivo de dichos programas. Me acuerdo que para todos mis compañeros pichones de periodistas, ese trabajo fue el embole más grande del mundo, galaxia, universo y afines.

Para mí, la Judas de la clase, no. Es más, por primera vez en ese año, me encontré yéndome a dormir un miércoles
temprano porque había hecho todo el domingo de noche, en vez del ya clásico panic attack inducido por haber dejado todo para último momento.

Las tandas que yo estudié fueron las de Bendita TV, Policías en acción y Estilo. Realmente pensé que iba a ser facilísimo. Después de todo, el público objetivo de esos tres programas me resultaba bastante evidente: jóvenes, jóvenes que miraron Bendita TV y se quedaron colgados con lo que venía después y jóvenes de sexo femenino que piensan que Estilo es fashion cuando nunca lo fue, respectivamente.

Pero no fue así. Aparentemente, el objetivo del trabajo no era el estudio de públicos objetivos. La moraleja fue, más bien, que quienes publicitan en TV están pintados.

Avisos de Ruemmers en la mitad de Bendita TV, Ensure y Cadbury en la mitad de Policías en acción y Dr. Selby Desire Black for Men y Burger King en Estilo... claro, así puesto, a cualquiera se le ocurren excusas para cada uno de ellos (por ejemplo, que si alguien es tan idiota como para mirar Estilo, seguro es lo suficientemente idiota para pensar que Dr. Selby Desire Black for Men es el último grito de la moda), pero créanme cuando les digo que los resultados eran ridículamente inverosímiles.


Era imposible deducir el público objetivo de un programa basándose en su tanda, cosa que en teoría, debería ser
posible.

No soy de mirar mucha TV (lo cuál
causó bastantes peleas con mi profesora de Periodismo Televisivo IV - si no quiero ver Zona Urbana, no lo voy a ver), por lo que nunca volví a comparar públicos objetivos de tandas y programas. Lo que sí hago, a veces, es mirar los avisos publicitarios en las paradas de bondi. El viaje de lunes a viernes a la vuelta del laburo demora una hora por reloj y, por lo tanto, paso por bastantes barrios de la ciudad.

Esto me permite comparar avisos en paradas de bondi de diferentes lugares y, tengo que admitirlo, quienes publicitan en la vía pública la tienen más clara. Basándome en generalizaciones que todo el mundo conoce con respecto a niveles socio-económicos y ciertos barrios, puedo afirmar que cada poster (Word me dice que poster se escribe con tilde en la o, pero yo creo que Word es un puto), cada cartel, cada anuncio, está cuidadosamente postrado para apelar a cierto público.

Hoy, aprovechando de que de una vez por todas aún había rastros de luz solar y yo no estaba trabajando, me caminé unas 8 cuadras sacándole fotos a todos los carteles que veía en el camino. Me encontré con algo sumamente curioso, que en un principio pensé reflejaba la misma ignorancia sobre públicos objetivos que había notado en la TV hace un año. Sin embargo, después me di cuenta de que tal vez no era tan así.

Así que, ávidos lectores catatónicos al pedo, los invito a que miren las seis fotos esparcidas por este post.


Luego, diganme, según lo que ven, cuál creen que es el público objetivo de las publicidades que ví hoy, para luego decirme en cuál barrio de Montevideo las saqué. Facilísimo: miren, piensen medio segundo y comenten. El ganador se lleva la gran satisfacción de ser más inteligente que yo.


No me fallen y por lo menos tírenle a
embocar o me van a hacer sentir como una idiota nerda que se cuelga con las cosas más zopencas. Acto seguido, me va a entrar la angustia, me va a bajar la auto-estima, mi narcisismo me va a llevar a convertirme en gótica y me voy a comer toda la heladera. ¿Realmente quieren que engorde a meros días del comienzo de la primavera? Didn't think so.

Después son ustedes los que tienen que soportar a mi hermoso ser gordo vestido con un diminuto bikini, tomando sol en la playa tal cual lagarto que se tragó a un mamút y asustando a los niños que creen ver aguas vivas gigantes en mi celulitis. Como en aquel glorioso programa de la televisión nacional que apelaba a la sensi
bilidad de los insensibles, usted decide.

... daaaale, porfi, no quiero ser Britney Spears =(

[Ya puse el resultado como un comment.]

Copiando y pegando por un sueño

domingo, septiembre 02, 2007

No suelo agarrar posts de los demás y ponerlos en mi blog onda "jojo, pa, que gracioso esto bolúuuuooooo", pero lo voy a hacer. Es más, esta es la primera vez que lo hago. Es algo horrible y demuestra una total carencia de material original por mi parte, pero Uds., pedazos de infelices que leen este blog como favor hacia mi hermosa persona, Uds. no me entienden.


Iba a escribir algo así como 'no comprenden que estoy bajo mucha presión porque estoy escribiendo una tesis y mañana tengo que entregar el primer capítulo y le dije a mi tutor que lo tenía pronto y hoy seguramente no duerma y ayer en vez de encarar miré televisión toda la tarde [¿¡por qué me divierte ver a José María bailando al compás de una canción onda Chiquititas que mis fuentes* confirman se llama 'Las Divinas'!?] y hablé por teléfono y salí de noche' pero mi tesis implica que esté periódicamente navegando por la internés leyendo blogs como el que recién encontré. Ergo, es borderline envidiable y soy la o-ne.

En fin, posteo esto porque cuando lo leí, me morí de la envidia de que no lo había escrito yo. No sé si es producto del autor del blog (un tal diegzor) o no, pero lo encontré en Ciudadano Quejeta, su blog. Gracias totales, diegzor. Estás contribuyendo a mi sueño de recibirme antes de fin de año. Graciela Alfano te pone un 10 y Moria te regala unas pieles de Briders. Enshoi.

El fin del mundo

"El Reloj del Apocalipsis" (ApocalypseWatch) es una organización sin fines de lucro destinada a monitorear las amenazas más grandes hacia la humanidad. Su objetivo es concienciar a la gente de estos problemas para que luego las personas traten de tomar medidas para remediarlas. Algunos resuelven hacer marchas, otros hacen documentales acerca del calentamiento global. No importa como desee colaborar, la decisión es suya.

Acaba de salir el reporte del 2007, y las 10 amenazas más fuertes para el mundo en este momento son las siguientes:

1) Vacas: Las vacas son uno de los mayores emisores de gases causantes del calentamiento global y deben ser detenidas. Estudios hechos por compañías petroleras demuestran que las vacas emiten el 45% del volumen de gas necesario para derretir un cubo de hielo a lo largo de varios periodos lunares.

2) La gripe vegetal: Una cepa renegada de gripe del pollo se ha cruzado con vaca loca e infecta todo tipo de vegetales comestibles. Se ha reportado un caso de una persona que después de comer un tomate infectado murió en circunstancias misteriosas mientras paseaba por el lago Wkanenge, en Namibia.

3) Windows Vista: Muchos analistas dijeron que el día que saliera Windows Vista se iba a congelar el infierno. ¡El día llego! ¡Solo puede ser malo!

4) La piratería: Campañas positivas a favor de esta actividad iniciadas por Hollywood que romantizan esta horrible actividad (ver Piratas del Caribe) aseguran la conversión a esta profesión de muchos jóvenes. No robarías un auto, no robarías una cartera, ¡no te subas a un barco a cañonear a otros!

5) Lost: La cantidad de teorías generadas y horas de discusión y pensamiento gastadas por personas alrededor del mundo acerca de esta serie igualan a la cantidad de horas necesarias para construir dos murallas chinas. ¡En un futuro cercano la gente podría dedicarse solo a pensar en eso!

6) Invasión Alienígena: El universo es infinito, por lo tanto hay infinitas probabilidades a favor de que haya vida alienígena en otro planeta, y que además sea malvada. La realidad es que si no hemos sido invadidos hasta ahora es de pura suerte. ¡Debemos iniciar un plan de defensa global! ¡Resistiremos!

7) Inmigración Ilegal: Los países del sur están invadiendo a los países del norte. Eventualmente el sur quedara desierto y el peso de toda la población humana en uno de los dos hemisferios hará que la corteza exterior colapse en el norte, provocando la destrucción del mismo. Se solucionaría mediante periódicos saltos coordinados de todas las personas a la vez, para que al estar todos en el aire la corteza no tenga que sostener ese peso.

8) El Y3K: La llegada del año 3000 generaría una serie de fallas en todos los sistemas electrónicos que podrían ocasionar que su propia tostadora o wafflera lo atacara a traición. ¡Comience a comprar bidones de agua y atrinchérese!

9) Las Profecias de Nostradamus: El sabio francés Michel de Nostradamus escribió un numero casi infinito de profecías absolutamente vagas e imprecisas, lo cual asegura que casi en cualquier momento de la historia uno puede predecir el fin del mundo dos o tres meses después con total seguridad. Le viene errando desde el siglo 16, pero eso solo quiere decir que esta cada vez más cerca de acertar.

10) La New Age: Te quieren hacer creer que eres lindo y eres hermoso. Te quieren hacer creer que acomodando los muebles en tu casa de forma diferente serás feliz y que tienes puntos que concentran energías pseudo científicas que cambiaran tu vida con total facilidad. ¡Todo esto es mentira y el único objetivo es la adquisición de tu capital! Estamos organizando un seminario, en el centro Nova Alquimia, para explicar este fenómeno maligno. El costo del seminario es 300 pesos por día y después se pueden quedar a una clase acerca del secreto de los Templarios.

(Leandro, te prometo tener el primer capítulo para mañana. Esta vez es en serio. En serio. No, no te estoy mintiendo. Bo, en serio. Vas a ver.)

* Mis hermanos.
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